Saltar al contenido
Dark

FS-69

24/08/2021

☆.ă€‚ïŒŽâ€ ïŒšïŒŠăƒ»ă‚œâ˜†ïŒŽă€‚â€ ïŒŽïŒšïŒŠăƒ»ă‚œâ˜†ïŒŽ

Perspectiva de LeĂłn

Llevaba un gran libro en mi mano. La Ășltima vez que hablĂ© con la Santa, tenĂ­a este libro lleno de ilustraciones de los lugares novedosos del continente que me parecĂ­an interesantes.

Hoy, iba a contarle de los lugares que no pude explicarle la Ășltima vez y a preguntarle si podĂ­a volver a ir a la ciudad fuera de la Santa Sede. AsĂ­ que entrĂ© en el estudio contento al ver que la Santa me recibĂ­a. Pero tan pronto como entrĂ©, me detuve. Era razonable que Latban estuviera dentro. Pero un hombre extraño con cabello largo pelirrojo se sentĂł en el sofĂĄ de manera arrogante y dijo:

«Este no es un hijo de puta del Templo».

No tuve mĂĄs remedio que abrir la boca de par en par al escuchar las palabras de un hombre pelirrojo que me miraba fijamente. Mi puesto era el de PrĂ­ncipe Heredero del Imperio, y aunque suelo actuar con cierta tranquilidad. En la Santa Sede, nadie hablaba imprudentemente frente a mĂ­ a pesar de que dije que todas las personas en el mundo eran iguales. Incluso los asesinos me hablaban con honorĂ­ficos, Âżesto? Hijo de… hijo de… hijo de… hijo de…

En el momento en que estaba a punto de fruncir el ceño, endurecĂ­ mi expresiĂłn mientras miraba al hombre. De alguna manera, pensĂ© que Ă©l era el hombre que dejĂł su rastro, la Ășltima vez que entrĂ© en la habitaciĂłn de la Santa con Latban. Tuve que lidiar desesperadamente con la repentina oleada de irritaciĂłn que estaba sintiendo . El desconocido se rio como si me estuviera ridiculizando.

La habitación se llenó de una energía penetrante hasta el punto en que tuve que recuperar el aliento por un momento. Solo por eso, pude ver que este extraño era muy fuerte. E instintivamente supe que nunca debería acercarme a él.

«QuĂ© estabas diciendo ahora ».

«¥Si sigues haciendo esto!»

GritĂł la Santa antes de que yo pudiera terminar de hablar. Luego se hizo a mi lado y puso su mano sobre mi brazo y dijo:

«¥Conseguiré la ayuda del Príncipe León!»

Mientras la Santa exclamaba esto, Latban y el hombre se quedaron quietos y en silencio. Al ver esto, cerré mi boca.

No sé qué quiere la Santa de mí. Pero ahora instintivamente comprendí que dejarlos callados era equivalente a ganar.

☆.ă€‚ïŒŽâ€ ïŒšïŒŠăƒ»ă‚œâ˜†ïŒŽă€‚â€ ïŒŽïŒšïŒŠăƒ»ă‚œâ˜†ïŒŽ

Toc, Toc.

Miré hacia la puerta de la habitación y oí que llamaban a la puerta. El sol de la mañana brillaba intensamente, pero mis ojos miraban una escena diferente.

Una habitaciĂłn llena de oscuridad. Cuatro golpes. Gritos de miedo.

«Santa, ¿podemos entrar?»

Pero a diferencia de lo que veía, me desperté råpidamente de esta ilusión, al escuchar las voces de los sacerdotes que esperaban afuera. En un instante, los alrededores encontraron su forma original. Y no quedo rastro de la escena anterior en la habitación limpia y ordenada.

GirĂ© la cabeza y me mirĂ© al espejo. Lo que pude ver fue el cuerpo de Yvelina, que tenĂ­a un aspecto diferente al de sus recuerdos. Sin embargo, la expresiĂłn en el espejo era diferente a la de entonces. Esto era una cuestiĂłn de rutina. No sĂ© de quĂ© tiene miedo Yvelina. Pero me veo un poco un poco mĂĄs cĂłmoda despuĂ©s de los Ășltimos dos dĂ­as de descanso.

«Entra.»

Tan pronto como me quitĂ© la ropa y respondĂ­ al sonido del exterior, entraron los sacerdotes con tĂșnicas en sus manos. Mientras me atendĂ­an, recordĂ© las cosas que habĂ­an sucedido durante los Ășltimos dos dĂ­as.

Creo que de alguna manera de nuevo estoy en deuda con LeĂłn…

***

Ese día, cuando finalmente salieron de la habitación, León me susurró al oído: «Por favor, siéntete libre de usarme para este propósito». Parecía muy emocionado al respecto, pero mi corazón se sentía pesado. Esto se debía a que recordé las expresiones de Latban y Aslan al salir de la habitación. La expresión de Latban cuando salió de la habitación se veía oscura al no obtener una respuesta.

Yo, la Santa, seduje a un Caballero del Templo. Pero al parecer Latban no se sintiĂł ofendido por esto. Puede que incluso mis acciones lo confundieran, pero no sentĂ­ ningĂșn desprecio u odio en la forma en su mirada. Y esa respuesta me confundiĂł.

SabĂ­a que Latban ahora estaba enamorado de mĂ­, pero me di cuenta de que la profundidad de su enamoramiento era mayor de lo que pensaba.

Lo mismo ocurrĂ­a con Aslan.

Él firmĂł un contrato conmigo. Para ser exactos, firmĂł un contrato con la Santa. Yo sabĂ­a mejor que nadie cuanto deseaba tener un bebĂ©. ÂżAcaso no siguiĂł penetrĂĄndome incluso cuando estaba luchando?

De hecho, él venía a mí todo el tiempo y no tenía que mirar a otros humanos. Cuando eståbamos en la cama, solía a hablar de cómo quería llevarme a la Isla de los Magos. Y cuando me alejaba de él, Aslan me besaba en el hombro y me decía: «No te preocupes por lo que acabo de decir».

RecordĂ© la imagen de Aslan, antes de salir de la habitaciĂłn. Él estaba a punto de matar a LeĂłn. Y justo en ese momento sentĂ­ un dolor de cabeza, me quejĂ© y fruncĂ­ el ceño. Entonces Aslan se me acercĂł y me preguntĂł:

«¿Soy el culpable de tu dolor?»

«…No puedo decir que no.»

Era verdad que Aslan contribuyĂł en gran medida a mi dolor de cabeza. Pero, Ă©l no tenĂ­a toda la culpa de que me encontrara mal. AdemĂĄs, mi expresiĂłn no podĂ­a mejorar mucho cuando pensaba en las situaciones embarazosas que sucedieron antes por culpa de Aslan.

Después de mirarme durante mucho tiempo, Aslan se dio la vuelta y salió de la habitación. Incluso Latban se sorprendió al verlo salir mås fåcilmente de lo esperado.

‘…ÂżLo hizo porque estoy enferma?’

Él, que fingía no escucharme a pesar de que estaba luchando en la cama, ahora retrocedía tan fácilmente porque tengo dolor de cabeza. Me costaba imaginarlo. Pero no podría haber otra razón que lo explicara.

León, que conducía a Latban y Aslan afuera para que yo pudiera descansar, me guiño un ojo antes de cerrar la puerta.

Después de que los tres se fueron, finalmente suspiré aliviada y me reí en vano.

Los tres eran los seres que mås temía cuando llegué por primera vez a este mundo.

Ellos eran los que me perseguirĂ­an hasta la muerte algĂșn dĂ­a. Estaba desesperada cuando decidĂ­ mejorar mi relaciĂłn con ellos de alguna manera antes de que pasaran los dos años. Porque ya existĂ­a una relaciĂłn retorcida o una relaciĂłn sin ni siquiera un punto de contacto. Pero igual intentĂ© ser su amiga de alguna manera. Y ahora las tres personas a las que tanto temĂ­a, me trataban bien y tienen sentimientos positivos hacia mĂ­.

‘ÂżEsto es algo bueno?’

Me preguntaba si la situaciĂłn de Yvelina en este mundo habĂ­a cambiado porque yo actuaba diferente a la del libro. El problema es que no sabĂ­a que habrĂ­a al final de este cambio de direcciĂłn.

‘No, tal vez nada haya cambiado’.

Lo que mås temía era eso. Que esto fuera solo un pequeño giro, y que el final siguiera siendo el mismo.

Todo lo que quería dos años después, era la sensación de que no moriría.

En el desierto, donde no había gota de agua, solo quería un balde de agua para que no muriera.  Y de un momento a otro, un río apareció frente a mí para mojarme los tobillos. Pero no podía simplemente saltar al río con placer. Porque podría ser que ese río no me llegara hasta los tobillos, sino que la profundidad del río fuera mås allå de mi cintura, o de mi pecho, y me tragara por completo al dar un paso.

Pero, Âżpuedo saltar de alegrĂ­a? Incluso por un rĂ­o que podrĂ­a volver a secarse algĂșn dĂ­a.

***

Mientras tanto, las manos de la doncella, que me habĂ­a estado vistiendo con tĂșnicas, se habĂ­an alejado. MirĂĄndome al espejo, pude ver la tĂșnica colorida que usĂ© en la reuniĂłn anterior de nuevo sobre mi cuerpo.

Finalmente, todos los candidatos para la elecciĂłn de Sumo Sacerdote se reunieron en el SalĂłn. AsĂ­ que ahora comienza la larga reuniĂłn para elegir un comisionado suplente.

Por fin voy a ver personalmente al Sacerdote Carl.

Mientras me dirigía a la puerta, pensé en él. En lo que había visto en la memoria de Yvelina. Un hombre que se veía impecable en cualquier lugar de sus recuerdos. Y por supuesto, todos confiaban en él y lo respetaban.

Ademås, ¿no fue lo que decían las enseñanzas mås båsicas del Templo? Sin embargo, en el momento en que me acordé del recuerdo de escuchar su voz sin verlo, se me puso la piel de gallina por todo el cuerpo.

El sonido hĂșmedo que se escuchĂł junto con la voz de darle poder a los que no lo tenĂ­an como Representante de Dios. Y los gemidos de Yvelina. PensĂ© en una escena en mi cabeza, pero neguĂ© con la cabeza. Yvelina era una Santa. Nadie podĂ­a obligar a Yvelina a hacer algo. Si ella hacĂ­a algo, lo hacĂ­a porque querĂ­a.

Cuando abrí la puerta tocando mi brazo erizado, miré a mi alrededor por costumbre.

«Oh
.»

Dejé escapar un breve suspiro porque me sentí arrepentida de no ver a nadie mås a la vista que los nuevos sacerdotes.

¿Por qué pensé que habría alguien mås?

Latban, Aslan, León. ¿Por qué pensé que algunos de ellos me esperaría frente a la puerta de mi habitación? Primero quiero alejarlos y ahora quiero que estén aquí. Me reí de mí misma.

‘Esto es algo normal’.

Nuestra relaciĂłn nunca estuvo destinada a ser y va a desaparecer algĂșn dĂ­a. No deberĂ­a tener grandes expectativas.

‘ÂĄTengo que acostumbrarme’.

Recordé la existencia de Iris, que había estado allí por un tiempo y la había olvidado. Latban, Aslan y León son los que necesitan a la Santa. Así que no se pueden quedar al lado de una falsa Santa.

Miré el lugar vacío una vez mås y seguí adelante.


ok esto estuvo confuso, no dice mucho de como se encontraron los 3, les juro que no soy yo, no creo que omitiera ningĂșn capĂ­tulo, creo, seguĂ­ todo el raw normal pero dice esto, mejor me duermo, bye.

 

AtrasNovelasMenĂșSiguiente

Entradas relacionadas

Deja una respuesta

Tu direcciĂłn de correo electrĂłnico no serĂĄ publicada. Los campos obligatorios estĂĄn marcados con *

Comentarios (4)

Pues león tocó la puerta e ibe lo dejó pasar nomas pa que se calmaran los vatos jaja me recordaste un meme que pone «no necesito dormir, necesito respuestas» xD
Nomas leo dark de vez en cuando jaja pero igual me llamo un poco la atenciĂłn esta uwu

Responder

Voy a hacer un resumen del MaratĂłn que me di, Carl abuso de Ibelina la marca lo uso para controlarla y hacer que ella se excitara y estuviera con el… Esa es mi teorĂ­a… Ibelina se avergĂŒenza de eso y creo que de alguna manera se culpa por eso intenta suicidarse varias veces por quĂ© no puede con el dolor y el trauma.

Responder

Gracias por retomar los caps 💗. Yo tambiĂ©n estuve igual, empezĂ© a leer la novela por las marranadas y terminĂ© quedĂĄndome por la trama đŸ€ŁđŸ€Ł.
Me da miedo pensar que Carl le puso esas marcas a Ivelina forzandola a entregarle su virginidad uwu osea engañandola uwu porque todo parece indicar eso uwu

Responder

Dejemos eso como un misterio. Al final igual sabemos que el ganado estå en modo enfuruñado.

Responder
error: Content is protected !!