Akkard la miró al rostro con ojos rigidos.
Los ojos de Damia eran brillantes, como si hubiera contemplado el tesoro más extraordinario.
Pero las palabras que salieron de sus labios fueron sin corazón. Aunque intento envolverlas tiernamente, su significado estaba claro. Ella quería dejarle en claro que no volvería a verlo.
No había forma de que Akkard hubiera predicho esto. El estaba acostumbrado a liberarse de chicas que lloraban y se le colgaban encima, pero esta era la primera vez que la situación era revertida y esto, lo hizo congelarse por un momento.
En el intertanto Damia, ahora usando ropa nuevamente tranquilamente camino fuera del cuarto.
“Entonces, es hora de decir adiós”
Aquella misma noche, aquella chica que lloraba lastimera y despeinadamente bajo su cuerpo, ahora se iba tranquilamente sin mirar atrás.
-Click-
La puerta de la habitación se cerró con un seco y corto sonido mientras Damia se retiraba del lugar.
Ahora solo, Akkard miraba furiosamente aquella puerta.
No podía ser. Aquella noche fue realmente ardiente.
Damia debería haberse derretido como chocolate cerca de una chimenea y mantenerse pegada a mi lado.
De pronto un pensamiento apareció en su mente mientras observaba con detenimiento el cuarto, buscando algún objeto que Damia hubiera dejado atrás.
A veces había mujeres que usaron la táctica de dejar deliberadamente pequeñas pertenencias como aretes u horquillas en su cuarto para así, tener una excusa para verlo nuevamente mientras él se las regresaba. Algunos de los objetos mas provocativos que el recordaba habían sido piezas de ropa interior.
Pero Damia Primula, no lo había hecho.
No había nada que ella hubiera olvidado. Akkard estaba realmente sorprendido, aunque ella era tímida había sido muy meticulosa con todas su ropas.
“Esto no tiene sentido”
Solo entonces Akkard se convenció.
Damia era sincera.
‘Estabas tímidamente llorando junto a mi y volviendote loca durante la noche, pero cuando te despertaste simplemente te fuiste, ¿Así sin más?’
Una risa seca y furiosa salió de la boca de un bochornoso Akkard.
“¡Ha!”
El casanova más renombrado del mundo, Akkard Valerian, había sido abandonado después de una apasionada noche y por nada menos que Damia Primula, ¡Quien no lo había conocido sino hasta el dia anterior!
Con sus ojos oscurecidos por la ira, Akkard observó fieramente la cama vacía de la cual ella había escapado. Su arrogancia que se había elevado tan alto como el cielo y su orgullo prominente como un hombre irresistible se habían derrumbado por completo.
Naturalmente solo habia una pregunta que se le venia a la mente en su caótica y confundida línea de pensamiento.
¿Quien diablos era aquella mujer que se lo habia devorado por completo? -> ( ͡° ͜ʖ ͡°)
Tan pronto como la pregunta cruzó su mente, Akkard de pronto se dio cuenta de algo. Habían pasado gran parte del día revolcándose en aquella cama pero el no sabia absolutamente nada sobre Damia Primula.
El siempre había pensado que estaba en control de la relación y que podía pedirle lo que quisiera si es que se tomaba la molestia. Entonces, en lugar de conocerla apropiadamente antes de acostarse solo había buscado su delicioso cuerpo.
Pero ahora, abandonado a su suerte, Akkard se había dado cuenta de que estaba en verdad equivocado. La molestia tintineando en la parte de atrás de su cabeza era desagradable y desconocida. Su temperamento malvado comenzaba a hervir.
“… Imprudente, quieres ser tú quien termine esto?”
Era natural para el superior abandonar al inferior, era por esto que Akkard siempre estaba en posición de deshacerse de las personas. Nadie se había atrevido nunca a darle la espalda antes que el lo hiciera.
Esta Damia Primula no seria la excepción. Akkard decidió devolver la humillación, el desprecio y la ira que estaba sintiendo.
“Vas a desear nunca haber nacido”
Akkard murmuró aquellas palabras fríamente. Esto no seria el fin. Cuando Damia este sujetando sus pies, llorando desconsoladamente pidiendo que, por favor se quede… Aquel seria el verdadero final de aquella relación.
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