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El trabajo de la Santa se suspendió temporalmente hasta que se garantizó la seguridad del Templo. Eso no significaba que no estuviera haciendo nada en este momento. El Templo se encontraba en una situación tan caótica que no podía simplemente limitarme a jugar. Y más cuando la causa de esta situación era el maná.
Los caballeros, siempre en guardia, estaban protegiendo el Templo como si se tratara de una guerra, y los Sacerdotes Principales también estaban intentando de descubrir la identidad de este enorme poder mágico, mirando los rastros de maná.
Y otro trabajo me estaba esperando.
«Todos los sacerdotes… ¿Van a renunciar?»
«Así es. Ahora que el Sacerdote Carl está de regreso, tenemos que regresarle las posiciones que desempeñaba, y todos han solicitado dimitir de su posición».
Miré las cartas frente a mí. No eran solo una o dos. Había un montón de cartas muy gruesas, todas escritas con letra diferente.
‘Oh, Dios. ¿Esto es todo lo que hizo Carl?’
No es raro que un sacerdote desempeñe varios cargos, pero esto fue más allá de mis expectativas.
«¿Cuántos puestos tenía?»
Cuando agarré un puñado de cartas y las miré, eran alrededor de unas diez hojas. Al mirar esto, significa que Carl tenía unas treinta o cuarenta posiciones.
«Entonces, ¿qué dijo Carl?»
«Dijo que quería hablar con la Santa sobre esto y pidió una reunión a solas».
‘No…’
Cuando me enteré que Carl había solicitado reunirse conmigo a solas, me puse rígida.
«¿Qué vas a hacer? Lo mejor sería reunirse con él lo más pronto posible para designar un encargado en cada puesto de trabajo. Ya que, algunos de estos puestos presentaran problemas en el momento en que el personal responsable desaparece».
Al observar el rostro del sacerdote que lo dijo, me parece que está haciendo esto sin necesidad de que Carl se lo haya dicho directamente.
‘¿Qué tengo que hacer?’
Este es un asunto que hay que resolver de inmediato. Sin embargo, no quería reunirme con Carl en privado. Miré a Latban que estaba a mi lado. Y antes de que pudiera decir algo, él le contestó primero al sacerdote.
«Es imposible reunirse en privado con la Santa hasta que se aclare quién fue el que causó la magia que cubrió todo el Templo y el Continente».
Ante las palabras de Latban, el rostro del sacerdote se contrajo levemente.
«Es el Sacerdote Carl».
La voz del sacerdote que lo dijo contenía una confianza absoluta en Carl. Sin embargo, Latban respondió como si no fuera de su incumbencia.
«Hasta que las cosas se resuelvan, solo estoy haciendo mi trabajo».
Al ver que era poco probable que Latban retractara, el sacerdote dijo que entendía su posición y que le consultaría de nuevo a Carl. Y al cabo de un rato, el sacerdote regresó informando que Carl volvió a solicitar una reunión y que por él estaría bien si Latban estaba presente.
Se lo comenté a Latban y él me dijo que no tenía otro horario programado. Entonces le dije al sacerdote que me reuniría con Carl lo antes posible. Por supuesto, le dije que yo decidiría el lugar de encuentro.
«Incluso si nos íbamos a reunir, de todas formas lo haríamos en una sala de juntas.
Y eso ya era bastante tranquilizador para mí. Elegí deliberadamente una sala de juntas donde entra y sale mucha gente. En caso de que algo sucediera, las personas de afuera pueden enterarse de inmediato.
Antes de ingresar, confirmé que no había nada malo con Latban.
«El Sacerdote Carl llega un poco tarde».
Pensé que él cumpliría su cita, pero pude ver que el minutero del reloj estaba un poco más allá de la hora señalada. Tan pronto como terminé de hablar, pude sentir la presencia de alguien en el pasillo.
«Eso es raro. Esto es…».
Latban parecía desconcertado al escuchar los pasos que se acercaban a la sala de juntas rápidamente. Pronto, escuchó que llamaban a la puerta y esta se abrió.
«¿Eeh? ¿León?»
«¿Eeh? ¿Lina?»
Fue León quien abrió la puerta y entró.
«¿Qué está pasando aquí? Se suponía que nos íbamos a reunir con el Sacerdote Carl…»
«Eso es imposible. Yo vine hasta este lugar porque se supone que iba a reunirme con el sacerdote Carl aquí».
La habitación permaneció en silencio durante un rato. León habló primero.
«¿Esta habitación está insonorizada?»
«No lo está. No sé si se alcancen a escuchar las conversaciones, pero si es un sonido fuerte, seguramente se escuchara ¿No es así, Latban?
Latban asintió con la cabeza ante lo que dije. Entonces León se me acercó rápidamente.
«Entonces tendremos que hablar un poco más».
Y fue el momento en que León se sentó a mi lado.
«¡Aaahh!»
De repente, una sensación de ser alcanzada por un rayo fluyó a través de mi cintura. Mi cuerpo, sentado en el sofá, se derrumbó hacia adelante.
«¡Hmm!»
«¡Lina!»
Latban y León gritaron sorprendidos. Y en el momento en que León, que estaba frente a mí, se me acercó rápidamente, sentí que el lugar en entre mis muslos me quemaba, específicamente donde tenía las marcas.
«¡Ahh!»
Me tapé la boca con las manos al escuchar sonido del gemido que brotó de mi boca de inmediato. Sin embargo, un gemido que no pudo ser bloqueado salió a través de mis manos temblorosas. Gemí de dolor al sentir mi piel repentinamente sensible. Negué con la cabeza como loca. Sentía como si alguien me mordiera todo el cuerpo o lo lamiera.
«Lina, ¿estás bien?»
Escuché la voz sorprendida de León por encima de mi cabeza. Al mismo tiempo, sentí su brazo sujetándome. Unos brazos grandes, gruesos y duros. Lo característico de un hombre que podría abrazarme y codiciarme de esa manera.
Sentí que mi abdomen se tensaba y se mojaba el área entre mis piernas.
Conozco su cuerpo. Como me estaba volviendo loca debajo de su cuerpo, en esa habitación oscura. Su cosa grande y dura entrando repetidamente en mi cuerpo y dándome placer.
«León…»
Una respiración profunda se escapó de mi boca mientras gemía. Antes de que me diera cuenta, mi mano, que estaba en mi boca, estaba abrazando su cuello. Que me bese del mismo modo y me abraza como entonces. Como loco. Hasta que llore y le ruegue que pare.
Eso es lo que yo quiero.
«¡Mm!»
Tan pronto como intenté besar los labios de León, recuperé el sentido al escuchar la voz de Latban.
«Oh…»
En este momento, pude ver lo que iba a hacer. Reuní todas las fuerzas que me quedaban y empujé a León, que estaba muy avergonzado. Afortunadamente, su mano, que me sostenía, se alejó. Agarré el extremo del sofá y escondí mi cuerpo tambaleante detrás de él. Grité con todas mis fuerzas a León y Latban, que estaban a punto de acercarse.
«¡No te acerques demasiado!»
«… ¿Lina?»
«Si te acercas… ¡Oh, Dios mío!»
En ese momento, colapsé en mi asiento y experimenté una sensación de calor como si mi cerebro se estuviera derritiendo. Localicé con la punta de mi dedo el lugar donde comenzaba la sensación y lo toqué. En el interior de mi muslo, se encontraba la marca que quedó como un estigma en un lugar secreto. Cuando presioné ese lugar, sentí que era la respuesta y mis sentidos que estimulaban mi cuerpo explotaron.
La intensidad subió por mi espalda. Mi boca, que había suprimido mis gemidos, se abrió y mi mandíbula chocó.
«¿Por qué?»
‘¿Por qué? ¿por qué? ¿en un momento como este?’
Mientras me esforzaba por levantar la cabeza, León y Latban, que estaban tan avergonzados como yo, se veían desorientados. León no sabía qué demonios iba a pasar, y Latban estaba avergonzado porque sabía muy bien lo que iba a pasar en el futuro.
Recordé el día en que experimenté esta sensación por primera vez. En ese momento, me aferré a Latban como loca y froté mi cuerpo contra él. De una manera que no puede explicarse más que con la palabra «calentura».
Cuando recordé ese momento, me sentí lo suficientemente avergonzada como para olvidar incluso la lujuria que me invadió. ¿Volverán a verme así estas dos personas?
«Santa».
Latban se me acercó. Parece que ya se había dado cuenta del estado en el que me encontraba. Después de dudar varias veces en acercarse a mí, agarró cuidadosamente mi hombro encorvado. Iba a aguantarlo sin importar qué. Pero en el momento en que Latban me tocó, mi determinación pareció en vano como un castillo de arena frente a las olas.
«¡Ha, ah, ah…!»
Mi boca continuó escupiendo un aliento profundo y mi voz se iba integrando cada vez más. Escuché la voz de Latban, como un suspiro.
«¡Por qué estás…!»
«¿De nuevo?»
León no se perdió el murmullo de Latban.
«¿Significa que Lina ha hecho esto antes»?
La expresión de León se contrajo terriblemente. Latban evitó la mirada de León y no respondió. ‘¿Cómo interpretó las acciones de Latban?’ León inmediatamente agarró a Latban por el cuello.
«Será mejor que expliques qué es lo que le pasa a Lina, Latban. No importa quién la mire…»
León se tragó por completo lo que iba a decir y se mordió los labios. Su rostro estaba lleno de desprecio hacia Latban. Esa expresión por sí sola mostraba lo que León estaba pensando. Pensó que era por culpa de Latban que yo estaba así.
En el momento en que me di cuenta que León había malentendido la situación, agarré una esquina de su ropa. Entonces León soltó la mano que sostenía a Latban y se inclinó hacia mí. Sostuve el brazo de León y le dije:
«Latban… No… Esto es…»
¿Qué debería explicarle y cómo lo haría? Mi mente no se organizó fácilmente. Si no puedo decírselo, al menos debería mostrarle. Metí su mano bajo la falda de mi túnica. Su mano grande y ancha desapareció debajo debajo de mi túnica.
“¡……!”
El rostro de León tenía una expresión de incredulidad. Pero no alejó su mano. Al ver su actitud, con su mano pegada a mis piernas, lo conduje más adentro.
«¡Ah, ah, hah…!»
Cuanto más se acercaba su mano a la marca, más temblaba mi cuerpo. Pronto su mano tocó profundamente entre mis muslos. Mis piernas se revelaron claramente debajo de la túnica enrollada por su mano. Latban, que me estaba mirando, giró la cabeza rápidamente. Por el contrario, León no apartó sus ojos de mis piernas. Sus ojos se dirigieron hacia la marca ubicada en el interior de mi muslo.
«Esto es…»
«Es por esto. Esto… Yo… Por esto… La última vez, Aslan me abrazó toda la noche… Me las arreglé para calmarme… ¡Oh, Dios mío!»
Mientras me esforzaba por seguir hablando, León imprimió más fuerza a la mano que sostenía mi pierna cuando mencioné el nombre de Aslan. Su mano cubrió la marca. En ese momento, mis ojos se pusieron blancos y mi cuerpo se contrajo como si hubiera sido alcanzado un rayo. El placer estremecedor que me invadió parecía haber arrancado toda la fuerza de mi cuerpo. Mi cuerpo, que ya no podía aguantar más, trató de colapsar hacia el suelo, pero León inmediatamente me agarró y pude aguantar.
«Realmente… Latban no hizo nada malo…»
Los ojos de León se oscurecieron al escuchar mis palabras. Luego me preguntó en voz baja y entrecortada:
«¿Estás preocupada por él ahora?»
León me abrazó. El oscurecimiento de sus ojos parecía oscilar hacia el negro. León me preguntó de nuevo:
«Si te sientes mejor ahora es… ¿Simplemente por qué te estoy abrazando?»
Me esforcé por asentir a su pregunta. En realidad, había otra forma. Pero en este momento, incluso si él me hubiera mencionado el otro camino, habría asentido. Cualquiera de los dos estaba bien. Por favor, abrázame.
Mi mente estaba llegando de nuevo a su límite. Empecé a sentirme ansiosa por el comportamiento de León de no hacer nada más que abrazarme. Tan pronto como levanté la cabeza, noté que Latban, que estaba detrás de León, me estaba mirando.
En el momento en que sentí su mirada, mordí mis labios con fuerza. Volví a mis sentidos un poco con un dolor punzante y les dije:
«Por favor… Ustedes dos… Por favor, salgan de aquí… Trataré de aguantar de alguna manera…»
Sin embargo, solo fue un momento de resistencia a mis deseos desbordantes. Nuevamente, la lujuria que comenzó en el interior de mis muslos se extendió por todo mi cuerpo. Las llamas se extendieron por todo de mi cuerpo. La parte inferior de mi abdomen se tensó y mis manos querían moverse hacia abajo arbitrariamente. Una uña invisible arañó mi piel. Mi cuerpo volvió a arder.
Si no le pido ayuda a alguien en este momento, no tengo más remedio que calmarme yo misma.
‘No’.
Lo que menos quería era que los dos me vieran de esta manera.
Sin embargo, aunque pensé que no podía, mis manos se movieron por voluntad propia. Sentí que la ropa que traía puesta como me envolviera realmente y esa sensación era desesperante. Tenía que deshacerme de ellas ahora mismo. No lo dudé más.
Mi túnica se deslizó hacia abajo con el movimiento de mis manos y casi se desgarró. Mi mano hurgó entre la ropa interior que no podía quitarme. Finalmente, agarré mi pecho y comencé a masajearme.
«Oh, qué bien…»
Me sentí desesperada al hacer esto, pero no pude detener mis manos. Pensé que moriría si no hacía esto. Sentí como la punta de mi pecho se elevaba bruscamente a través de la fina tela.
Esto no era suficiente. Mi cuerpo quería un estimulo mayor. Sin saberlo, mi mano, que estaba masajeando mi pecho, captó mi pezón que se elevaba. Entonces lo agarró y lo retorció.
«¡Ha, ha!»
En ese momento, mis ojos se pusieron blancos y mi boca exhaló.
Más. Necesito algo más. Esto no es suficiente. Necesito a alguien que no sea yo. Un hombre.
En ese momento, pude escuchar los pasos y las palabras de varias personas al otro lado de la puerta. El sonido se acercó rápidamente a la habitación en la que estábamos.
«¡Alguien está usando esta sala de juntas!»
«¿En serio? Entonces no se puede evitar. Usemos la de al lado. Para aquellos que están esperando a otros sacerdotes, por favor esperen en el pasillo por un tiempo».
Las voces de los sacerdotes que se acercaban, se escuchaban a través de la puerta. Cubrí mi boca. Pensé que podría dejar que Latban y León salieran y mientras que yo intentaría calmar un poco esta lujuria por mí misma. Pero ahora que había personas afuera, noté que era difícil salir de aquí. Entonces pensé en una idea más terrible.
Si no puedo superar esto yo sola y necesito encontrar una persona con quien mezclar mi cuerpo. Entonces necesitaría visitar a los sacerdotes.
«No quiero…»
Los dos se acercaron cuando escucharon mi voz.
«Odio las cosas como esto… ¿Qué me pasa…»
De inmediato me sentí triste. Lágrimas, mezcladas con la sensación de sentirme sucia y avergonzada, continuaron bloqueando mi vista. Muchos pensamientos pasaron por mi mente.
¿Por qué demonios, Yvelina aceptó esto en su cuerpo? ¿Era esto lo que ella quería? ¿Así es como quería verse? ¿Jadeando como una fiera y frotando su cuerpo sin ningún interés en comportarse como un ser humano?
«Eso no puede ser cierto».
Es imposible que ella haya obtenido esta marca de forma voluntaria.
Recogí la túnica que me había quitado y me tapé la boca. Me sentí terrible y miserable al ver mi cuerpo temblando de lujuria. No pude seguir soportándolo y terminé masturbándome. Y ahora tengo que contener la respiración sin siquiera hacer un sonido. Y sobre todo… Lo más insoportable era mostrar este tipo de comportamiento frente a ellos.
Un sollozo volvió a brotar de mi boca obstruida. Volví a pasar la mano por las marcas. Debido a esto. Sin esto…
Mis uñas se clavaron en la carne blanda dentro de mis muslos. Sentí dolor por clavar mis uñas en mi piel, pero no me detuve. Si pudiera arrancarme estas marcas, podría soportar cualquier cosa.
Como esto.
León y Latban sostuvieron cada una de mis manos al mismo tiempo. Sacudí la cabeza con brusquedad como para manifestarles que me soltaran. La túnica que tenía en la boca cayó al suelo.
León habló primero.
«Por favor, cálmate Lina».
Se puso de pie abrazándome. Y un sonido áspero salió de su boca.
«Qué demonios, quería estar contigo de nuevo, pero no de esta manera».
Ante eso, Latban agarró a León por el hombro.
«¿Qué estás tratando de hacer? Suelta a la Santa».
Con una voz baja a modo de advertencia, León miró a Latban.
Se viene lo bueno en varios sentidos.
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