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PS Parte 6

24/12/2020

A ti que con cada uno de mis sueños te transportas a ese mundo donde sólo estamos tú y yo. Y entonces poco a poco me desnudas, besando cada poro de mi piel, la habitación se llena de mis suspiros y sabes entonces, que me gustan esos besos que me das. Y mi aprobación te hace ir más allá, me tumbas sobre la cama, me desprendes del sosten y acaricias mis senos. Tus ojos me miran, los míos te devuelven la mirada y un nuevo suspiro escapa de mi garganta. Besas mis labios, introduces tu lengua en mi boca, la mía se enreda con ella. Abandonas mi boca y lames el lóbulo de mi oreja, mi cuerpo se estremece y gimo. Desciendes despacio por mi cuello, beso a beso hasta llegar a mis senos. Los besas, los chupas, los lames y te entusiasmas con ellos. Siento como mi piel se eriza, y mis pezones se endurecen.

Sabes perfectamente lo que deseo, te pones sobre mí, tu sexo erecto se acerca al mío. Suspiro y fijo mi mirada en la tuya, no nos hacen falta las palabras, ambos sabemos lo que sentimos con tan sólo mirarnos a los ojos. Entras en mí despacio y despacio tu sexo se desliza por el mío, te atrapo con mis piernas, te recuestas sobre mí y de nuevo tus labios besan los míos, nuestras manos se entrelazan y despacio sin dejar de mirarnos a los ojos empieza el baile de pasión, la batalla del amor entre mi cuerpo y el tuyo. Y juntos cabalgamos hacía la cumbre.

 

Y a ti, sólo a ti, puedo darte esta pasión. No se lo digas a nadie, pero algún día la promesa que te hice, se cumplirá.

***

Es tarde, no puedo dormir, una vez más las fantasías vuelven, me hacen arder la sangre y la piel…

…Esa noche nos encontramos en un pub, sola ojeo distraída un nuevo libro que acabo de comprar. Te acercas despacio, me abrazas por la espalda y me besas el cuello, después de unos minutos la gente que está a nuestro alrededor se hace demasiada, con una sonrisa de complicidad me tomas de la mano y me llevas a tu auto, nos vamos sin un rumbo fijo, la única certeza que tenemos son las ganas de tocarnos, de besarnos y fusionarnos en un sensual baile de placer. 

Te detienes, no sé donde estamos ni me importa, la calle está oscura, nos pasamos al asiento de atrás para tener algo más de espacio, tus manos vuelan por mi piel y mi boca te busca con ansias, tu cuello, tu oído. La ropa ya estorba, desabrocho tu camisa, busco tu calor, no haces nada para impedírmelo, lo esperabas, así como esperabas encontrarme llena de lujuria como te lo había anunciado tantas veces. Unos pequeños gemidos se me escapan mientras me tocas los senos mientras me besas, tus manos bajan despacio tiemblo de ansias y de deseo, pero no puedo quedarme quieta por más tiempo, me enfrento a ti, te toco, era como lo esperaba… 

-¿Vienes armado o estas contento de verme?

– Loca- me respondes y me sellas la boca con un dulce beso.

A duras penas me desprendo de tu aliento, sabes lo que quiero, me mojo los labios mientras me sonríes con placer, te toco, siento el calor en mi mano y tu pulso a través de tu suave piel, miro como crece tu miembro pidiendo más, doy unos lengüetazos directamente en el glande como si se tratara de un rico dulce, mientras lo tomo por la base . Ahora meto suavemente en mi boca, pero no lo abandono ahí, es como en un beso, comienzo a dar un suave masaje delicioso que me permite probar su sabor único. Quiero que gimas, necesito que lo hagas, quiero sentir que te gusta tanto como a mi, me detengo solo para verte a la cara, tienes los ojos cerrados, lo disfrutas…es el momento de llegar un paso más allá…

***

Acaríciame como antes nunca lo habías hecho, sumérgeme en tu más pecaminoso deseo, bébeme, y saborea el goloso néctar de mi dicha.

Revoloteo cerca, me contraigo cuando te acercas, adivino tu presencia, y mil mariposas vuelan en mi interior. 

Susúrrame que me quieres, miénteme, pero susúrrame, dime que me deseas, susúrramelo al oído bien despacito, besándome lentamente el cuello, ¿no ves como me contraigo?,¿ no notas como rompo el silencio de la noche con un leve gemido? ¿ Sientes la bravura de mi sexo como se dilata?

Sigue despacio, lamiéndome, besándome llega hasta mis duros pechos, ¿ no ves mis pezones rígidos?, si así, así….ohhh!!..Tus labios me los pellizcas ardientemente, imagínatelo, imagínate yo desnuda ante ti, 

con mis senos desnudos y tu en ellos, yo no te suelto tu cara entre ellos, estas prisionero entre ellos, y no quiero que salgas, imagínatelo

Impulsada por el ardiente fuego de mi sexo, atrapo tu cara, y la elevo hacia la mía, besándote, bebiéndote, bébeme, saboréame mi lengua es la que esta descifrando lo que deseo que ocurra, imagínatelo.

Te despegas para volver a mi senos, yo me deslizo levemente hacía atrás, solo mi cuello, te estoy intuyendo, intuyo como me vas a poseer, intuyo como te voy a comer,imagínatelo.

Estamos los dos demasiado acalorados,en un arrebato me tumbas en la cama, que es testigo de lo que ocurre, me tumbas y me quitas apasionadamente lo poco que llevo puesto, 

imagínatelo, yo regodeándome, moviéndome rítmicamente al compás de mi deseo, deseo de sentirte, deseo de volverte loco.

Desciendes por mi cuerpo sin dejarme hacer nada, nada mas que gozar de tu descenso, mientras lames mi cuerpo, no dejas no un poro de mi piel, yo acaricio con vehemencia y ardor tu pelo, yo empiezo de nuevo a gemir, inclino mi cabeza hacía atrás,totalmente excitada…..sabes hacerme gozar, imagínatelo 

Yo deseo comerte entero, y empiezo encima de ti a descender,y como si de un caramelo se tratara te acaricio con mis labios todo tu cuerpo, como tu antes habías hecho, me entretengo en tus pezones, bajo hasta tu ombligo, y freno en tu miembro, que es donde suavemente me la introduzco en mi boca,y la saboreo, de arriba a abajo, de abajo a arriba, mi lengua juega con tu glande, mis manos suavemente pellizcan tus testículos… imagínatelo.

Y después… deseosa ,me pongo encima de tu miembro y me la introduzco en mi más dilatado sexo, húmedo, y fogoso,y los dos, exaltados empezamos a movernos, me acaricias mi pecho, mientras yo inclinada un poco hacia atrás jadeo,jadeo, y cada vez nuestros movimientos son más ardientes, más acalorados, no tenemos freno,y acabamos los dos hecho un nudo de pasión, y sudorosos terminamos, agotados pero satisfechos…imagínatelo.

***

Tus órdenes, son deseos

He tenido un mal día, las fuerzas apenas me permiten abrir la puerta para desplomarme en el cómodo sillón del comedor, reposo mi cabeza en el respaldo y cierro los ojos.

Apenas unos minutos relajantes cuando en un acto reflejo, mis ojos se abren para posarse en los tuyos que fijos y sin parpadeo aparente, recorren mi cuerpo inmóvil, no hiciste ruido al entrar, ni queja hubo del sillón que ahora ocupas, siempre te mueves con sigilo observando atentamente mis movimientos, estudiando mis gestos y posturas. 

La respiración, empieza a agitarse, ya no hay cansancio, mi cuerpo empieza a responder a tu inquisidora mirada. un cosquilleo incesante que mana de mi pecho , baja abrazando hasta mi vientre adentrándose en los confines de mi lujuria, y tu en frente, inmóvil, apenas tus labios se mueven para pedirme, ordenarme que me quede quieta, que no mueva ni un músculo, el fuego me consume, necesito moverme, desahogar mis instintos de perra en celo, pero tu no me dejas, solo me queda esperar una orden. 

Mientras mis muslos siguen empapándose de mi aroma, un gemido sale de mis labios, junto mis piernas para obtener un pequeño roce con el que consolarme. Tú, impávido en tu asiento, y sin apiadarte de mi calentura.

– No te muevas, separa las piernas.

Veo como tu pantalón va subiendo, te excita verme así, tu placer en mis contenidos movimientos, el saberte mi dueño, el saber que solo una palabra tuya consigue hacerme enloquecer de deseo. 

Te levantas, y empiezas a desnudarte para mi, poco a poco, tocando tu pecho, recorriendo con los dedos cada centímetro de tu anatomía. No puedo más, mi agónico deseo lucha por salir de mis entrañas. Mi mano se dirige a mi sexo. 

– ¿ Te he dicho yo que te toques? 

Un gemido se revela en mi garganta mientras mi mano vuelve a su posición.

Tus palabras taladran mi cuerpo, mi pecho se mueve con dificultad, necesito que tus labios se posen en los míos, pero un leve aliento pasa apenas rozándolos. El fuego me consume, quiero gritar, te pones delante de mí para mostrarme los efectos obtenidos con mi tortura y apenas dirijo mi cabeza hacia ti para obtener un leve , cálido y duro contacto con mi mejilla te apartas, retomas tu asiento. 

– Desnúdate despacio y sin rozar tu piel

Mis manos obedecen convirtiendo en una tortura cada movimiento de la tela en mi cuerpo.

– Tócate, despacio

mmmmm, mis dedos se dirigen ávidos de flujos a darme el placer que necesito, mi espalda se arquea, tensando mis pechos, mostrando en todo su esplendor unos pezones retadores 

– para

– noooooooo, no puedo parar

– para 

Tu voz ejerce una retirada de mi mano, que lentamente se dirige a mis pechos, en esta ocasión me dejas hacer, te gusta ver como me pellizco te excita sobremanera, ver como juego con ellos

– Ven aquí

Dirijo mis pasos hacia ti , me introduces un dedo entre los muslos

– Vaya, estás bien empapada, ¿ Te he dicho yo, que podías disfrutar?

Con cada palabra, cada movimiento tuyo, mi deseo se vuelve incontenible, necesito que me poseas, necesito tenerte dentro, necesito……. 

Te pones de pié a mi lado, noto el fuego que desprendes, tu cuerpo roza el mío, tu olor traspasa mi piel , no puedo contenerme, va resbalando por mis muslos el fruto de mis deseos, mientras tu con tu virilidad, a reventar, rozas mi espalda. 

Deseo tocarte, abrazarte, mezclarme con tu cuerpo. Te pones delante de mí obligándome a mirarte a los ojos. Adivinando mis deseos, me agarras las manos que llevas hacia mi espalda, mientras tu roce en mi bajo vientre va en aumento, tu dureza y suavidad empiezan a provocar gemidos incontenibles, pequeños gritos de placer que rompen poco a poco tu escudo. El calor de tus labios en mis erguidos pezones, desencadena un duelo con tu traviesa lengua. Mi cabeza se deja caer hacia atrás para que mi cabello juguetee con los excitados poros de mi piel. La presión de tus manos en mis muñecas, van cediendo liberándolas, mis dedos se dirigen tímidamente a tu cuerpo rompiendo por completo tu entereza, nuestros movimientos ya no siguen pausas ni juegos previos, solo se buscan arrancando de nuestras entrañas gritos incontenibles que rebotan en el aire devolviendolos a nuestros oídos como un susurro lejano hasta dejarnos exhaustos en el sofá. 

Nuestras respiraciones apenas se han estabilizado, mis labios buscan los tuyos para sellar lo ocurrido con un húmedo beso, jadeante, pero con una chispa en tus ojos ladeas la cabeza, negándome tu manjar .

– ¿ Quien te dijo que gozases más que yo? No te mereces mis besos 

Algo en mi interior, me dice, que esto no ha terminado, y con una sonrisa en los labios, mi mano busca nuevas órdenes, que aviven nuestros deseos.

***

Siento que mi cuerpo está ardiendo, que mi piel me viene pequeña, que algo más grande que yo está por estallar en mi interior. Que se me llena la mente de imágenes que no puedo, no quiero controlar; que afloran, que suben, sensuales, eróticas, ardientes, de ese lugar dentro de mi misma que está a la vez oculto y a flor de piel.

Mi pasión, esa locura que me envuelve hoy que eres tú.

Siento mis pechos anhelantes de tus caricias, de tu boca. Mis caderas casi sienten la presión de tus manos, mi sexo se abre para recibirte, palpita, suplica mojándose en una lluvia torrencial de deseo. Mi alma, mi yo, susurra que te amo ¡te amo! Y mi cuerpo hoy no es luna, es necesidad pura, ardiente vacío que calmo con mis dedos y con mis manos.

Me estremezco, mi cara se ruboriza sin que pueda evitarlo, mis labios se secan, y mi boca en cambio, gotea de humedad, de saliva. Desea tu boca, desea tu cuerpo, desea envolverte en su oscuro, cálido y húmedo interior. Mi lengua quiere saborearte, quiere extender su humedad por todo tu cuerpo, lamer cada parte de ti.

Mi vientre espera la caricia de tu mano abierta. Tu boca juega con mi sexo, una y otra vez, tu lengua perdiéndose en él.

No soy más que un gemido profundo que emerge del alma. Un jadeo sin aire, un espacio que vibra. Te deseo.

Cierro los ojos, no los necesito para ver en mi interior. Para ver este blanco candente que surge de mis entrañas. Para sentir esta desesperación que hace que mis caderas se muevan solas.

Cada centímetro de mi piel, siente hasta la más mínima brisa que entra por la ventana abierta. Cada gota de sudor que se desliza desde mi nuca bajo mi pelo hasta mi espalda.

Mi mente perversa se recrea en imágenes de tu sexo entrando en el mío, de tus manos abarcando mi colita,levantándoloa presionándome contra tu vientre. Imagino el momento en que dejas de moverte dentro de mí, te quedas quieto, con tu  sexo llenándome, mis piernas abiertas al máximo, mis caderas elevándose para recibir tu amor.

Y siento que estoy a punto de correrme, de correrme contigo en este encuentro imaginario de nuestros sexos luchando por unirse más y más.

Y todos nuestros deseos compiten en mi mente para ser quien me lleve al orgasmo y todos ellos se reducen a ti, a sentir tu cuerpo erecto, a escuchar tu respiración jadeante, a morirme de placer cuando llegas al orgasmo, cuando me lo das.

_____

El fin… por ahora

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