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Cap. 01 – El Primer hombre
Episodio 1.1
El Señor Nils, dueño del segundo taller de costura más grande del castillo, le entregó a Claire una bolsa con un montón de trabajo de costura hoy.
La razón por la que se le agrega a escondidas una calzas a la tarea es seguramente por la tía Gelda.
“Esto tiene que hacerse con especial meticulosidad, Claire.” (Sr. Nils)
“¿Es este un trabajo que le ha confiado una persona de alto rango?”
“Mhhh, es trabajo del Castillo de Voledour. Escuché que el Marqués de Morenheitz irá pronto al Castillo de Lanteo. Parece que no hay pájaro que abra los ojos con la preparación ahora mismo. Después de todo, tienes que ir cuando el viento en las Montañas de Altas sea cálido.” (Sr. Nils)
Parece que el joven Marqués de Morenheitz, señor de Genevu y Marqués del Imperio, que vive en el castillo de Voledour, finalmente se casará con la hija del Archiduque Edwin.
Ya han pasado tres meses desde el año nuevo. Cuando la brisa primaveral soplaba sobre Genevu, las dos personas se juntaron para chismear al respecto día tras día.
“Pronto habrá una anfitriona en el Castillo de Voledour.”
Claire fingió saber, examinando el cuero, cuyo olor no había desaparecido por completo.
Si desea continuar recibiendo trabajo del Señor Nils, quien posee una red muy amplia de conexiones, tiene que responder varias veces no importa cuán desinteresada pueda estar, para poder obtener trabajo en el futuro.
Preocupada por dejar retales para remendar la ropa de los pequeños, sus cejas se arrugaron verticalmente bajo la capucha que cubría todas sus cejas. <imreadingabook.com> El montón de cuero, que es bastante grande para cargarlo sola, también era motivo de preocupación.
El Señor Nils está conforme con su trabajo, pero el material para la mano de obra era demasiado grande.
Claire ni siquiera se dio cuenta que se estaba mordiendo el labio tratando de averiguar cómo movilizar el montón de cuero que no podía levantar, aunque lo sostuviera con ambos brazos.
El Señor Nils, que parecía aburrido, pero bastante sensato, parecía haber notado el problema de Claire y le entregó un bulto de cuero para que le resulte más fácil cargarlo, alzando su voz aún más fuerte.
“Esto es algo que no sabes. Ese Archiduque pervertido codicia a nuestro Marqués, la hija del Archiduque apenas puede casarse con el nieto del valiente león marrón. Si la Princesa Scadia estuviera viva, nuestro Marqués se habría convertido en el yerno de Su Majestad Rüngen y gobernaría este imperio.” (Sr. Nils)
Conociendo el respeto ciego de la gente de Genevu por la familia del Marqués, Claire asintió bruscamente a las palabras del señor Nils.
Era posible que eso nunca sucediera incluso si el actual Emperador, Kilberick, no hubiera cometido una locura tan obvia.
El continente Roschmann está actualmente dividido por el Imperio Rüngen en el oeste y el Imperio Sbergen en el este, separados por las Montañas de Altas mirando hacia el cielo en el medio.
Fue hace unos 30 años cuando Nicholas Rüngen, el primer Emperador del imperio, llamado por el pueblo el ‘Gran Rüngen’, construyó el imperio, por lo que esta estructura no es tan antigua.
El Emperador Rüngen vivió una vida corta pero grandiosa para igualar ese modificador. Se casó con la Emperatriz Verda, quien fue recibida con estruendo y ruido y a quien muchos poetas de la ciudad imperial llamaron el amor del siglo, dejándolo grabado en canciones y poesías, sin embargo, murió sin siquiera ver a la Emperatriz dar a luz a su primer hijo, quien tenía derecho a la sucesión del trono.
Gracias a eso, Kilberick, hijo y primogénito de la concubina Burunhilde, heredó inesperadamente el trono. Kilberick, que se convirtió en Emperador, envió a su hermana menor, nacida del cuerpo de la Emperatriz, al mar infinito de Yura, para que se ahogara.
El pretexto no estaba mal. Citó como razón que el matrimonio con la familia imperial de Sbergen traería la paz y armonía entre los dos imperios. Sin embargo, el hombre mencionado como el esposo de la joven Princesa, que solo tenía diez años, era un hombre de unos 40 años, era incluso mayor que Kilberick, que tenía alrededor de treinta años, y que había perdido a su primera esposa, con quien tenía un hijo de más de 20 años.
(N/T: Un desgraciado… casar a una criatura con un viejo… cuando lo ideal hubiera sido que fuera con el hijo…)
En ese momento, el Marqués* anterior se opuso y la ruta terrestre fue bloqueada, por lo que Kilberick puso a la joven Princesa en un barco de guerra y la condujo mar adentro.
(N/T: Realmente la traducción correcta es Margrave que es el nombre en español dado al título germánico Markgraf, que se asemeja a Marqués, así que no se asusten si usamos ese término en algún momento)
Era natural que la joven Princesa no pudiera llegar a Sbergen ni regresar.
Pero sea así o no, a Claire no le importaba saber sobre los asuntos de personas de alto rango que no tenían nada que ver con ella.
Si quiere criar a tres hijos sola, solo debe concentrarse en el trabajo que hará que ella y su familia llenen su boca en lugar de chismes que solo le hacen cosquillas en los oídos.
Claire, que tenía ambas manos llenas de trozos de tela y pieles curtidas que habían sido pulidos para que fuera fácil de coser, se alejó apresuradamente del camino de los caballos.
Según el señor Nils, es probable que el trabajo no se detenga en el futuro. Es una suerte que, si se mueve diligentemente de ahora en adelante, no tendrá que preocuparse por ganarse la vida en el próximo invierno.
Las montañas de Altas, que tocaban el cielo, proporcionaban cueros que debían ser curtidos constantemente durante las cuatro estaciones, leña que no faltaba ni en invierno y alimentos.
Si no fuera porque el invierno era realmente largo y el terrible frío, Genevu sería el cielo para Claire, que tenía tres hijos y una tía para alimentar.
Nouberg, el valiente león marrón, que fue un fiel caballero y amigo cercano del Gran Rüngen, recibió el castillo de Voledour en la frontera y el título de Marqués de Morenheitz con el nacimiento del imperio. A partir de entonces, el Marqués de Morenheitz ha significado el nombre de la persona que protege la frontera del Imperio Rüngen y, a cambio, la región fronteriza de Genevu fue reconocida con un estatus y un poder equivalente a un estado independiente.
La región fronteriza de Genevu, ahora gobernado por el Marqués de Bald Halstein Friedrich Morenheitz, nieto de Nouberg e hijo del sabio Martel, quien falleció hace aproximadamente medio año, es un buen lugar para vivir para Claire, madre de tres hijos.
Harpen, la capital del imperio donde reside el Emperador, y el Ducado de Prusia gobernado por su hermano menor, el Archiduque Edwin, tenían un clima favorable, lo que facilitaba la cosecha, y casi toda la tierra era más rica en comparación con la llanura Genevu. Pero esa riqueza era sólo un privilegio concedido a muy pocos.
Día tras días se servía comida grasienta en el banquete en el Castillo de Lanteo, donde vive el Archiduque, pero la gente común que vivía fuera del castillo sufría de impuestos excesivos y tenía que pasar hambre, y sus vidas también eran miserables.
El Archiduque Edwin era conocido por la gente de su tierra como el ‘bastardo pervertido con el vientre lleno de grasa’ en lugar de su nombre.
Con las Montañas de Altas, que tocan el cielo, como su frontera oriental*, la región fronteriza de Genevu estaba compuesto principalmente por áreas montañosas. La tierra era yerma y el invierno era excepcionalmente largo y frío durante las cuatro estaciones. Sin embargo, la gente era sencilla y generosa con sus vecinos, probablemente porque su economía doméstica había mejorado.
(N/T: Occidente = Oeste, Oriente = Este,)
Las fronteras del imperio, que tenían una historia corta, nunca tuvieron un día tranquilo, por lo que siempre había mucho trabajo por hacer. Aunque era un lugar lleno de rudos mercenarios debido a las muchas batallas grandes y pequeñas, la seguridad era bastante completa.
Una de las razones por las que Claire acudió a la zona fronteriza de Genevu con Finn, Luca y la recién nacida Lydia, que todavía eran torpes para caminar, fue para ganarse la vida.
Las desventaja de Genevu, al ser una zona de combate habitual, al contrario, se convirtió en una ventaja muy atractiva al tener mucho trabajo por hacer.
Pero a pesar de todas sus ventajas, era realmente difícil adaptarse a ese frío feroz, que no daba señales de amainar con la llegada de la primavera a la vuelta de la esquina. Claire levantó ligeramente la cabeza y cuando la capucha que había estado usando bloqueó su vista la empujó sobre su frente. Una oleada repentina de energía fría se precipitó por su rostro y cuello.
Los hombros de Claire temblaron mientras sostenía el bulto de cuero en su brazo cerca de su pecho. Para Claire, más sensible al frío que el pequeño Luca, el largo invierno de Genevu era realmente duro.
Cuando Finn y Luca corrían con la puerta de madera abierta barrida por el viento, incluso cuando la puerta estaba cerrada, la necesidad de sostener sus pequeñas piernas en la cama se intensificaba. Se contuvo porque no podía pelear con sus hijos que apenas entendían el idioma.
Aun así, fue un poco mejor cuando abrazaba a su hija menor, la bebé Lydia, y dormía. – ‘¿Cómo puede un niño tan pequeño y ligero tener tanta calidez?’
El único descanso del día para Claire era el momento de sostener a Lydia en sus brazos, lejos de los dos alborotadores que no la dejaban ir ni siquiera cuando dormían.
Los hombros de Claire se han vuelto particularmente rígidos a diferencia de otros días, tal vez debido a que Lydia estaba enferma y no había podía dormir bien los últimos días.
“¡Mamá!”
“Mamá es realmente increíble” – En medio del ruido de la calle estridente, Claire pudo escuchar con precisión la voz de su hijo mayor, Finn, que ahora tiene cinco años.
“¡Finn, Luca!”
Tan pronto como Finn y Luca, que caminaban de la mano de la tía Gelda, vieron a Claire, corrieron entre la multitud desde lejos.
La tía Gelda, que no suele salir con los tres niños, llevaba a Lydia a la espalda, por lo que parece que Luca y Finn iban juntos.
Los pasos de Claire, que habían sido pesados bajo el peso del cuero hasta hace un momento, se volvieron sorprendentemente ligeros.
Pero por un momento, Claire, que caminaba hacia los niños con una brillante sonrisa raramente vista por otros, de repente arrojó su equipaje al suelo de tierra y comenzó a correr.
“¡No, Finn!”
Los niños que corrían tras encontrar su la madre estaban convirtiendo el entorno en una situación peligrosa y fuera de control. Incluso Claire, al otro lado de la calle, podía ver los ojos de Gelda oscurecerse por el miedo, incapaz de sujetar a los dos niños porque cargaba a Lydia en su espalda.
“¡No corras! ¡Luca! ¡No! ¡Detente!”
La pequeña conmoción que comenzó cuando Luca cayó al suelo de tierra llevó a la situación en la que un enorme caballo de guerra estaba a punto de golpear a los niños. – ‘¿Cuándo fue la última vez que corrió tan desesperadamente?’
‘Dios, por favor, no permitas que esos cuerpecitos sean pisoteados sin piedad.’
Por primera vez en su vida, le pidió a Dios un deseo, no lanzando recriminaciones, Claire se acercó a los niños con todas sus fuerzas.
“¡No!”
En el momento en que Claire logró atraer a los niños a sus brazos, el áspero relincho y la sombra oscura del gran caballo de guerra se proyectaron sobre su cabeza.
“¡Ahhh!”
Un repugnante olor a sangre vibró. Claire instintivamente contuvo la respiración para soportar el dolor que le sobrevendría.
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‘¿Cuánto tiempo ha pasado?’
Claire levantó lentamente la cabeza, incapaz de sentir el peso de los cascos del caballo, que debían haber aplastado su cuerpo. <imreadingabook.com>
No hubo dolor. En cambio, solo había sangre caliente corriendo por su cabeza encapuchada y un espeluznante y desolado silencio.
“Oh, mamá. ¡Mamá!”
“Está bien, Luca. Está bien. Finn, cierra los ojos. Ninguno de los dos debe abrir los ojos.”
Claire rápidamente cubrió con su falda sus pequeños y blandos cuerpos. El olor a pescado de la sangre empapó el dorso de su mano, mientras extendía la vieja y sucia falda.
Le temblaban las manos y tuvo que agarrar la tela gastada que se le resbalaba una y otra vez.
‘Es extraño. Debería seguir un dolor inconmensurable.’
El abuelo Draco dijo que, si una persona sangra mucho, su cuerpo se enfría y muere, pero extrañamente, su corazón todavía estaba cálido e incluso latía más acelerado.
Después de luchar por recuperar el aliento, Claire giró la cabeza hacia atrás en busca del dueño de la sangre, que claramente no era suya.
Y… al enfrentarlo
Más frío que el viento invernal de Altas que tocan el cielo, más despiadado que las olas del infinito mar de Yura, más profundo que el río madre Krea… Los ojos grises de un joven guerrero.
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