Incliné la cabeza y miré por encima de la pantalla para mirarla, se sentía extraño ver la pantalla y a ella en la misma habitación.
La miré fijamente ya que su rostro se me hacía parecido, pero supongo que si la hubiera conocido en algún momento de mi vida realmente no la olvidaría… De igual forma, eso no era importante ahora.
Arielle se mordió el labio.
«Todo estará bien, Arielle», dijo Etsen suavemente, quién rápidamente tomó las manos de Arielle, confundiendo su mirada decidida con unos ojos que se veían inundados de miedo. Sin embargo, a mi no me engañaba, esos eran los ojos de alguien que acababa de tomar una decisión.
‘Por favor, di que no tienes nada que ver con Etsen’.
Mi suplica interior me sentó bastante mal, pero realmente lo sentía por Etsen, si ella elegía la opción uno, él a lo mejor podría hacer un cambio de pensamiento y dejar de lado esos sentimientos engañosos.
«A. Niega tu relación con Etsen».
Arielle apartó suavemente su mano, pero Etsen no pareció sorprenderse. Manteniendo sus ojos fijos en mí, dijo: «Sólo mi vida es suficiente para que descargue su ira, ¿no cree?».
«…»
Como no respondí, continuó: » Usted misma lo ha dicho. Me dijo que usted solo dice la verdad, o cosas que se convertirán en verdad. Entonces cumpla con su palabra. Dijo que no la tocaría si eso era lo que yo quería. Lo prometió».
«También dije que no te haría nada» dije.
«Eso solo será cierto si no cambia de idea y retira lo que me dijo, Princesa. Ofreceré mi vida si no cambia de opinión.»
«… Realmente haces lo que quieres, ¿verdad, último Príncipe de Velode? pregunté».
Cuando los ojos de Etsen se encontraron con los míos, pude ver que por fin reconocía su derrota. Sus pupilas alargadas y sus iris de color rojo sangre, antes llenos de un odio asesino que ponía los pelos de punta, eran ahora sumisos y obedientes.
Tras tomarse unos momentos para leer la habitación, Arielle gritó: «¡Su Majestad! ¡Simplemente fui arrastrada a esto! ¡Le digo que no hay nada entre nosotros!»
‘¿Era esto lo que la Princesa tenía que presenciar todo el tiempo? Los rostros de la escoria absoluta de rodillas, lanzándose sobre ella en un intento de salvarse primero?’
«¡Su Majestad! ¡Realmente no tenía nada…! No conozco ningún…»
«Suficiente», la corté. Me estaba haciendo sentir náuseas.
Me levanté de mi asiento y me acerqué serenamente a la mujer arrodillada.
«¿Dices que no sabes nada?»
La urgí, acercándome a ella y mirándola desde arriba.
«¡Por favor, perdóneme la vida, Su Alteza!» Arielle se arrastró hacia delante y me agarró por los tobillos. «Lo prometo, este hombre y yo…»
» Ustedes se conocen de una u otra manera», interrumpí. «¿No es así?»
«¡Su Majestad, por favor! ¡Yo…!»
«Viviremos juntos y moriremos juntos…» Dilo, Arielle exigí, golpeando su mejilla con la punta de los dedos. «Tal y como él dijo».
«…»
«Vamos, dilo»,, presioné.
«Bueno… Yo…Yo…»
«Lo amas, ¿no? Entonces no tendrás ningún problema en decirlo, ¿no?»
‘Di que sí, si no, él habrá ofrecido su vida por ti para nada. Lo has hecho de esta manera, así que ahora debes responsabilizarte de él’.
Mirándome fijamente a los ojos, Arielle murmuró: «No quiero morir…»
«Entonces no hay nada más que pueda hacer…»
«¡Su Majestad!»
«Los dejaré ir a los dos. Váyanse lejos de este lugar».
«Bueno, eso no es…»
«Pero con la condición de que ninguno de los dos puede volver a poner un pie en el Palacio».
«…»
Bajé mi cabeza cerca del oído de Arielle y susurré:
«Hazlo, no seas codiciosa».
‘No pienses en matarme, lárgate ahora que puedes’.
«Me ocuparé de tus gastos de viaje y del dinero, así que no les va a ser difícil formar una nueva vida».
«¿Dejas que nos marchemos? ¿En serio?», preguntó Etsen escéptico, pero simplemente me quedé mirando a Arielle. Únicamente quería que esa mujer me diera una respuesta, más no me respondió y permaneció en silencio.
Etsen no soñaría con vengarse en los días que le quedaban, mientras pudiera mantenerla a su lado. Pero la mujer probablemente pensaba de otra manera. Ella aún tenía mucho que ganar en este palacio. Tal vez ni siquiera era mentira cuando ella decía que la habían arrastrado contra su propia voluntad.
‘Así que elige ya. Antes de que decida que necesito matarlos a ambos’.
«Arielle».
Una voz se escuchó tras de mí, ese hombre, el cual había estado escondido en la oscuridad, finalmente se situó a mi lado. Era Robert, el rival amoroso al fin ha hecho su entrada.
Este fue un problema inesperado.
La mirada de Etsen se posó en Robert. Luego se encontró con mi mirada antes de volver a bajar la vista en silencio. Debió darse cuenta de que yo había dicho la verdad. ‘Escóndelo todo lo que quieras, pero ya lo he visto. Estás herido’.
«¿Cómo has podido hacerme esto? ¿Cómo?» Robert caminó tambaleante hacia Arielle y cayó a su lado mientras le interrogaba.
«¡Dime, Arielle!»
Robert agarró el hombro de Arielle e intentó sacudirla, pero no pudo ya que Etsen lo agarró por el brazo para detenerlo, cruzando ambos la mirada. De golpe parecía que la atmósfera había cambiado de golpe, me reí internamente porque parecía que fueran a acabar a puñetazos.
«¡Suéltala!», dijo Robert.
«…»
«¡He dicho que la sueltes!»
Puse los ojos en blanco y miré fijamente al techo, ya somos grandecitos como para tener este tipo de situaciones. ‘¿Por qué tengo que presenciar este triángulo amoroso super-tonto, molesto e inductor de vómito en medio de la noche? Quiero enviarlos a todos a la mierda para así poder volver a mi deliciosa, suave y cómoda cama’.
No sabía el cansancio que tenía encima hasta que me ha tocado vivir esta escena, estaba realmente cansada y cabreada. Apreté mis sienes con una mano y bajé la mirada para mirarlos de nuevo.
«¡Paren ya!»
«¿Su Majestad?»
«…»
Mientras lo miraba en silencio con mis cejas levantadas, Robert me entendió perfectamente y de forma automática se arrodilló al otro lado de Arielle, frente a mí. Los miré a los tres uno por uno y acabé soltando un largo suspiro. Estar en el cuerpo de la Princesa cada vez era más incómodo. ‘¡Dios! ¿Tengo que ser su casamentera?’
«Te dejaré ir a ti también». dije.
«¿Qué?»
«Estoy diciendo que te relevo de tu condición de concubino».
«…»
Robert parecía horrorizado. No entendía por qué cuando acababa de darle lo que quería.
«Vete con quien quieras», añadí. Luego me volví hacia Etsen.
Nada más acabar mi oración, Etsen abrió la boca, pero estaba tan cansada de esto que le corté antes de que pudiera empezar.
«¿Tienes algún problema con esto?»
«… No».
«¿No tienes orgullo?» Le gritó Robert a Etsen con un desprecio palpable. E imagino que Etsen sintió que no valía la pena responderle, ya que se limitó a mirar en silencio al suelo, como si su vida se hubiera extinguido.
Robert no pudo soportarlo más y se dirigió otra vez a Arielle:
«¡¿Por qué mantienes a este hijo de puta a tu lado?! ¡No puedo permitir esto! ¡Dime la puta verdad!»
‘No puedo creerlo, ¿realmente acaba de hacerle esa pregunta a la heroína de este harem inverso? Aunque estoy de acuerdo con él, Etsen es un gran hombre, no merece estar a su lado’.
«Yo…»
Arielle estaba dudando en como proceder cuando una nueva ventana se abrió ante ella, logrando que ambas fijáramos nuestra atención en ella.
•━━━━━━⊰⍣⊱━━━━━━•
¡Felicidades!
¡Has obtenido un corazón roto (s)!
* Corazón roto (S):Un corazón roto no puede ser restaurado fácilmente. A partir de ahora, Etsen te será fiel sin importar lo que hagas. (¡Atención! Este objeto es perecedero).
•━━━━━━⊰⍣⊱━━━━━━•
Arielle agachó la cabeza. Aunque intentó ocultarlo, pude ver cómo las comisuras de sus labios se curvaban hacia arriba.
Dicho y hecho, se arrastró a mis pies suplicándome de forma desmesurada.
Arielle gritó: «¡No quiero irme, Alteza! He venido a este palacio para poder servirle. ¡Soy inocente, Su Alteza! ¡Ese hombre y yo no tenemos ningún tipo de relación! Eso es absurdo».
Entre su palabrería, Robert estaba llorando y Etsen aún no levantaba la mirada del suelo.
«¡Por favor, deje que me quede aquí! Déjeme seguir sirviéndole, Su Alteza», suplicó ella.
Era ridícula la obviedad de sus intenciones intrigantes. Estaba desesperada por convertirse en mi dama de compañía. Probablemente estaba buscando esto porque necesitaba encontrar mi debilidad para completar su búsqueda. ¿Cómo de estúpida se creía que era? Pero, de nuevo, ¿era eso algo bueno?
«¡Nunca quise irme, Su Alteza!» Arielle balbuceó. «Pero este… este hombre, me obligó…»
«Suficiente», la corté.
Todas las miradas se centraban ahora en mí, o mejor dicho, en mis siguientes palabras.
«No quieres morir, no quieres irte, y ahora quieres servirme… Qué chica tan difícil eres, Arielle. Pides demasiado».
«Su Alteza…»
«…»
Desterrarla no tendría sentido porque sabía que no se rendiría. Eso es lo que me estaba diciendo.
«…»
Esta era una oportunidad para prevenir cualquier problema futuro. También me dio la excusa perfecta.
‘Debería matarla’.
‘Realmente debería matarla’.
——-
Uou, se pone tensa la cosa. En el manhwa Robert no me parecía tan tóxico, creo que se lleva el puesto número uno.
Por cierto, una de nuestras maravillosas lectoras, Edaly, nos ha dado algunos raws de esta novela, ¡¡¡por lo que voy a poder seguir traduciéndola a mi gusto!!! No sabéis lo feliz que estoy, de verdad. Así mismo, también me ha facilitado los raws de una novela que le gusta, por ende, voy a trabajar en una nueva obra, jajaja.
He pasado de no tener casí nada a tener exceso de novelas, jijiji. 🙂
¡Gracias por los comentarios!
Miri
Anterior | Novelas | Menú | Siguiente |