Episodio 14.4
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Claire dio la bienvenida a una mañana llena de calidez.
Las vigas en el techo con leones marrones a las que ahora ya estaba acostumbrada y el lujoso papel pintado de color castaño grabado repetidamente con flores y helechos. Y cuando abrió los ojos esperando ver una imagen del nevado Altas, lo que vio frente a ella fue el pecho amplio y firme de un hombre ligeramente bronceado por el sol.
Incrédula de que fuera el guerrero, puso suavemente su mano sobre las curvas debajo de su pecho suave y sin cicatrices. Los dedos de Claire, que se movían por todas partes como el arroyo del Castillo de Voledour, fueron atrapados por la mano del hombre.
Balt, que estaba besando la palma de Claire, abrió los ojos. Los ojos gris oscuro miraron a Claire intensamente y susurraron como la suave luz del sol que anuncia el amanecer.
“Yo te deseo.” (Balt)
Los labios comenzaron a besar la palma y bajaron hasta la muñeca.
“Yo te entregaré el mundo.” (Balt)
Y luego lentamente invadió cada parte de Claire nuevamente.
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‘El Marqués tiene una mujer.’ (Vizconde Barton)
Cuando el Vizconde Barton regresó de Genevu con la noticia, la atmósfera en el castillo Lanteo se volvió caótica.
“¿Estuvo en silencio todo el tiempo y de repente apareció una mujer de la nada?”
El Archiduque, que al principio escuchó con indiferencia las palabras del Vizconde, finalmente frunció el ceño ante el informe posterior.
“La viuda no era sólo una mujer que dormía con él. Mirando la atmósfera, era casi como una amante oficial.” (Vizconde Barton)
“¿Amante? ¿Tener como amante a una viuda con tres hijos? El bastardo de Balt ha perdido el juicio.”
“Aunque era viuda y con hijos, tenía una apariencia increíble. Parece que frecuenta el castillo, y dentro de poco puede llegar la noticias de que hay una amante oficial en Voledour. Su Alteza el Gran Duque. La atmósfera… era un poco diferente.” (Vizconde Barton)
‘Una cosa era mostrar su cariño abiertamente, pero la actitud del Barón Kainz, que trataba a la viuda como si fuera la Marquesa, fue incómoda. Si lo dejamos así, no sabemos cuándo llegarán las noticias de que el Margrave ha tenido un heredero.’ (Vizconde Barton)
“Piénselo, Su Alteza. Se trata de una mujer que dio a luz a tres hijos. ¿Qué tan difícil sería tener uno o más hijos del Margrave? No puede dejarlo así.” (Vizconde Barton)
Es un hecho poco común. Que ese testarudo hijo de Martell viva con una mujer.
“Pero porque debería armar tanto escándalo por alguien que apenas ha entrado como amante.”
“Parece que el Margrave no tiene intención de casarse con su hija, Su Alteza.” (Vizconde Barton)
“¿Qué?”
El Vizconde Barton lo sentía así. De lo contrario, no habría motivo para que lo hubieran tratado tan mal. Lo trataron como alguien que no existía en absoluto cuando pasó por las infames montañas de Malta este invierno llevando tantos regalos.
“Estoy seguro. No sé por qué, pero el Margrave no parecía tener ninguna intención de convertirse en el yerno de su Alteza el Archiduque.” (Vizconde Barton)
“¿Estás diciendo que es por ella?”
“No exactamente, pero incluso si no es así, no creo que vuelva a venir a Prusia. Incluso si Su Alteza el Archiduque lo llamara, el Margrave no cruzaría las montañas de Malta. Estoy seguro de que tiene un significado diferente.” (Vizconde Barton)
Hasta ese momento, el Archiduque Edwin se había mostrado indiferente.
“Un significado diferente. Todo el imperio ya sabe que elegí a ese tipo como mi yerno, entonces, ¿quién empujaría a mi hija a los murmullos? Es una preocupación inútil. Barton.”
“¿No es posible que haya personas codiciosas en el Imperio Sbergen? Si el Margrave lo quiere, le darán al menos a una Princesa.” (Vizconde Barton)
En este punto, el Archiduque no pudo evitar sentirse preocupado. Pensándolo bien, había escuchado que el Margrave Mysent, un Marqués de Sbergen, que se puso en contacto con Altas, tenía una hija. Además, ¿quién era la princesa que quedaba en la familia imperial?
Como dijo Barton, no es una historia completamente improbable.
“Entonces ¿no es un desastre? Ahora, sin hablar de Prusia, la reputación del bastardo Balt ha aumentado enormemente en este imperio.”
Naturalmente, el pueblo imperial añadió a Balt delante del nombre de Morenheitz, que estaba representado por Nouberg y Martel. Balt, que era simplemente un guerrero valiente, fue reconocido como el verdadero Marqués de Morenheitz. El Archiduque, que no reconoció que fue él mismo quien lo puso en ese plato, se enfadó ante esa situación en la que acabó metiendo la nariz en el arroz terminado.
“Descubre de inmediato cuál es el plan de ese tipo Balt. Maldita sea, es tan astuto e insidioso que no hay duda de que es el hijo de Martel.”
Algo está mal. Fue bueno que se cayera uno de los dientes que había estado enfermo como resultado de eliminar a Martín y masacrar a la familia Savier*. También es cierto que se sintió aliviado porque sabía desde hacía mucho tiempo que esos bastardos codiciosos estaban amasando una fortuna comparable a la de la familia del Archiduque.
(N/T: Recuerden que extermino a toda la familia del Conde Martin Savier, que era Comandante de Prusia.)
‘Sin embargo, sólo me di cuenta después de que matar a todos en un ataque de ira. La razón por la que los dejé en paz a pesar de que sabía de sus malas acciones. El escudo desapareció. Ahora que ya no hay gente que se ensucie las manos en lugar de Edwin, ahora pertenecen al Castillo Lanteo.’
Cuando se dio cuenta de que acabar con Savier había sido un poco excesivo, ya era demasiado tarde. Aun así, no había nadie como ellos que se encargue de sus enemigos.
‘La primera prioridad es resolver el matrimonio con Balt. Si ese asunto se resuelve y Brody da a luz a un hijo. Entonces todo se solucionará. Todo.’
Edwin, que había estado preocupado repetidamente, rápidamente se puso a pensar.
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Aproximadamente un mes después del enfrentamiento con el Marqués, Andin y sus compañeros abandonaron Voledour. Aun así, Andin, el padre, visitaba a los niños siempre que tenía tiempo hasta el día de su partida.
“No te quedes ahí parado, frecuentando este lugar sin motivo alguno. Al verte hacer algo que nunca hiciste, parece que esta vez no volverás con vida.” (Gelda)
Por supuesto, tuvo que escuchar el sarcasmo despiadado de tía Gelda.
La mayoría de las personas en el castillo se habían dado cuenta de que Claire no era la madre de los niños. No sabían qué dijo Lavia, pero se dice que Andin recibió duras miradas de la gente por un tiempo.
‘Un hermano que escapó, dejando a sus tres hijos al cuidado de su hermana menor. Se decía que incluso los caballeros salía y golpeaban a Andin en la nuca de vez en cuando.’ (Gelda)
Las criadas, que se sentían incómodas con la franca y poco sociable Claire, comenzaron a hablarle de manera amistosa, una por una. Creía que Nia tuvo una gran influencia en eso. Aunque fueron intencionalmente amables con Claire para impresionarla, la actitud de las personas a quienes antes no les agradaba también cambió mucho.
Cuando entraba al castillo, vestida con un vestido azul oscuro, con su rico cabello gris ya no escondido en una redecilla, la gente la saludaba llamándola ‘Señorita Claire.’
“Claire, llegas tarde.” (Schwabben)
Por supuesto, hay algunos que no cambian, como el Conde de Schwabben. Ella pasaba sus días muy ocupada, evaluando el papel que se producía en la fábrica de papel que había construido en Solz cuando llegaba a Voledour.
“La tasa de absorción de tinta es demasiado lenta.” (Schwabben)
Incluso hoy, nada parece llamar su atención.
“La calidad es diferente a la que se importa de los Francos o de Bolonia. No podremos alcanzarlos así.” (Schwabben)
“Es la primera producción. Va a mejorar.”
“Tenemos que darnos prisa. Cuando se abra la biblioteca en Solz, hay que llenarla inmediatamente con libros, pero no hay mucho tiempo.” (Schwabben)
Aaron, que estaba observando a Claire parada ordenadamente y recogiendo los papeles que él estaba tirando uno por uno, de repente dijo algo inesperado.
“Tu tez ha mejorado considerablemente. Vestida así, creería que eres una dama noble.” (Schwabben)
“Es eso así.”
Estaba a punto de darle un consejo a Claire, quien respondió con calma, para que tratara al hombre con una cara más sonriente, cuando escuchó un golpe en la puerta. Un sirviente que entró en la oficina dijo que al Barón Kainz le gustaría ver al Conde.
La puerta que se había cerrado tras la marcha del Conde de Schwabben se abrió de nuevo sin ninguna señal. Claire, que identificó al hombre que entró, le dio la bienvenida con el pecho lleno de los papeles arrugados por las manos del Conde.
“Que está pasando aquí…”
Caminando rápidamente, él separó los labios de Claire antes de que ella pudiera cerrarlos y empujó su lengua hacia adentro. Suavemente, pero sin dudarlo, sondeó su interior y lentamente empujó a Claire contra la pared.
Cada vez que empujaban a Claire un paso atrás, los papeles que tenía en las manos caían al suelo uno por uno.
Para cuando su espalda estuvo completamente contra la pared, sus manos estaban llenas del cabello castaño rizado de Balt, en lugar del papel con textura dura producido por primera vez en Solz.
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