-Ah ~- no pudo evitar gritar cuando una dulce parálisis se extendió por su cuerpo.
-Hmm, ¿esto te hace sentir bien?-
¿Fue porque se había tomado el tiempo de acariciar sus pechos con cuidado? (nefe: ¿Tiene razón esta pregunta?)
Sus pezones ahora estaban duros, pidiendo ser tocados y cuando él pasó su mano sobre ellos, una profunda ola de placer se apoderó de Iris y ella agarró las sábanas en respuesta.
-Oh ~ no… por favor… ah ~ detente ~-
Ernest frotó los capullos rojos con el vientre de los pulgares, las sensaciones ineludibles la recorrieron y se agarró a las sábanas con más fuerza.
-No me mientas, Iris, tu cintura se balancea- señaló con una leve sonrisa mientras le levantaba los pezones y los giraba entre sus dedos. Luego lo soltó y su toque fue ligero como una pluma. Iris estaba a su merced, las lágrimas llenaron sus ojos.
‘Oh oh ~ Er … nido … ah ~’
Quería que se detuviera, pero cualquier acción que tomaba parecía sólo incitar la pasión de Ernest.
-Llamar mi nombre es una falta-. dijo que sus ojos calientes ardían a través de ella.
-Eh…-
¿Por qué solo estaba mirando sus pezones? Justo cuando ella se preguntaba, él respiró hondo, aparentemente para reforzarse, acercó la cara a su pecho y tomó un pezón endurecido con la boca.
-Ah ~ –
Su cálida boca alrededor de sus pezones produjo una sensación indescriptiblemente dulce, Iris se dio cuenta de que algo fluía entre sus piernas. Pero Ernest no paró, chupó más fuerte haciendo que el cogollo de su boca se endureciera aún más,
-Tan dulce, el cuerpo de una mujer… no, creo que es solo tu cuerpo lo que es tan dulce-. (nefe: creo que esto requiere una investigación extensa, más damas para degustar, tal vez algunos caballeros …)
-¿Qué estás diciendo… ah!-
Ella no entendió lo que estaba diciendo, pero sonaba feliz, pero en ese momento Ernest empujó el duro pezón hacia abajo con su lengua como si estuviera tratando de saborear la elasticidad.
Incluso cuando movía la cabeza de un lado a otro, no importaba lo fuerte que sujetara las sábanas, no podía mitigar el placer que le estaba dando.
-Iris, ¿crees que cometiste un buen error?- preguntó
-No es… lo mismo ah ~ –
A pesar de que estaba tratando de negarlo, era consciente de que en algún lugar profundo de su interior no le disgustaba lo que él le estaba haciendo. Ernest se rió y continuó chupando un pezón mientras se burlaba del otro con la uña.
-Ya, ya a ~ a… me siento extraña…- Se sentía como si la estuvieran volviendo loca, su cabeza y su cuerpo estaban en llamas. Sentía un dolor entre las piernas, tanto que se frotó las piernas inconscientemente para aliviarlo.
-Iris, los tendré a todos. De ahora en adelante, la única persona que puede verte así seré solo yo-
Pasó de un pezón al otro e Iris se sintió repentinamente invadida por una misteriosa sensación como si la hubieran arrojado sobre las nubes.
Ella gritó.
Sintió que algo cálido y extraño se filtraba entre sus piernas. ¿Qué diablos fue eso? Mientras intentaba pensar, pero su cerebro no funcionaba del todo bien, el hermoso rostro que se había vuelto íntimamente familiar en poco tiempo se cernió sobre el de ella.
El la beso. Iris abrió la boca inconscientemente y lo dejó entrar. Sus lenguas se entrelazaron creando sonidos obscenos resbaladizos. Él chupó su lengua y lamió sus labios. Pero la calidez y el suave estímulo hicieron que Iris se sintiera bien, pero también anhelaba algo más.
Su gran mano acarició su cuerpo, hasta el ligero mechón de pelo entre sus piernas hasta el espacio entre ellas.
-Oh, estás mojada-
«¿Por qué tuvo que decir estas cosas en voz alta?» Ella se preguntó. Ella se apartó tímidamente de él.
Ernest dio un suspiro de preocupación,
Es inútil, estás demasiado excitante.
-¿Qué..?–
-Tus reacciones son demasiado lindas-
No pudo comprender lo que había dicho Ernest por un momento; lindo era una palabra reservada para su hermana. Esa palabra no le resultaba familiar; había una sorpresa en sus ojos. Pero estaba preocupada y emocionada como un conejito. (nefe: ¿Estás seguro de que quieres ser un conejo? Ese es el truco de tu hermana).
-Ernest…-
-¿Te pasa algo?-
-Un no…-
No sabía por qué lo había llamado por su nombre. Ella pensó que era porque estaba contenta de que él la hubiera llamado linda. Iris se puso tímida y cerró los ojos para evitar la fuente de su desconcierto.
Ernest besó los párpados cerrados y volvió a bajar hasta su pecho, mientras con la otra mano separaba los pétalos húmedos.
-¡Oh! ¡Oh mi! ¡Espere!-
-Eso es imposible, no puedo contenerme más-. dijo, mientras tomaba un pecho en su boca y su otra mano recogía la miel que brotaba de ella en el momento en que succionaba su pecho.
-¡Oh!- Algo tembló dentro de la parte inferior de su abdomen y se disparó a través de su cuerpo mientras él pasaba su dedo arriba y abajo de sus pétalos. Su pezón fue rozado con sus dientes y el placer la hizo tirar de las sábanas.
-Iris, no agarres eso-. Ernest dijo mientras tomaba su mano y entrelazaba su mano con la suya. La conexión la avergonzó. Sentía que lo abrazaría con tanta fuerza que dejaría marcas en su mano. (nefe: creo que esa es la idea)
Ernest miró su mano como si estuviera mirando algo precioso.
-No agarres las sábanas, deberías agarrarte de mí-.
-Pero… pero… ahn ~ –
Su aliento se sentía caliente contra su húmedo capullo rojo, Iris no podía controlar las ondulaciones de su cintura. Ella apretó su agarre en su mano. Ernest sonrió ante eso y continuó trazando la costura de su sexo que estaba mojada con su néctar. Empujó y encontró la proyección que estaba sobre sus pétalos internos.
¿Qué hizo Ernest?
Sabía dónde estaba tocando, pero el placer provenía de un lugar que nunca antes había tocado. Fue demasiado; la herida Iris apretó su agarre en su mano,
-¡Nn! Ah ~ no toques allí… –
-Está bien, he oído que cualquier mujer disfrutaría si la tocas aquí-. dijo gentilmente mientras acariciaba la delicada mano en la suya con su pulgar. Al contrario de su suave expresión y tono, los dedos que tocaban su sexo eran implacables.
Se cubrió el dedo con su néctar y frotó el líquido en el capullo hinchado. Un calor que posiblemente no debería provenir de tocar una parte tan pequeña surgió sorprendiendo a Iris, ella trató de escapar.
-Iris, no te escapes. Todavía estoy haciendo algo agradable-.
-¡Ah, pero…!-
Ernest chupó sus pezones provocando a Iris que quería escapar de demasiado placer. Fue golpeada por un ligero dolor y siguió más placer. Ella agarró su cabello plateado con la otra mano. Ernest sonrió ante eso y continuó acariciando el corazón de su flor con los dedos. Mientras acariciaba en círculos, el placer se acumuló y más néctar brotó de ella.
-Oh, no… no más…- gritó. Incluso cuando negó con la cabeza en señal de protesta, no pudo escapar. Sus dedos agarraron su mano y su cabello con más fuerza. Continuó lamiendo sus pezones mientras jugueteaba con sus pétalos, y la espalda de Iris comenzó a arquearse.
-No te preocupes, déjate llevar-
Se sentía como si se estuviera ahogando en un mar de sensualidad. Ernest aplastó su capullo hinchado bajo su dedo, y detrás de los ojos de Iris hubo un destello y estrellas deslumbrantes estallaron en su cabeza haciéndola llorar.
Ella estaba agradecida por su cálida mano sosteniendo la suya mientras se hundía en el éxtasis por primera vez, o temía haberse ahogado.
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