«¿Por qué te ves tan asustado ahora? Ya sabes que no puedo hacerte nada».
«¡Pero Arielle…!»
«…»
«Si quieres también la dejaré en paz», dije. No pude evitarlo. Sentía simpatía por ese hombre que podría acabar matándome en el futuro. Etsen estaba completamente enamorado de Arielle, y mientras me medio amenazaba y entregaba su vida por ella, esa mujer se estaba ahogando de placer en los brazos de otro hombre.
«¿Por qué de repente cambias de opinión? ¿Sabes de ella y no te importa?»
Si mi juicio es correcto, Arielle no estaría satisfecha con Etsen, por muy robusto y guapo que sea. En mi vida he jugado muchos juegos de simulación, donde, tras mucho jugar, acabé descubriendo que en realidad el género del juego no era simplemente un romance, sino una categoría llamada harem inverso. Y lo entiendo, tantos hombres y todos tan perfectos… Normal que cueste elegir a uno. Pero esto había dejado de ser un juego y ahora era mi vida real.
Pero el hombre frente a mí no es consciente de este hecho y me está dando su vida a cambio de esa mujer. Aunque todos pudieran pensar que era una mujer sin sentimientos, los tenía, y ahora no pude evitar sentirme completamente amargada por él.
«¿Quieres saber por qué?» le pregunté.
Pero no podía decirle la verdad. ¿cómo podía él siquiera pensar en creer a la única persona que causó todos sus sufrimientos y la devastación de su país? Por lo tanto, solo pude mantener mi papel como villana e inventar un posible pretexto para ayudarlo a escapar… Y cuando todo sea dicho, no me vendría mal reducir la cantidad de enemigos que tengo en el palacio.
«Me estoy cansando de ti», mentí.
«…»
«Te aburriste más rápido de lo que esperaba. Ya sabes cómo es: pierdes el interés en el momento en que tienes en tus manos un juguete que has estado esperando desde siempre».
Escuché sus dientes rechinar ruidosamente.
«¿De verdad no oyes los gritos de todas las almas inocentes que murieron por tu culpa?», siseó, mirándome con sus ojos inyectados en sangre
«Espera y verás. Vas a pagar por todo lo que has hecho. Por sacrificar a gente inocente para tu propia diversión, por tratar a los seres humanos con tanta trivialidad. La sucia lujuria que se esconde bajo tu piel saldrá a la luz para que el mundo la vea, ¡y cuando mueras…!»
«¡¡Cállate!!», le grité.
Sabía perfectamente que esas palabras eran fruto de su despecho y que el objeto de ellas realmente no era yo, sino que su rabia iba dirigida a mi personaje. Pero aun así, fui yo quien recibió toda la fuerza de su mirada y era a mí a quien le estaba diciendo sus profundos resentimientos. ‘Así que esto fue lo que obtuve a cambio de mi simpatía barata’. No pude evitar que mi ira se desbordara.
‘¿Soy yo quien te hizo así? ¡No! Yo también soy una víctima. Puede que tú hayas perdido tu país de la noche a la mañana, pero yo he perdido todo mi mundo. Me perdí yo misma’. Me atraganté al revolver esos sentimientos y las lágrimas por poco se me escapan, pero antes de que eso pasara me obligue a dejar de lado esos pensamientos. No puedo demostrar mi debilidad, al menos no ahora.
Retuve mis sentimientos y las palabras que quería decir estaban en la punta de mi lengua: ‘¡Con qué facilidad decía eso!¿Por qué tenía que ser yo la que muriera? ¿Por qué yo?’
Me enfrenté a su implacable mirada, con una sonrisa juguetona.
«Sí, sólo insúltame, ya que es lo único que sabes hacer», dije con sarcasmo.
«…»
«Pero yo no soy como tú. Solo digo la verdad… O cosas que pronto se harán realidad. Oh, ¿quieres que te diga algo bueno? ¿Dónde, con quién y qué está haciendo tu mujer ahora mismo?»
«… Cállate…»
«Ella está en la cama con mi concubino en este momento. La misma cama en la que durmió contigo». Él me había hecho daño, por lo que no tuve compasión y le solté la verdad sin miramientos. Al fin y al cabo, debería saberlo, por su propio bien.
***
¡Ding!
Un sonido que ya me era conocido se escuchó en mi espalda, por lo que me aparté de la ventana y me dispuse a leer lo que el sistema me mostraba.
•━━━━━━⊰⍣⊱━━━━━━•
Has terminado de tener sexo con Robért dentro del límite de tiempo dado. ¡Felicidades! Robért está ligeramente apaciguado.
•━━━━━━⊰⍣⊱━━━━━━•
Me aparté de la notificación. Etsen había abandonado la habitación bruscamente al oír mis palabras, pero por lo que veo, al final no ha tenido el valor para confirmar la verdad. Era eso o realmente confiaba en ella. Fuera lo que fuera, esperaba que el tiempo ayudara a que mis palabras profundizaran en su interior. Por lo menos las semillas del miedo y la sospecha ya habían sido plantadas. Sentía la boca terriblemente seca.
¡Ding!
Pero entonces, sucedió algo sorprendente.
Los niveles de afecto de Robért hacia ti han disminuido.
Los niveles de afecto de Robért hacia ti han disminuido.
Los niveles de afecto de Robért hacia ti han disminuido.
.
.
.
Los niveles de afecto de Robért hacia ti han disminuido.
Después de unas diez notificaciones, la ventana de advertencia desapareció. ‘¿Pero por qué? ¿No habían conseguido divertirse?’
•━━━━━━⊰⍣⊱━━━━━━•
[Las dudas de Robért – 1]
Al darse cuenta de que nunca podría ganar el amor de la Princesa Elvia, Robért ha empezado a soñar un futuro contigo. Pero después de tu deslucida actuación de hoy, está empezando a tener dudas. Sospecha que tienes una aventura. Ten cuidado de mantener tu relación con Etsen en secreto.
[Progreso actual]
Tiempo restante 29 días, 23:59:09
•━━━━━━⊰⍣⊱━━━━━━•
¿Qué diablos había hecho ella en la cama para que él empezara a dudar de ella? A diferencia de estos hombres, que todos eran serios y desesperados a su manera, la mujer detrás de la pantalla parecía mucho más insincera. Pero esto no debería sorprenderme demasiado, ya que para ella esto era sólo un juego.
¡Ding!
¡No has conseguido aliviar la soledad de Robért!
Me tumbé en la cama, bajo la manta, tratando de ignorar la pantalla del sistema, pero me fue imposible, ya que una nueva pantalla se mostró delante de mí.
¡Ding!
•━━━━━━⊰⍣⊱━━━━━━•
Has recibido una penalización.
El nivel de la habilidad «elegancia» ha disminuido;
El nivel de la habilidad «voz sincera» también ha disminuido.
•━━━━━━⊰⍣⊱━━━━━━•
«¡Maldita sea! Tienes que estar bromeando…» murmuré.
No era asunto mío si salían, terminaban, o se reunían entre lágrimas. Mientras mi seguridad estuviera garantizada.
«Estoy tan cansada de todo esto…» Murmuré con mis ojos cerrados mientras me dejaba llevar por el sonido de la lluvia torrencial que estaba cayendo pero, justo cuando estaba a punto de coger las manos de Morfeo y dejarme abrazar por él, escuché una alarma sonar varias veces en mi cabeza, más no le di importancia y me dejé llevar.
***
«Su Alteza»
Junto a esas palabras noté un toque cálido en mi hombro, donde una gran mano se situó. A estas horas de la noche solo podía pensar en una persona que se atreviera a venir a mi habitación, por lo que no tuve ningún reparo en mencionar perezosamente su nombre.
«Mmm, ¿Nadrika…?»
Al no escuchar una respuesta, no tuve más remedio que abrir los ojos y darme la vuelta para encararlo, lo que hizo que diera un pequeño salto hacia atrás al encontrarme frente a un rostro desconocido. Y, mientras lo miraba fijamente intentando reconocerlo bajo la luz de la luna, esa mano gentil que me había despertado hizo más presión sobre mis hombros. Esa acción no me dolió, pero hizo que automáticamente me tensara y que el resto de mi somnolencia desapareciera, mientras me incorporaba.
«¿Quién eres?», pregunte.
«… ¿Ya se ha olvidado de mí, Su Alteza?»
Un fuerte olor a alcohol invadió mis fosas nasales, por lo que inmediatamente me puse en guardia e instintivamente aparté la mano del aquel hombre. A lo mejor era muy paranoica, pero mejor poner distancia desde un principio y de esta forma poder prevenir cualquier posible incidente.
«Sal de aquí ahora mismo, antes de que llame a alguien».
«¿Realmente no me reconoce?»
‘Lo siento, pero no tengo ningún recuerdo de la Princesa’. No había manera de que lo reconociera. Lo único que me molestaba era que… su voz era gruesa y un poco temblorosa, parecía que se iba a poner a llorar en cualquier momento, por lo que suspiré fuertemente, solo había pasado un día pero ya había un tercer hombre de rodillas ante mí. Parecía que todos tenían la costumbre de llorar delante de mí, pero yo, a diferencia de la verdadera Princesa, no tenía ninguna intención de acostumbrarme a esta situación.
«Estamos a oscuras, por lo que no puedo ver tu cara», dije.
En respuesta a mis palabras, el hombre se inclinó un poco hacia atrás, dejando que la luz de la luna bañara su rostro. De esta forma pude contemplar los rasgos afilados, pero elegantes, de su rostro, y, aunque anteriormente me había agarrado con fuerza, viéndolo bien parecía una persona bastante débil. Si tuviera que clasificarlo, diría que es de los que prefiere sentarse en una biblioteca antes que ir a un campo de entrenamiento.
Por mucho que lo mirara no era capaz de reconocerlo, aunque él me miraba fijamente, convencido de que al verlo sería capaz de reconocerlo.
«Ahh… entonces, ¿qué te trae por aquí?» pregunte, fingiendo reconocerlo mientras pensaba en llamar a las sirvientas, ellas eran las causantes de haber dejado que este hombre entrara en mi habitación, aunque, pensándolo mejor, era mejor no causar un escándalo que pudiera levantar sospechas sobre mi identidad. La pérdida de memoria era algo que no quería que se propagara, ya que no me convendría nada.
«He escuchado que no has llamado a nadie esta noche», respondió el hombre.
«…»
El primer día escuché que la Princesa dormía cada noche con alguien, siempre había algún chico hermoso calentando su cama y, aunque me había dicho que la imitaría, no pensaba seguir sus pasos con este tipo de actividades.
«¿Entonces?» pregunté.
«Me mantuviste alejado a propósito durante mucho tiempo».
«…»
«Siempre me ha dicho que hay muchos hombres por los cuales sustituirme, pero… Supongo que se cansó de ellos. No puedo soportar ver a Su Majestad durmiendo sola y ya que nunca me llamarías primero, qué otra cosa podía hacer sino venir a ti».
Mientras me hablaba sostuvo sutilmente mi mano sobre la colcha, lo que me llevo a entender que él podría ser una de mis concubinos. Cerré los ojos durante unos segundos mientras reflexionaba un poco, ‘¿podría ser Robért?’
«Ahora no quiero nada, estoy cansada. Solo quiero dormir».
«Pero siempre quiere hacer el amor con ternura después de sus juegos pervertidos con ese esclavo sexual, ¿no es así? Puedo darle lo que quiere».
«No, gracias».
Agarró mi mano mientras se subía tranquilamente a la cama, logrando que esta se hundiera por su peso mientras acercaba su respiración a mi cuello, no sabía como podía pararlo, así que se me ocurrió jugármela y hacerle una pregunta.
«¿Qué pasa con Arielle?», pregunté.
«…»
El hombre se congeló en el acto. Supongo que mi intuición era correcta. Este hombre tenía que ser…
Ciento cincuenta años más tarde al fin os traigo el cuarto capítulo, sorry. 🙁
Gracias por los comentarios y perdonarme… Voy a ponerme con el siguiente ya.
Miri
Anterior | Novelas | Menú | Siguiente |