Saltar al contenido
Dark

ALTAS – 12.5

29/09/2023

Episodio 12.5

 

Barton, que encontró al Barón Kainz mientras merodeaba por el pasillo, se apresuró a atraparlo ya que podía desaparecer de su vista en cualquier momento.

“Barón Kainz.” (Vizconde Barton)

El mayordomo principal de Voledour tenía una expresión de perplejidad en su rostro, como si no supiera por qué el Vizconde Barton todavía seguía en el castillo. Después de pasar varios días con un trato increíblemente malo, creo finalmente haberlo entendido.

Los habitantes del Castillo de Voledour lo ven como un invitados no invitados.

La conmoción de los últimos días fue demasiado grande para negar la incomprensible realidad.

“¿Se encuentra cómodo, Vizconde Barton?”

‘¿Cómodo? Sí, gracias a ti, estoy tan cómodo que muero del aburrimiento.’ (Vizconde Barton)

Barton expresó su inconfundible disgusto.

“¿Cómo diablos puedo ver a Su Excelencia el Margrave? ¿Cuánto tiempo ha pasado desde que pedí una audiencia?” (Vizconde Barton)

‘¿No está loco el Margrave al tratarme así, a pesar de ser el favorito del Archiduque? Sabe lo que diré cuando regrese al Castillo Langteo. Aunque se celebre un banquete todos los días, a nadie le importa el hecho porque no es suficiente.’ (Vizconde Barton)

‘Oficialmente, todavía estoy de luto por mi padre, así que, aunque hay un banquete, no he tenido una cena de bienvenida desde que llegué de las montañas de Malta con este clima frío.’ (Vizconde Barton)

‘¿Qué hay de la cena?, pero aparte mostrar su cara el día de su llegada, ni siquiera he podido tener una audiencia con él.’ (Vizconde Barton)

“Debo regresar al castillo de Lanteo antes de que haga más frío. Pero por qué sigue postergando la audiencia durante tanto tiempo…”  (Vizconde Barton)

“Ah. bueno. Lo mejor sería marcharse rápidamente antes de que empeore el frío. Fui inadecuado porque no fui considerado con el Vizconde. Apresuraré los preparativos para que pueda irse inmediatamente, incluso mañana mismo.”

El Barón Kainz demostró que no estaba bromeando, llamó al sirviente que pasaban y les dió instrucciones para preparar el caballo y el carruaje del Vizconde Barton. Luego le sonrió al estupefacto Barton, una sonrisa que era tan exagerada que no parecía genuina.

“¿Tiene alguna palabra para dejarle al Maestro antes de irse? Si es así, por favor dígame. Se lo entregaré.”

“¿Q-qué? ¿Qué quieres decir con irme así? ¿Estás loco? Hoy debo ver a Su Excelencia el Margrave. ¿Dónde está ahora?” (Vizconde Barton)

Una voz fría se escuchó detrás de Barton, quien subía las escaleras con la intención de tocar la puerta de la oficina.

“Él no está en el castillo. Está enseñándole a ella a usar una espada en la sala de entrenamiento.”

“¿Ella?” (Vizconde Barton)

Ante la pregunta de Barton, el Barón Kainz le devolvió una sonrisa, que lo hacía sentir mal con solo mirarla.

“Sí. Ella. Mi señor estás ahora con una mujer.”

 

****

 

Cuando le entregó la espada de madera, para su sorpresa, Claire inmediatamente tomó una posición como si pudiera blandirla. Una leve admiración apareció en los ojos de Balt mientras permanecía con los brazos cruzados y observaba a Claire blandiendo la espada de madera.

“¿De quién lo aprendiste?” (Balt)

“De mi abuelo. Mi hermano también me enseñaba a menudo.”

(N/T: Aquí comienzo a sospechar… ¿Por qué a una niña que vive pobremente le enseñarían a usar la espada? Si ella estuvo con el abuelo por un tiempo ¿Dónde está el abuelo? ¿El abuelo era plebeyo, por eso no la pudo ayudar a ella o a su madre? ¿No tenía suficiente poder? Pero recuerden que la madre era instruida e inteligente… Hmm ¡Sospechoso?)

‘Me dijeron que la fuerza de mi mano no era muy fuerte, ni siquiera para afilar.’

“¿Estás aprendiendo a usar una espada para poder cortarle la cabeza así?” (Balt)

“Si lo aprendo, habrá un lugar donde podré utilizarlo. Como el latín.”

Cuando Balt dijo que llevaría a Claire al campo de entrenamiento, le vino a la mente la expresión incómoda que hizo el Conde de Schwabben y las comisuras de sus bocas se abrieron de par en par al mismo tiempo.

<“Pero, mi Señor. Hay mucho trabajo por hacer hoy…”> (Schwabben)

<“No creo que eso sea algo que un escriba deba aprender.”> (Schwabben)

En la oficina del Conde de Schwabben se recogían no sólo informes de Solz, sino también la situación de las cosechas del año en todos los territorios, incluyendo las minas propiedad del Marqués. <dark.imreadingabook.com> El Conde lo dejó todo en manos de Claire sin dudarlo.

Sus habilidades eran geniales, pero el Conde ahora consideraba a Claire, la mujer de su Maestro, como una completa aliada. A excepción de los documentos que guardaba por separado, compartió con ella todo lo sucedido en Genevu.

Claire, que estaba creando un viento débil con la espada que no había empuñado en mucho tiempo, miró a Balt como si de repente hubiera recordado algo.

“Hmm… Quiero decir.”

Balt se acercó a Claire, quien dudaba en hacer una pregunta, y volvió a ajustar el broche de su capa y luego la cubrió con la capucha hasta las orejas.

Ayer fue una costurera y tomó las medidas de Claire. Le agregó unas palabra adicionales a Jake para que se diera prisa, así en unos días podrá vestirla con una abrigada capa de piel.

Balt, que compartió el calor de sus manos en sus fríos oído, instó a Claire a continuar cuando ella cerró la boca.

“Dime. Te estoy escuchando.” (Balt)

“El diario de viaje en latín que me pediste que escribiera. ¿Era para enviárselo al Conde de Schwabben?”

(N/T: Por si no recuerdan, cuando estuvieron en Prusia, él le dictaba un diario de viaje en latín, que ella pensaban que era para hacerle perder el tiempo.)

De vez en cuando, el Conde esconde los documentos que estaba examinando, fingiendo que no son nada importante. Ni siquiera Claire lo habría reconocido si no lo hubiera escrito ella misma, pero como pasó mucho tiempo escribiéndolo, pudo reconocerlo muy fácilmente.

Ella se quedó perpleja porque no podía entender por qué escondían aquel insignificante diario de viaje. Fue él mismo quien le hizo escribirlo.

“Así es.” (Balt)

Él respondió amablemente y luego agarrando la muñeca de Claire que sostenía la espada de madera, apuntó a su corazón.

“Aquí. Si ves un espacio, apuñálalo de inmediato. Si quieres quitarle la vida a alguien, ya sea un humano o una bestia, no debes dudar en la punta de tu espada. En la vida real no hay segundas oportunidades.” (Balt)

“¿Es así?”

Claire intentó apretar la mano que sostenía la espada de madera, pero Balt no se movió. No importaba cuántas veces aplicó fuerza, se sintió impotente y relajó su agarre sobre la espada de madera. La espada de madera que bloqueaba el espacio entre los dos cayó al suelo.

Entonces, de repente, Balt tiró de la cintura de Claire con su mano derecha y la besó. Mientras tanto, no se olvidó de sujetar con fuerza la capucha que rodeaba su cabeza para evitar que se saliera, por miedo a que tuviera frío. La lengua que atravesó los labios de Claire trazó suavemente sus dientes y la hizo suspirar.

Incluso si era una espada de madera, nunca había tenido otros pensamientos mientras sostenía la espada frente a él. Pero hoy, en este terreno baldío, el olor del cuerpo de la mujer que tocaba la punta de su nariz seguía sacudiéndolo.

Intentó aguantarlo, pero a medida que pasaba el tiempo su deseo se hacía más fuerte. Porque el viento de Altas, que nunca era suave, seguía transmitiéndole el olor de la mujer.

El breve beso le dejó una sensación larga y persistente y el hombre volvió a encontrar los labios de la mujer en busca de un placer familiar.

“Mmm…”

Por alguna razón, un gemido inquieto se filtró de la boca de una mujer que no sabía actuar con coquetería. Aplicando más presión a los labios unidos, abrió más los labios de Claire. Se siente como si la mano que le agarraba el hombro estuviera tirando de él.

Aunque sabía que había ojos mirándolos a los dos, no podía detenerse. Inclinando su capa, Balt le cubrió el pecho con las manos sobre la gruesa ropa y les dio la espalda para protegerla de la vista del público no invitado.

Balt, que había escondido a Claire de los ojos que acababan de entrar a la sala de entrenamiento, se la tragó de un bocado.

“No será posible hoy. Vizconde.” (Jake)

Incluso después de que Jake tiró del brazo del Vizconde Barton, que ni siquiera podía parpadear con los ojos muy abiertos antes de desaparecer, Balt no pudo soltar los labios de Claire.

(N/T: Creo que el Vizconde ya se dio cuenta de la existencia de Claire. No de su presencia sino de la posición de ella en el castillo: La mujer del Maestro.)

 

****

 

Aunque no era posible que la palabra padre existiera en sus recuerdos, Andin no eran desconocido para Finn y Luca. No hace falta decir que Lydia no es tímida y no rechaza a los desconocidos.

“Se dice que se les calienta la sangre cuando ven algo así. Maldito bastardo.” (Gelda)

Gelda también agitó su mano implacablemente hacia Andin, quien apareció con un paño envuelto alrededor de su hombro izquierdo.

Andin, que había sido golpeado en la nuca y en el cuello varias veces, pareció pensar que ya no podían hacerle más, por lo que se tocó el hombro y bajó los ojos, actuando lastimeramente. Esos ojos marrones, que estaban llenos de enrojecimiento, se humedecieron mientras miraban a Gelda.

“Tía. Estoy realmente enfermo. Ni siquiera estoy mejorando porque los caballeros me han estado atacando deliberadamente.”

(N/T: Estaba segura de que Andin era hijo de Gelda.)

“Excelente. Espero que seas arrojado y estes lo suficientemente enfermo en este momento. Entonces no volverás a provocar un accidente.” (Gelda)

Tan pronto como terminaron de cenar, Andin movió a las dos niños, que estaban dormitando en las sillas, a la cama, y ​​luego levantó a Lydia con un brazo. Andin, que estaba mirando a Lydia que se aferraba a su pecho, parecía desconcertado y rebuscó entre el cabello de la niña.

“¿Por qué todos mis hijos se parecen a mí?”

Es cierto, Finn y Luca Lydia se parecen a Andin, con cabello gris oscuro y ojos castaños oscuros con un ligero toque rojo. Era difícil encontrar algún rastro de su madre, que tenía el cabello rojo como una rosa.

“Supongo que es porque rezo todos los días para que se parecieran a su papá. Una tonta enamorada. Un hombre que no siente nada por ella, ¿por qué arruinaste su vida? La arruinaste.” (Gelda)

“No hasta ese punto. A mí también me gustaba Jenna.”

La espátula de madera en la mano de la tía Gelda fue levantada hacia el cielo como si fuera a volar hacia Andin en cualquier momento.

“¿Te gustaba tanto que abandonaste a tu esposa y a tus hijos y escapaste? ¿Eres un ser humano? ¡Maldito hijo de puta!” (Gelda)

“¡Tía!” (Claire)

Claire, que acababa de abrir la puerta y entrar, levantó la voz mientras miraba alternativamente a Gelda y a Lydia, cuyos ojos brillaban sin ningún signo de sueño.

Claire se quitó la capa llena de frío cerca de la chimenea y miró a Gelda mientras tomaba a Lydia de los brazos de Andin.

“Te dije que tuvieras cuidado con lo que dices delante de la niña, ¿verdad?” (Gelda)

“No… Andin, ese tipo simplemente saca lo peor de la gente, así que ni siquiera lo sabía…” (Gelda)

La espátula, que había sido levantada casi hasta el techo, bajó lentamente y ella continuó removiendo la espesa sopa de la olla y vaciándola en un bol.

Claire, que había recogido a Lydia, cogió una silla y se sentó, mirando a Gelda un poco más. Miró la tela atada alrededor de los hombros de Andin por un momento y luego miró hacia otro lado.

AtrásNovelasMenúSiguiente

 

error: Content is protected !!