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Perspectiva de León
«Lo supe con certeza después de asistir a esta Reunión de Elección. El hecho de que usted sería el próximo Sumo Sacerdote».
«¿De qué estás hablando? Eso no lo sabremos hasta el final de la Reunión de Elección».
«No tiene que ser modesto. No hay forma de que alguien con ojos no lo sepa. La Reunión de Elección se suspendió de repente debido a la destitución del Comandante Latban, pero de todos modos es solo cuestión de tiempo».
“…….”
Cuando le hablé con un tono contundente para que no siguiera contradiciéndome, Carl decidió no replicar más.
«De todos modos, no es esto de lo que quiero hablar… Para ser honesto, estoy muy interesado en la Santa. No sé si has oído hablar de su comportamiento, pero le pedí que me viera varias veces y tuve el honor de tener algunas oportunidades. Cuando la vi en persona, no fue diferente a los rumores que circulan en el Continente».
«Si hay un rumor en el Continente…».
“¿No lo sabes? Bueno, no es algo que los sacerdotes deban escuchar».
Como si no fuera algo bueno, le estreché la mano.
«De todos modos, quiero ver más a la Santa. Quiero hablar con ella acerca de aspectos importantes para la cooperación entre el Templo y el Imperio en el futuro, más allá de una sola una reunión».
Y como no estaba mintiendo, hablé emocionado.
«¿Pero qué es lo que necesitas que yo haga?».
«De hecho, últimamente, la Santa pasa mucho tiempo con el Comandante Latban, así que no tengo mucho tiempo para interactuar con ella. Eso es lo que estoy diciendo…»
Deliberadamente me acerqué a Carl y le hablé en voz baja.
«¿Puedes darle una nueva misión al Comandante Latban tan pronto como te conviertas en un Sumo Sacerdote? Espero que sea lo más lejos posible».
Hasta yo pensé que era una petición un poco tonta y mezquina. ¿Cómo una persona que pretende ser un humilde y fiel sacerdote podría ayudarme a alejar al Comandante del Ejército del Templo? Esta es una solicitud que Carl jamás me concedería. Además, ¿no es un favor en el que Carl no tiene nada que ganar? Sin embargo, como él estaba lleno de sinceridad al respecto, sus palabras salieron sin problemas:
«Eso ni siquiera es posible. No puedo ser el nuevo Sumo Sacerdote, e incluso si lo fuera, no puedo hacer eso por ti».
Como era de esperar, Carl habló con firmeza como si le resultara desagradable esta idea. Le dirigí a Carl una mirada llena de resentimiento, y al mismo tiempo expresé con mi lenguaje corporal que me sentía avergonzado y apenado. Actuando el papel de un Príncipe que es incapaz de ser sincero con sus sentimientos.
Entonces Carl hablo de nuevo.
«… ¿Estás contemplando a la Santa?»
Apreté levemente mi puño ante la voz ligeramente grave de Carl. Pensando que había mordido bien el anzuelo.
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Perspectiva de Carl
Miré a León. Una persona joven, guapa y fuerte en todos los sentidos. Lo odiaba porque poseía todo lo que yo no tenía.
‘Su cuerpo tiene que haber sido encantador’.
No necesariamente. Yvelina era joven y hermosa. Y el hecho de que ella fuera la Santa a la que no podía llegar fácilmente parece haber estimulado a este joven Príncipe Heredero.
Recordé cómo Latban entró en la habitación contigua a la sala de conferencias con la Santa hace un tiempo.
‘¡¿Cómo te atreves a interrumpirme?!’
Si hubiese tenido un poco más de tiempo, ya habría asumido el cargo de Sumo Sacerdote sin necesidad de una Reunión de Elección. Pero debido a las acciones de Latban, perdí mi oportunidad en un instante. Incluso si asumo pronto el cargo, aún tengo que esperar a que se resuelva el problema de Latban primero.
‘¿Te quedaste con la Santa mientras yo no estaba aquí?’
No cabe duda de que la Santa debería haberte odiado demasiado. ¿Qué demonios pasó entonces?
Me mordí los labios. Si Latban se interpone en mi camino, tendré que derribarlo también. Si lo voy a hacer con la Santa.
Volví a mirar a León. El joven Príncipe Heredero, excitado por la lujuria, era una persona muy fácil de leer. Hasta el punto de que me pregunté si se trataba realmente del famoso Príncipe León.
‘Bueno, eso no es importante’.
Toqué mi brazo, pensando en la marca debajo de mi ropa. Iba a darle una buen espectáculo a este odioso Príncipe Heredero. La imagen de la Santa jadeando con lujuria y rodando con alguien.
Es bueno tener confianza, pero esta vez, no estaría mal darle una oportunidad a Latban al menos una vez.
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Después de que Aslan movió su maná con frenesí, todos en el Templo comenzaron a verse atareados. En primer lugar, comenzaron a aprender sobre el maná no identificado. Especialmente los Sacerdotes Superiores no dejaban de sorprenderse por el maná que continuaba extendiéndose hasta el final del Continente, y que se centraba en la Santa Sede.
«El poder mágico es maná, pero ¿qué ser puede contener todo ese maná?»
A diferencia del Poder Sagrado, el poder mágico es inestable y áspero. Además entre mayor sea la cantidad de maná, mayor será la demanda de un recipiente enorme para sostenerlo. Es por eso que un demonio grande tiene un gran poder. Para que se haya extendido esta cantidad de maná hasta el final del continente. Es porque existe un ser enorme que no se ha visto antes y del cual se desconoce su verdadero poder.
Al mirar a los Sacerdotes Principales suspirar y diciendo que no podían encontrar al demonio, recordé de nuevo a Aslan saliendo por la ventana. De repente, sentí curiosidad por su verdadero ser. El Mago más fuerte que existe en este mundo. ¿Qué tan enorme y abrumador es su cuerpo como para contener ese tremendo poder?
«Por cierto, ¿dónde se encuentra Aslan?»
Desde ese día no ha aparecido. El rostro de Aslan, que se veía muy exhausto, no desapareció de un rincón de mi cabeza. Su voz, diciéndome que era la primera vez que un Mago hacia esto por los humanos, también permaneció en mis oídos.
¿Dónde diablos comes y duermes en el Templo? No debe ser difícil para ti pretender ser un sacerdote en algún lugar del Templo ya que cambiaste el color de tus ojos con maná y ocultas tu poder. Si puedes, utilizarás maná.
No fue difícil adivinar por qué Aslan no apareció.
Cuando Aslan se encuentre débil, le será difícil ver a Latban.
Latban no ocultó su hostilidad hacia él. Por supuesto, Aslan era igual. ¿Acaso no es probable que ambos saquen una espada y usen maná de inmediato si yo no estoy? No sé qué tan fuerte es Latban, pero al menos parecía ser lo suficientemente fuerte como para que Aslan no quiera encontrarse conmigo cuando está débil.
Seguí con la mirada la imagen de Latban en la distancia desde la ventana. Según dicen, él está a la espera de su destitución, pero la única diferencia es que sostiene una espada normal en lugar de la de Caballero, y el resto de sus funciones no ha cambiado en absoluto. Además dicen que su distintivo de Caballero fue retirado de su túnica, pero no hay forma de que haya alguien en el Templo que no reconozca a Latban sólo porque no lo porta.
Mientras miraba a Latban, que estaba dándole órdenes a los caballeros, él repentinamente volteó su cabeza. Y luego miró hacia el lugar donde yo estaba.
«¿Lo has notado?»
Bueno, puede que para él no sea difícil sentir mi mirada porque es un Caballero. Sin embargo, también era sorprendente que pudiera notarlo a pesar de que me encontraba a una distancia tan larga. Me pregunté si realmente me estaba mirando, así que levanté mi mano alrededor de mi pecho y la moví levemente como si estuviera saludando. Entonces Latban inmediatamente inclinó la cabeza en respuesta.
Pude ver cómo los caballeros que estaban a su lado giraban la cabeza para ver hacia quien lo hacía. De alguna manera me sentí tan avergonzada de que me atraparan, que me agaché inmediatamente.
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ok, tarde pero aquí estoy
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