☆.。.†:*・゜☆.。†.:*・゜☆.
Perspectiva de Latban
Mientras caminaba por el pasillo a paso rápido. Pensé que obtuve el permiso fácilmente.
Esta era la primera vez que había ido a pedirle permiso a la Santa para salir. En el pasado, habría tardado unos días para obtenerlo, pero hoy, ella me dio el permiso inmediatamente después de que le hice la pregunta. Por supuesto, tal cambio me alegró.
Conocerla ya no me resulta doloroso. Lo mismo me sucedió hoy. Cuando la vi, casi la llamé primero. En mi corazón, me dí cuenta de que había esperado bastante tiempo para conocer a la Santa.
Además, su cara avergonzada al preguntarme en un susurro en mi oído si la clase era hoy, fue algo demasiado extraño de ver.
Ante ese pensamiento, negué con la cabeza violentamente. Este no es el momento de pensar eso. Necesitamos elegir rápidamente un reemplazo para el Sumo Sacerdote.
Voy a tener que darme prisa y buscar a Carl.
Según el Caballero que me contactó, Carl mostraba síntomas similares a haber sido poseído por magia. No sé qué pasó exactamente, pero debería pedirles a mis superiores que se preparen para tratarlo.
(aquí una pausa para especular, el le esta robando el Poder a Yvelina, y cuando Aslan atacó le hizo daño al vejete)
Mientras consideraba a cuál sacerdote pedirle el favor, pude ver a los criados laicos caminando por el pasillo. En sus manos llevaban objetos mientras se dirigían al lugar de la Santa. A primera vista, era una ropa lavada.
Tan pronto como lo noté, dejé de caminar. La Santa dejó algo en mi casa. Mi rostro se sonrojó en un instante.
«Oh….»
Un sonido como un suspiro salió de su boca.
Mientras me apresuraba a deshacerme de esos pensamientos y dar un paso más, los funcionarios laicos me saludaron y pasaron junto a mi. En ese momento, mis ojos brillaron.
«Por favor, esperen un momento.»
«¿Qué? ¿Estás hablando con nosotros?»
Los laicos parecían preocupados de que hubiese notado algo malo mientras también se sentían honrados de que los hubiese llamado.
Miré la ropa que sostenían. Y mi rostro se puso tenso cuando vi la parte superior.
‘Esto es….’
No hace mucho, cuando fui a la puerta principal del Templo para atrapar al ladrón, vi a un hombre que usaba una túnica y que estaba particularmente preocupado por mi. ¿Esta túnica es de la Santa?
Me devolví, dejando atrás a los indefensos laicos. Pensé en preguntarle a la Santa si ese día había salido disfrazada. Cuando llegué apresuradamente a la habitación de la Santa, vi al Príncipe Heredero de pie frente a la puerta.
“…….”
¿Por qué está él de nuevo aquí ? Cuando se abrió la puerta y apareció la Santa, el Príncipe Heredero dijo felizmente.
«¡Lina!»
…¿Lina? Por un momento, no entendí a quién había llamado el Príncipe Heredero. Un momento después, mi rostro de Latban se endureció horriblemente.
¿Acaso él llamó a la Santa como si estuviera llamando a su amiga?
Tan pronto como me abrí paso para protestar por su rudeza, la Santa le sonrió y le respondió al Príncipe Heredero.
«León, ¿estás aquí?»
Dejé de caminar después de escuchar lo que le dijo la Santa. La voz de la Santa dándole la bienvenida al Príncipe Heredero pareció apuñalarme en el pecho como una hoja afilada.
***
Parados en la esquina del pasillo, escondidos, se encontraban los nuevos oficiales sorprendidos al verlos a los dos llamándose como si fueran cercanos. Pero al parecer no notaron que yo estaba allí. Mantuve mis ojos enfocados en la Santa y León. Los dos, que hablaron brevemente, pronto cerraron la puerta y entraron. Mas allá de la puerta que se cerraba, la imagen de la Santa tirando de la mano del Príncipe Heredero estaba claramente incrustada en mis ojos.
«¿Lord Latban?»
Después de un rato, los sacerdotes que caminaban por el pasillo me vieron de pie como estatua y hablaron conmigo. Sin embargo, me di la vuelta después de darle una larga mirada a la habitación de la Santa, como si no los hubiera escuchado.
☆.。.†:*・゜☆.。†.:*・゜☆.
«Todos los peces en el río Moreton se vuelven dorados solo un día al año. En ese momento ningún pescador pesca sino que le rezan a Dios. Yo también lo he visto una vez. De verdad, incluso el pez más pequeño…»
León, que estaba sentado frente a mí, me contaba historias una y otra vez. Y yo estaba escuchando concentrada.
Después de que me separé de él y regresé, le envié a León una respuesta formal nuevamente. Y en cuanto la recibió, él vino a verme enseguida. Y tal como lo hicimos la última vez, hablamos durante mucho tiempo. Pero eso no era para lo que estaba preparada.
‘Pensé que me preguntarías el por qué me encontraba en la ciudad…’
Pero él no dijo una palabra sobre nuestro encuentro afuera. Como si eso nunca hubiera sucedido. Su comportamiento me tranquilizó. De hecho, hubiera sido muy difícil para mí tratar con él si me hubiera dicho algo como: «¿Qué es la daga que querías comprar con tanta desesperación?» o «Quiero escuchar una respuesta respecto a la daga».
Pero él comenzó a contarme las cosas asombrosas e interesantes que había visto en todo el continente. Cosas extrañas y hermosas en el mundo exterior. Gracias a él, escuché su historia como si estuviera poseída. Todas las historias que me contó eran cosas que quería experimentar algún día.
«El Palacio Imperial también es un lugar bastante interesante. Durante cientos de años, se han construido nuevos edificios porque mucha gente se ha establecido. Los edificios con características históricas se sostienen por sí mismos. El palacio es un lugar donde se reúne la arquitectura continental. Pero no se ve desordenado a la vista».
Antes de darme cuenta, la historia de León cambió a la historia de su país de origen, el Imperio.
«El mercado central del Imperio es un lugar donde se encuentra todo lo del continente. Es un lugar muy grande y complicado, y hay mucha gente que se pierde todos los días».
Respondí con una sonrisa ante su comentario.
«Entonces la gente como yo no puede entrar, porque si es la primera vez que lo visitas, de seguro estarás perdido».
«No te preocupes. Conozco bien el camino. Te mostraré los alrededores.»
«¿En serio? Entonces…»
Después de decir eso, dejé de hablar apresuradamente. Casi le digo gracias sin darme cuenta. León me respondió con una sonrisa.
“…….”
Mientras pensaba en qué decir de nuevo, escuché sonar una campana desde la torre. Me levanté de mi asiento y me acerqué a la ventana en menos de tres segundos. León también se paró a mi lado y miró hacia afuera.
«Supongo que hay un nuevo candidato a Sumo Sacerdote».
Asentí brevemente ante sus palabras. Ahora, la mayoría de los candidatos para Sumo Sacerdote se reunieron en el Templo.
«Mucha gente ha estado hablando de ese caballero, Carl. Tengo muchas ganas de verlo cuando llegue al Templo. Escuché que él es cercano a la Santa…»
«Oh, eso fue cuando yo era joven…»
Me senté de nuevo tratando de evadir el tema.
No sé qué responder si me preguntas por Carl.
No queda nada en la memoria de Yvelina sobre él, por lo que ni siquiera sé cómo se ve. Fue en este momento que me llevé la taza de té a la boca, pensando que esta acción permitiría que León no siguiera preguntándome al respecto.
“¡……!”
¡Tintinar!
Pero la taza de té que tenía en mi mano cayó sobre la mesa y se hizo añicos.
***
«Entonces nos retiraremos primero.»
Cuando los sacerdotes salieron de mi habitación recitando la oración de la noche, me acerqué rápidamente al espejo. Luego levanté con cuidado el dobladillo de mi pijama y aparecieron tres huellas en el interior de mi muslo blanco.
«Obviamente….»
Murmuré y presioné mi dedo sobre la marca. Recordé lo que pasó en el día. Tan pronto como escuché a León hablar sobre el Sacerdote Carl, tomé la taza de té para evadir la conversación. Sin embargo, una sensación desconocida me fluyó de la cabeza a los pies. Pero cuando pasó por mis manos la taza de té cayó al suelo.
«Definitivamente estaba aquí…»
Recordé claramente que la sensación comenzó la desde esta marca. Apreté la marca con más fuerza y recordé lo que dijo Aslan.
«Se esta tragando tu espiritualidad…»
Cuando lo escuché decir eso, me sentí horrorizada. Porque recordé que Yvelina en el libro fue perdiendo gradualmente su Poder Sagrado.
‘Además, Yvelina le prometió a Aslan que tendría un sucesor a cambio de borrarlo…’
Es imposible para la gente común pensar siquiera en tener los hijos de alguien más. Pero Yvelina quería borrar esta marca hasta el punto que le hizo esta promesa a Aslan.
Pero hasta ahora, no ha pasado nada.
Era una marca reacia, pero la razón por la que no le presté mucha atención hasta ahora es que no mostraba ninguna anomalía. Por supuesto, sé que se está tragando mi fuerza, pero no he visto ningún movimiento inusual desde que Aslan me la mostró. Entonces para mí, no era más que una marca en la piel.
«Mmm….»
Presioné la marca mientras recordaba la sensación que sentí durante el día, y un gemido salió de mi boca. Me tapé la boca con sorpresa al educar el sonido. ¿Un gemido? No esto es…
Sacudiendo mi cabeza como loca, recordé a León tratando de sacarme rápidamente un trozo de taza rota. Para ser exactos, recordé su cuerpo y el sonido de su respiración. En ese momento, estaba pensando en su cuerpo abrazándome en una habitación oscura. Su cuerpo duro y su parte baja, que constantemente me codiciaba.
“…….”
Si los sacerdotes no hubieran entrado en ese momento y recogido los pedazos de la taza de té rota, definitivamente me habría abalanzado sobre León allí mismo.
Tan pronto como lo pensé, me agaché y miré las marcas de mis piernas.
«…¿Qué demonios es esto?»
Una vez más, la idea de hacerlo, me produjo un tipo de ansiedad diferente a lo que había experimentado antes.
Me engañaron, creí que pasaría algo pero se puso serio el asunto
Atras | Novelas | Menú | Siguiente |