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FS-136

07/02/2022

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Yvelina, que tanto esperaba morir, me dejó su cuerpo y su memoria, y sólo su alma dejó este mundo. Yo fui la única que lloró cuando desapareció y cuando lo hizo supe lo que ella pensaba acerca de mí: ella me odiaba.

Al final de su vida, Yvelina sonrió ya que pensó:

“Mis padres no me abandonaron. Siempre hubo alguien que pensó en mí”.

«Tú…»

Iris me miró llorando y negó con la cabeza.

«No… tú no eres… mi hermana».

¿Ella podía saberlo porque su cuerpo alguna vez tuvo Poder Sagrado? ¿O era posible que lo supiera porque eran hermanas? Al darme cuenta de lo vano que era pretender ser una hermana mayor para ella en lugar de Yvelina, le dije a Iris:

«… Yvelina se ha ido».

Los ojos de Iris se abrieron de par en par, y ahora se había dado cuenta de que la palabra «adiós*» que acababa de escuchar era de despedida.

*La palabra que utiliza Yvelina para despedirse es 안녕 (annyeong), la cual en coreano significa hola y adiós. Iris había entendido su significado como hola y hasta este momento entiende que Yvelina en realidad se estaba despidiendo.

«¿Qué…?»

«Iris, tengo mucho que contarte».

A partir de los recuerdos de Yvelina, quería contarle a Iris todo lo que ella no había podido decirle en vida. Desde lo mucho que había culpado a sus padres y cómo los extrañaba. Hasta lo que pensaba de la hermana que había conocido al final de su vida.

Miré a León, que sostenía a Iris. Se encontró con mi mirada y me dijo:

«Lo siento.. No sé quién eres, porque no eres Yvelina, pero…»

Él continuó hablando con una sonrisa amistosa:

«Sé que he estado enamorado de ti, Lina». 

También le respondí con una sonrisa al escuchar sus palabras.

«… Gracias, León. Te lo contaré todo cuando termine».

Entonces León bajó cuidadosamente a Iris, y se acercó a Carl que se estaba quejando en el suelo y le pisó la cintura, lo que hizo que emitiera un aullido bestial. Me aparté dándole la espalda a esa desagradable criatura. Entonces, pude ver que el límite se debilitaba. Si el límite se rompía, el dios antiguo lucharía para matar este cuerpo.

«No quiero morir».

Ese era mi único deseo en este mundo, pero ahora era diferente. No solamente no quería morir, quería vivir para poder ver y conocer más junto a la gente que me quiere.

En ese momento, el límite hecho con Poder Sagrado se rompió, y la luz dorada del antiguo dios cubrió el cielo.

El final estaba por llegar.

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Perspectiva de Aslan

Aslan se rio en cuanto reconoció el límite que la rodeaba. Sin embargo, nadie notó su sonrisa porque estaba en su forma original.

‘Su Poder Sagrado había regresado a su cuerpo’.

Él siempre había odiado el Poder Sagrado debido a que era una bestia mágica. Y este era un poder que no encajaba con él. Un rechazo instintivo al poder que podría dañarlo.

‘¿Cuándo se había vuelto tan natural para él este poder que nunca había recibido bien en miles de años?’

Aslan miró la barrera que la rodeaba. Sin importar lo fuerte que fuera su Poder Sagrado, habría un límite. La barrera que la rodeaba fue perdiendo poco a poco su luz debido a las acciones del dios antiguo, el cual luchaba como loco. Los golpes con su látigo de luz causaron que la luz que era sólida hace un rato se volviera gradualmente dorada.

Aslan odiaba esperar. Su paciencia era sólo para su compañera. Además, el oponente estaba intentando dañar a su compañera. Él no tenía ninguna razón para esperar y atacar.

No sabía cómo salvarla. Así que Aslan hizo lo único que podía hacer. Aslan saltó al cielo y se dirigió hacia el cuerpo del dios antiguo que intentaba romper el límite. Entonces, una parte del cuerpo del dios antiguo se envolvió alrededor del cuello de Aslan. Tan pronto como su mente estaba a punto de desdibujarse debido al terrible dolor, la energía afilada de una espada cortó el cuerpo del dios antiguo. Aslan sacudió su cabeza con fuerza y miró hacia abajo.

«Latban». 

El perro de pelo negro no dejaba de atacar al dios antiguo. El comandante de los Caballeros del Templo, que podía lidiar con bestias mágicas, ahora estaba lidiando con dioses de otras dimensiones. Aslan se sintió molesto y aliviado al mismo tiempo al ver a semejante Latban.

Era la primera vez en la vida de Aslan que se enfrentaba a un enemigo junto con otra persona, y quizás la última.

También era casi un milagro que pudieran aguantar en su lucha contra un dios en primer lugar, ya que eran seres con diferentes dimensiones de poder.

‘¿Pero acaso ellos no lo sabían?’

Aslan sacudió la cabeza con rabia, escupiendo los restos del dios que tenía en la boca. Entonces se dio cuenta que la parte del dios que escupió se movía hacia una determinada dirección. Aslan saltó de nuevo, arrancó de un mordisco una parte del cuerpo del dios y la tiró a propósito. Luego escupió lo que había absorbido como antes y este pedazo se arrastró de nuevo hacia el cuerpo del dios.

«¡Aslan!»

Gritó Latban, que lo observaba. Aslan se dio cuenta a lo que se refería. Todavía no sabían dónde estaba la debilidad de este dios y qué parte cortaban debido a la apariencia del dios antiguo similar a una masa de luz. Pero ahora, los dos notaron que había una parte central de ese cuerpo.

Latban y Aslan atacaron simultáneamente en dirección hacia donde se dirigían los trozos cortados del dios. 

Los dientes de Aslan atraparon la luz y la desgarraron, y la espada de Latban cortó la luz. Una esfera dorada del tamaño de una casa se vio entre las luces doradas agrietadas. Y en ese momento se formó una herida muy pequeña en la parte superior de la misma.

«¡……!»

Los gritos sobre su cabeza sacudieron al mundo.

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Perspectiva de Latban

«¡Lo encontré!»

Latban volvió a fijar la espada y miró al dios. Hasta ahora, sentía como si estuviera cortando agua. Por mucho que cortara y cortara, no creía que le hubiera hecho daño. Sus movimientos sólo habían servido salvo para bloquear un poco el movimiento del dios antiguo. Pero ahora, por primera vez, el dios mostraba una reacción significativa. 

En ese momento, el dios antiguo, que era como una bola blanda, pareció temblar y luego creció.

«¡……!»

Latban miró hacia el cielo al notar el cambio en la apariencia del dios antiguo. El dios antiguo rompió rápidamente el límite hecho con Poder Sagrado. Y mientras el dios se extendía hacia el cielo, Latban supo a qué apuntaba.

La muerte de Lina.

El dios antiguo decidió centrarse en su objetivo en lugar de ocuparse de las cosas que lo bloqueaban.

Al ver la luz dorada del dios antiguo extendiendo su cuerpo como si fuera a cubrir todo el cielo, Latban apretó los dientes. Fue entonces cuando:

“Perro negro”.

Aslan otra vez lo estaba llamando así, así que volvió a pensar que Aslan era un imbécil. Latban miró a Aslan.

«Yo he visto su debilidad».

Ante eso, Latban asintió. Su debilidad era la esfera que parecía estar hecha de oro.

«Y tú la cortaste». 

Dijo Aslan tranquilamente como si no fuera nada. Por supuesto, si estuviera frente a él, podría cortarla. ¿Pero cómo puede acercarse al núcleo del dios que cubría el cielo? Y miró sorprendido a Aslan mientras lo pensaba.

«De ninguna manera…»

Aslan al momento siguiente rugió y el sonido se tragó las siguientes palabras de Latban. Luego, Aslan voló hacia el cielo.

Al reconocer que Aslan se acercaba a su núcleo, el dios antiguo se alejó apresuradamente de Latban y detuvo a Aslan, que se precipitaba hacia él.

«¡……!»

A diferencia de las acciones anteriores de Aslan, él ya no buscaba evitar los ataques del dios. Sus ojos rojos, su pelaje, sus patas y el enorme cuerpo de la bestia rápidamente se volvió dorado. El dios antiguo no podía expresar sus sentimientos en lenguaje humano, pero si pudiera hacerlo diría que ahora siente una emoción cercana a la alegría.

Por fin, el ser que bloqueaba constantemente su poder estaba tratando de convertirse en parte de él. El dios antiguo estaba dispuesto a aceptar el cuerpo de la bestia mágica. Así que ni siquiera notó que la boca de la bestia mágica se acercaba a su núcleo.

Todo el ser de Aslan se estaba derritiendo. Sus huesos y sus músculos se convirtieron rápidamente en parte del dios antiguo. Sin embargo, Aslan aún tenía sentido de la razón. Confiando únicamente en sus sentidos, se dirigió a lo más profundo del cuerpo del dios con todas sus fuerzas. Y en el momento en que supo que había llegado al lugar donde estaba la esfera, el cual quedaba hasta el final del cuerpo del dios, abrió su boca de par en par.

Latban no se perdió el momento en el que Aslan abrió su boca y cortó la esfera dorada frente a él sin dudarlo. El Poder Sagrado (la luz azul) que custodiaba esta tierra, cortó al dios de otro mundo tal como era.

Entonces, se produjo una enorme explosión de poder.

El cuerpo del dios antiguo se derrumbó, y la luz dorada que había cubierto el mundo se rompió en pedazos, cayó al suelo como arena y desapareció incluso antes de alcanzarlo.

Latban cayó al suelo junto con la gran cabeza de la bestia que se disipaba. Latban utilizó todo su Poder Sagrado para protegerse justo antes de golpear el suelo, pero aún así sufrió el impacto de la caída. Pero lo importante ahora no era el dolor del cuerpo. Se apresuró a examinar el estado de Aslan. Sin embargo, por mucho que lo mirara, no podía tener ninguna esperanza de que sobreviviera.

La bestia mágica que siempre había sido sincera respecto a su opinión sobre mí y sobre el Gran Templo. La bestia mágica que abrazó a Lina como si fuera suya. En este momento se encontraba muy mal.

No había ninguna razón para que Latban favoreciera a Aslan. Sin embargo, Latban esperaba que no muriera.

«Todavía no… No se ha acabado… No se ha acabado».

Al escuchar la voz de Aslan, Latban miró hacia atrás apresuradamente. Había un núcleo dorado cortado rodando por ahí. El cual volvía a convertir los alrededores del mismo color que él.

“Acércame al núcleo”

«Por qué…»

«Si se trata de… Me recuperaré…Ya que… Eso no es un dios… Tengo que hacerlo…»

Al saber que lo hacía por Lina, Latban dudó durante un momento, pero luego tiró del cuerpo de Aslan.

Cuando Latban acercó el cuerpo deshecho de Aslan al núcleo del dios antiguo, el maná de Aslan se extendió rápidamente. En un instante, el cuerpo de Aslan se cubrió de una luz dorada. Junto a él, Latban sacó una espada y reunió su Poder Sagrado. Si algo salía mal con Aslan, él tenía que cortarlo.

«¡Aslan! ¡Latban!»

En ese momento, Latban escuchó  una voz que los llamaba a ambos desde lejos.

☆.。.†:*・゜☆.。†.:*・゜☆.

Corrí frenéticamente hacia Latban y Aslan.

Aunque ¿Todavía podría llamar a eso Aslan? ¿A aquella bestia mágica que parecía haber perdido la mayor parte de su cuerpo y que tenía derretido la mitad del pelo que le quedaba? Pero cuando grité, vi que los ojos de Aslan se movían. Estaba segura de que él podía escuchar mi voz.

«¡No te acerques!»

Cuando me acerqué, Latban me detuvo.

«¡Déjame verlo! ¡Aslan! ¡Aslan!»

Intenté apartar a Latban, pero él me atrapó sin señal de moverse. Grité con voz resentida a Latban.

“¿Por qué arrastraste a Aslan a esto? ¡Aslan!”

En cuanto intenté usar mi Poder Sagrado en él, me frustré al saber que mi Poder no podía brindarle ninguna ayuda. Ya que el Poder Sagrado no podía curar a los seres que tenían maná. Y también era inútil poner una barrera.

«… eso es lo que él quería».

«¿Qué dijo?»

«¡Dijo que debía hacer que no fuera un dios…!»

En el momento en que Latban habló, una luz deslumbrante estalló detrás de él. Me cubrí la cara con el brazo y miré hacia donde estaba Aslan. Una luz dorada cubrió el suelo, pero no era completamente dorada. Ahora era rojiza. La luz se extendió rápidamente y me atrapó.

«¡Lina!»

Latban trató de cortar con su espada la luz que subía por mi mano, la cual se derrumbó de golpe. Sin embargo, levanté mi mano para bloquearlo.

Esta luz no estaba destinada a matarme. No, era más bien…

«… ¿Aslan?»

Esta sensación de tocar mi brazo suavemente era muy familiar, y mientras murmuraba esto, la luz se reunió frente a mí, creando lentamente una figura familiar.

«… Aslan».

Antes de darme cuenta, Aslan estaba de pie ante mí, pero era tan transparente como para decirme que no era real.

«¿Cómo es esto posible…?»

«Me he mezclado con el dios, y como su núcleo estaba roto, este absorbió mi poder para reparar su fractura con una fuerza fuerte de nuevo”.

Aslan dijo esas palabras con calma, pero yo cerré mi boca al entender el significado de lo que estaba diciendo. 

«¿Por qué de esta forma?»

“Este es un dios, por lo que no es posible matarlo. Si lo dejaba así, seguro algún día recuperaría sus fuerzas e intentaría matarte. Para evitarlo, tuve que hacer que no fuera un dios y la única forma que se me ocurrió fue esta».

Aslan bajó su mirada como si estuviera curioso por su apariencia hecha de luz, y continuó diciendo:

«Ahora continuaré con esto. Y cada vez que intente matarte, podré detenerlo».

No pude responderle nada a Aslan, ya que por muy fuerte que fuera mi Poder Sagrado, seguía siendo un ser humano. Y por mucho de que yo hubiese ganado el cuerpo de Yvelina, yo era un ser que viviría como máximo unas décadas. Mientras que para Aslan, que viviría indefinidamente, este tiempo sería como un instante. Y por este tiempo, él abandonó su existencia.

La apariencia de Aslan se estaba desvaneciendo. Él estaba a punto de dormirse con el dios.

«Así que ve lo que quieras ver y ve a donde quieras ir. No olvides que yo estoy pendiente de cada paso que das».

«Aslan…»

Mi ojos se me nublaron por las lágrimas crecientes. Aslan me sonrió e inclinó su cabeza. Sus labios se tragaron mis lágrimas aunque esto debía ser una ilusión.

«No pongas esa cara porque no me estoy muriendo, ahora soy un semidiós, así que de vez en cuando… si hay un lugar en este continente donde el poder es turbulento e inestable, es posible que me vuelva un ser sagrado. Entonces…”

Antes de que Aslan terminara de hablar, le respondí:

«Lo encontraré».

Gracias al conocimiento que adquirí de la memoria de Yvelina, supe a qué lugar se refería Aslan. Lugares donde los milagros pueden ocurrir en este continente. Lugares en donde el Poder Sagrado que mantiene este mundo se debilita y se mezcla con el de otros mundos. Y en esos lugares, los seres con gran poder se escapan de las leyes de este mundo y aparecen a su manera.

Me di cuenta de que ese es el único lugar donde podría ver a Aslan.

«Iré a buscarlo. Así que sólo…»

Aslan sonrió ante mis palabras.

«Te estaré esperando, mi compañera».

Ese fue su último comentario.

Aslan desapareció sin decir adiós. Ahora, la luz roja del dios antiguo permeó lentamente el suelo y desapareció.

El cielo claro rociaba la luz del sol como si no hubiera pasado nada en las ruinas después de que todo terminó.


ok, Aslan no murió, trascendió como novela china de cultivo. Eso esta mejor, puedo vivir con ello.

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