Episodio 11.8
Lydia, que tenía el estómago lleno, eructó profusamente e incluso después de ver las heces doradas que indicaban que sus intestinos estaban fuertes, volvió a quedarse dormida.
Claire, que sostenía a Lydia dormida y le daba palmaditas en la espalda, miró a Balt, que se humedeció la boca áspera con vino.
¿Qué diablos le pasó a este hombre temprano en la mañana mientras dormía? Era imposible preguntarle a un niño que no podía hablar, pero era incapaz de adivinar nada sólo por la expresión de Balt, por lo que los ojos de Claire se llenaron de preocupación mientras lo miraba.
“Prestaré más atención a partir de mañana. Para no incomodar al Marqués…”
Balt se levantó sin decir palabra y se echó la capa sobre los hombros. Luego puso una leña más en la chimenea que todavía ardía intensamente. El aire frío de Altas que solía hacer temblar a Claire por la mañana no se sentía en absoluto.
‘Ahora que lo pienso, siempre fue así cuando permaneció en esta torre.’
‘Tal vez sea porque estoy sosteniendo a Lydia.’ – Hoy hacía inusualmente más calor. No sintió ningún escalofrío cuando lo vio caminar con su habitual rostro inexpresivo. Aunque su cuerpo dio un paso atrás.
Como si se la quitara, Balt sostuvo a Lydia que se quedo dormida en los brazos de Claire y subió las escaleras. Ella, que había perdido a su hija inesperadamente, siguió de cerca detrás de Balt.
Balt subió rápidamente las escaleras, abrió la puerta del dormitorio y colocó a la niña en la cama. Mirando a la niña dormida con la expresión más cómoda del mundo, arrojó un poco de leña a la chimenea al lado de la cama.
Claire, que estaba mirando a Balt, se paró junto a él sosteniendo un atizador. Sintiendo que tenía que hacer algo, empujó la leña encendida más profundamente en la chimenea. Balt, que tomó el atizador de la mano de Claire, lo colocó contra la pared y miró a Claire.
“Le voy a pedir al Barón Kainz que instale una cama nueva hoy.” (Balt)
“¿Cama? Esto también es nuevo…”
“Para la niña.” (Balt)
Mientras sostenía un puñado del cabello ondulado de Claire, que le llegaba hasta la cintura, Balt inconscientemente levantó los labios. – ‘Creo que puedo entender al niño que me arrancaba el cabello mientras se quejaba de hambre.’ (Balt)
‘Me gusta la naturaleza del niño de centrarse sólo en lo que quiere en el momento en que sus instintos se hacen cargo. Siento que no es diferente de mi deseo de desgarrar a esta mujer.’ (Balt)
Mientras tiraba suavemente del cabello que estaba enrollado alrededor de los nudillos de sus dedos, el hombro de Claire fue arrastrado suavemente. En lugar de labios ligeramente entreabiertos, besó su cabello gris.
“A partir de hoy, la pequeña dormirá allí. Así que ya no duermas acurrucada.” (Balt)
Balt, que le mordió ligeramente el labio inferior, empujó su lengua caliente dentro de ella. – ‘No pienso tolerar más sus hábitos de dormir, acurrucada en el borde de la cama.’
Su voz, que añadió calor a la boca de Claire, rompió en voz baja.
“Porque me preocupa.” (Balt)
****
‘A Lydia le gusta Balt.’
Cuando los tres pasaron la noche juntos durante tres días, Claire también lo admitió. Cuando esta pequeña escuchaba los pasos de Balt, se paraba firmemente en el borde de la cama y fijaba sus ojos muy abiertos en la puerta.
Luego, en el momento en que se abría la puerta y entraba Balt, empezaba a soltar palabras que no tenían sentido.
“Bappa, bappa, mamá, mamá.”
Cuando Balt agarró su dedo, Lydia apretó con fuerza el largo dedo de Balt y lo sacudió, luego poco a poco lo masticó con sus lindos dientes que sobresalían.
Balt presionó la pequeña frente de Lydia, que no estaba dispuesta a soltarlo. Por supuesto, la frente de Lydia, que se tambaleó y cayó hacia atrás, nunca tocó el pie de la cama.
Cuando Lydia, que había estado jugando y haciendo cosas sin sentido por un tiempo, se durmió, Balt finalmente se sentó en una silla en un rincón con las piernas estiradas y leyó un libro.
A primera hora de la mañana, después de cuatro días de convivencia incómoda, Gelda le dio al Caballero Dylan la noticia de que la fiebre de Finn y Luca había disminuido. Cuando Claire dijo que llevaría a Lydia al anexo mañana, Balt asintió con indiferencia. Aunque mantuvieron una buena relación, fue una respuesta tranquila que podría considerarse fría.
Claire cubrió cuidadosamente el cuerpo de la niña con la manta que Lydia se había quitado. Al pensar que mañana debería alejarse nuevamente, se sintió deprimida.
“¿Por qué es eso?” (Balt)
Balt señaló con la mano a Lydia, que estaba dormida.
“¿Por qué sigue masticando algo repetidamente?” (Balt)
La expresión de Claire se suavizó mientras miraba a Lydia mordiendo el extremo de la manta empapada.
“Porque le están creciendo los dientes. El primer diente de Lydia se retrasó, pero parece que le están saliendo varios dientes a la vez. Le hace cosquillas, así que sigue intentando morder algo.”
“Su mordida es bastante dolorosa.” (Balt)
Me pregunto si los dientes de Lydia dejaron marcas o algo así, pero duele. El Marqués, que estaba haciendo una broma inútil, se echó a reír. Fue sorprendente cómo aceptó las bromas de Lydia.
“¿De verdad te gustan los niños?” (Balt)
Preguntas extrañas surgieron una tras otra. Pero esta vez no fue necesario pensar mucho.
“No.”
“¿Lo odias?” (Balt)
“No.”
“¿Entonces?” (Balt)
“No lo sé. Nunca había pensado en eso.”
La razón por la que sus tres hijos son tan importantes para Claire es porque son su familia. Cosas que le pertenecen a ella. <dark.imreadingabook.com> De lo contrario, ¿qué importa si su vida es lo suficientemente dura para mantenerla a salvo?
“¿Y si fuera un niño que has engendrado?” (Balt)
Cuando Claire, que había estado vigilando la cama de Lydia, giró la cabeza, los ojos de Balt volvieron al libro. Sus ojos implacables, como si no estuviera pidiendo específicamente una respuesta en particular, todavía seguían fijos en su libro favorito, ‘La heroica epopeya de Nicholas Rüngen’.
“Una vez sufrí una fiebre intensa. Me enfermaba con frecuencia porque no podía comer adecuadamente desde que era joven y vivía en un lugar con mucho frío.”
Una vez cuando estuvo enferma, estuvo sufriendo entre diez a quince días y pensaron que cruzaría el umbral de la muerte antes de que termine el día. Se dice que la tía Gelda se preparaba para su muerte cada vez que Claire enfermaba. – ‘Nuestra Claire va a tu lado hermana. Entonces, debes seguirla.’
Entonces nació Finn. Cuando Luca nació uno tras otro y llegó Lydia, Claire, que había estado ocupada postrada en cama todos los años, de repente soportó el invierno.
Esta fue la razón por la cual la tía Gelda, que solía rechinar los dientes cuando se trataba de Andin, no se quejaba mucho a pesar de que estaba criando sola a tres hijos.
“El médico dijo que me resultaría difícil tener hijos.”
Incluso cuando Claire escuchó a la tía Gelda llorar después de escuchar la noticia, a Claire le resultó difícil entender el significado de aquel llanto.
‘¿Qué hay de triste en eso? De todos modos, nunca soñé con vivir una vida normal como esposa de alguien.’
En cambio, le preguntó a tía Gelda si no era aún más ridículo querer algo así.
“Así que, si estas preocupado por ver a un hijo de mi parte, puede relajarte. No puedo ser madre.”
“¿Por qué me preocuparía por eso?” (Balt)
Los ojos de Balt volvieron al libro después de dejar caer una risa indiferente.
“Tanto si tienes hijos como si no, tú eres mía.”
****
Era un amanecer tranquilo, cuando hasta los animales de la montaña dormían, los ojos de Lydia brillaban intensamente sin rastro de somnolencia.
La niña parecía estar cansada de golpear la mejilla de Balt, por lo que su objetivo cambió a su cabello. Balt estiró sus cortos brazos y piernas y sujetó las piernas de la niña que trepó hasta su pecho para arrancarle su cabello.
La niña, que había estado trepando al pecho de Balt, ahora le pisó el cuello y le aplastó los labios. – ‘Es descarada y valiente, y se parece a su tía, pero no sé a quién se parece con este persistente deseo posesivo.’
“¿Por qué estás tan obsesionada con mi cabello?” (Balt)
La niña lo agarró del cabello y tiró de él con más fuerza de la que parecía. Balt, que había sido tomado por sorpresa y recibió tal golpe, frunció el ceño y le quitó el brazo a la pequeña guerrera que había perdido el miedo. A juzgar por la sensación de hormigueo en la parte superior de su cabeza, parece que esas manos astutas y larguiruchas habían arrancado una cantidad considerable.
Cuando estiró sus brazos lo suficientemente lejos del alcance de Lydia, la niña comenzó a luchar y a reír. La frente de Balt estaba bastante entumecida, considerando que algo tan pequeño como un dedo lo había pateado.
“Mantente tranquila. Muchacha.” (Balt)
Balt, que giró el brazo para evitar los constantes e imparables pies de la niña que se balanceaba, volvió a girar la frente, que una vez más había sido golpeada como resultado de una advertencia que no iba a funcionar.
Al final de su mirada, hay una mujer dormida. Incluso hoy, la mujer estaba acurrucada al final de la amplia cama, con las manos fuertemente apretadas contra el pecho.
A pesar de que la temperatura en la habitación no era tan fría, parecía como si sintiera frío en todo el cuerpo. Aunque comprobó que estaba dormida y añadió un puñado de leña a la chimenea, su cuerpo enroscado no parecía poder enderezarse.
Sosteniendo al niño que luchaba cerca de su pecho, Balt se llevó el dedo a la punta de los labios y dijo: ‘Shh.’ En lugar de quedarse callada, la niña empezó a reír y a sacudir los pies aún más fuerte.
Finalmente, Balt, con el niño a su lado, se acercó a la cama. Luego, subió la sábana que había caído sobre los hombros de Claire hasta su cuello.
Una parte de él quería aflojar su puño fuertemente cerrado (de Claire), pero se contuvo porque sintió que, si lo hacía, eso la despertaría.
“Bububu… Mamá” (Lydia)
“Shh.” (Balt)
Lanzó otra advertencia a la niña, cuya risa se estaba convirtiendo en lloriqueo cuando vio a Claire. Sin embargo, al darse cuenta de que esta vez no tuvo mucho efecto, Balt soltó una breve carcajada, puso más leña nueva en la chimenea y salió silenciosamente de la habitación.
Mientras cubría al niño con una capa para bloquear el frío que sentía en el pasillo, una patada desafiante lo golpeó sin piedad en el pecho.
“Sé paciente porque es tu último día.” (Balt)
Después de envolverla toscamente, fue al primer piso y la dejó en el suelo, y la vio moverse diligentemente sobre sus pequeñas piernas, que eran increíbles para caminar.
Por un momento, quedó hipnotizado por el contoneo de la niña que caminaba sin rumbo fijo, como si estuviera mirando la leña ardiendo.
<“El médico dijo que me resultaría difícil tener hijos.”>
‘Que miserable. Si recopila todas las historias horribles que conoce, ¿será peor que ella?’ (Balt)
‘La madre fue violada hasta la muerte* por algún aristócrata basura, y ella fue abandonada en el frío y maloliente suelo de una pequeña biblioteca, dejando su cuerpo hambriento y frío, e incapaz de poder tener hijos.’ (Balt)
(N/T: Usan la palabra: 겁탈당해 죽고 que también podría significar intimidada hasta la muerte.)
‘Además, vivió como viuda y crió a los tres hijos de su hermano, llamó la atención de Balt y se convirtió en una mujer al servicio de un noble.’ (Balt)
‘Uf, de verdad.’ (Balt)
‘No hay palabras para expresar este sentimiento de mierda. Me preguntaba por qué, aunque dormía profundamente en mis brazos, su cuerpo estaba acurrucado en el borde de la cama por la mañana. ¡Mierda!’ (Balt)
“Lydia, ¿Claire dormía así cuando vivía contigo?” (Balt)
El Marqués de Morenheitz le hizo una pregunta seria a una niña que sabe enumerar y repetir sonidos extraños como mucho.
Si Max lo hubiera visto, se habría estado burlando de él hasta su muerte y habría estado hablando de ello incluso después de su muerte.
“Mamá, mamá, mamá.” (Lydia)
Lydia, que sostenía la pierna de Balt como si se estuviera cansanda de caminar, seguía señalando la puerta para ver a Claire.
<“…No puedo ser madre.”>
‘¿Es por eso por lo que estás tan obsesionada con estos niños? ¿Porque es algo en lo que nunca podrás convertirte?’ (Balt)
Mientras Balt permanecía congelado y sin moverse, Lydia caminó hacia la puerta.
Hubo una patada en su frente.
Aunque no tenía ni un solo trozo de pan en la boca, le vino a la mente la cara de Lydia como si estuviera llena, mientras le pasaba una cuchara hasta poder ver el fondo del bol.
Balt se acercó a la niña descarada que lo miraba molesta y golpeó la puerta para abrirla. Y luego levantó a la niña. – ‘Realmente, es el último día, así que lo soportaré hasta hoy.’
“No importa cuánto insistas, tu tía es mi mujer. Pequeña niña. Así que ni se te ocurra pensar en ello.” (Balt)
Una feroz patada cayó en su frente evidentemente.
Nameless: Final del Capítulo 11…
Espero que les esté gustando la traducción y corrección de esta novela, la verdad es que estoy enojada con Balt, no se porqué, pero hoy no soporto sus estúpidos pensamientos internos.…
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