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ALTAS – 2.2

23/05/2023

Episodio 2.2

 

Los recuerdos de la noche anterior se superpusieron en su rostro. El cuerpo de Balt se puso más y más caliente al recordar la imagen de la mujer sacudiendo la cabeza en agonía por no poder aceptarlo.

‘Los niños obviamente la llamaban mamá. Incluso con su boca, ella se llamaba a sí misma su madre. Sin embargo, el cuerpo de la mujer que sostuvo anoche claramente no conocía un hombre.’ (Balt)

El dolor de una mujer que sufre por recibir por primera vez a un hombre se transmite completamente al hombre. Incluso confirmó las manchas de sangre que manaban del cuerpo de la mujer que había perdido el conocimiento.

Cuando la mano que sostenía el cuello de la mujer se fortaleció, ella agarró el brazo de Balt con fuerza. No importa cuánta fuerza le dio, no pudo haber afectado el brazo del hombre entrenado como una espada, pero Balt no pudo vencer su débil resistencia y aflojó su fuerza.

“Ah, ah, cof, cof.”

La mujer, que apenas podía respirar, dejo escapar el aliento que había estado conteniendo y trató de ponerse de pie, pero la mano de Balt la presionó por los hombros y la volvió a colocar sobre la cama.

“Yo… Ahh, nunca mentí. ¡Nunca lo hice!”

La mujer gritó violentamente mientras miraba a Balt mirarla hacia abajo sosteniendo su hombro. Además de los ojos de la mujer que brillaban intensamente como las llamas del abedul, le gustó su rostro que claramente revelaba emociones que no podían ocultarse.

El hecho de que saber cómo revelar sus pensamientos internos ocultos lo hizo sentir aún más satisfecho. Ella era tan vulnerable al dolor físico, no diferente de los demás.

(N/T: ¡Es un patán!)

Incluso en medio de eso, el pijama que fluía por sus delgados hombros, mientras su dueña jadeaba, casi dejando al descubierto un seno, llamó su atención.

“¡El Marqués me malinterpretó! No le mentí.”

“¿Malinterpretar?” (Balt)

Los ojos del hombre, revelados bajo el cabello alborotado, brillaban terriblemente. Ambos, hombre y mujer se miraron como llamas ardientes con los ojos llenos.

“Ellos son mis hijos. Aunque no los haya dado a luz, definitivamente son mis hijos.”

Claire torció los hombros tan fuerte como pudo para alejarse de él, como si pudiera sentir que el poder de la mano de Balt que sostenía su hombro se desvanecía lentamente.

Como resultado, la manta de algodón se derramó completamente hacia abajo, dejando al descubierto el cuerpo blanco de Claire con claras marcas rojas en varios lugares.

Cuando Balt se negó a dejarla ir, Claire golpeó la parte posterior de su cabeza contra la cama y gruñó.

“¡Maldición! ¡Aléjese de mí a menos que quiera volver a meter esa maldita cosa dentro de mi cuerpo, noble señor! Ya se lo dije. Empezaré con las respuestas.”

 

****

 

‘¿Maldita cosa? ¿Noble señor?’ (Balt)

¿Era una ilusión sentirla extrañamente elegante? La mujer no pudo dominar su temperamento y expresó su enojo hacia él, hablando un lenguaje vulgar que no había aprendido.

Si, debería ser así. Estos descarados ojos azules eran mejores cuando estaban así de frenéticos y brillantes que cuando los bajaba pretendiendo ser ingenuos y obedientes.

Irónicamente, Balt se volvió lo suficientemente generoso como para tener la intención escuchar la historia de la mujer.

Una línea de color rojo oscuro se formó en el labio inferior de la mujer, como si se hubiera mordido el labio. Balt bajó la cabeza hasta la boca de la mujer, que parecía estar a punto de gotear sangre en cualquier momento, y presionó el lugar con sus labios y luego los chupó como si bebiera su sangre.

“La respuesta deberá satisfacerme a mí más que tu cuerpo. Por tu bien y el de tus hijos.” (Balt)

Balt envió una fría sonrisa a la mujer que continuamente lo sorprendía y se bajó de la cama. Su cuerpo lo suficientemente caliente no quería más calor, pero arrojó leña a la chimenea en sucesión.

Claire se subió el camisón, revelando su insoportable ira con una respiración vigorosa.

Sin embargo, mientras bajaba de la cama, quitando las sábanas rojas empapadas de vino, se derrumbó en el suelo sin poder mantener la fuerza en sus piernas.

“Simplemente recuéstate. Sé cómo es una mujer que ha experimentado a un hombre por primera vez.” (Balt)

“Estoy en deuda.”

Mirando a Claire, que sarcástica pero obedientemente se metía de nuevo en la cama, Balt bebió el vino de su copa de un trago.

“Seré cortés con la mujer que aceptó mis malditas cosas. Incluso si soy un maldito aristócrata.” (Balt)

Al ver que no la intimidaban sus comentarios sarcásticos, parecía que lo que asustaba a esta mujer no era, como era de esperar, el poder invisible de los poderosos, sino la opresión física.

Para la gente de la calle que solo se preocupa de ganarse la vida día a día, la existencia de un noble o el dueño de Genevu es demasiado lejana, por lo que en cierto modo es natural. Más bien, el miedo a los feroces mercenarios extranjeros sin educación que llegan en buques habría sido mayor.

Claire se barrió el cabello desordenado y lo colocó cuidadosamente detrás de su cuello, revelando su rostro y cuello blancos. <imreadingabook.com> Incluso marcas claras que él mismo había dejado atrás. Balt fijó su mirada en ellos y volvió a llenar su vaso.

“Entonces, ¿quién es la verdadera madre de los niños?” (Balt)

“Es la esposa de mi hermano. Murió justo después de dar a luz a la más pequeña, Lydia.”

“¿Hermano?” (Balt)

Como para confirmar la pregunta, Claire asintió, acomodando su cabello suelto detrás de sus orejas. Incluso en el cuello expuesto debajo del lóbulo de la oreja, había marcas claras que no eran originalmente de ella.

“Sí. Mi hermano mayor abordó un barco mercante en Prusia antes de que naciera Lydia y todavía no sé si está vivo o muerto. El mayor tiene solo cinco años y el segundo tres. Todavía están en una edad en la que ni siquiera saben lo que significa tener a sus padres muertos, así que me conocen como su madre.”

“¿Así que fingiste ser una viuda con el cuerpo de una virgen?” (Balt)

“Porque los niños necesitan una madre. Además, es más… También es más seguro.”

Balt adivinó fácilmente el significado de la palabra ‘seguridad’ de la mujer. No, si hubiera sospechado un poco, podría haberlo notado desde el principio.

La mujer era demasiado joven para ser madre de tres hijos. Por supuesto, el propio Balt solo se dio cuenta de eso cuando vio a la mujer sin su ropa gastada y con el cabello lavaba y suelto.

La mujer habría tenido que trabajar en lugar de su hermano, que no sabía si estaba vivo y muerto, y en ese caso, habría estado mejor como viuda que como una virgen que podía ser presa de los hombres. En comparación con Prusia, donde el loco Gran Duque Edwin aumenta frenéticamente los impuestos, habría sido más fácil para ella vivir en Genevu, que tiene mucho trabajo a pesar del duro clima.

Balt, que comprendió todas las circunstancias, lo reconoció. Al menos no le mintió a propósito.

“Estás chiflada o tu cariño maternal es admirable para zambullirte debajo de los cascos de un caballo salvaje para salvar a unos niños que ni siquiera son tuyos.” (Balt)

“Ellos son mis hijos. Ellos son mi familia.”

“Para ser precisos, no son tus hijos. No es suficiente casi morir por esos niños, e incluso renunciar a tu virginidad para calentar el dormitorio del primer hombre que conociste hoy. No sé cómo elogiar ese gran amor maternal.” (Balt)

No quiso ser sarcástico, pero cuando se dio cuenta de que no había sido engañado, sintió una sensación de alivio muy poco natural. Ese sentimiento incómodo ocultaba las verdaderas intenciones de Balt.

No estaba familiarizado con querer disculparse con una mujer con una historia imperial ordinaria.

“Habría estado dispuesta a entrar en el dormitorio de cualquiera que hubiera salvado la vida de los niños, mas no en la del Marqués.” (Claire)

No sabía si era por su temperamento natural o si era intencional, pero la mujer sabía cómo incomodar a Balt.

Desde esa mirada arrogante y descarada hasta el tono de su discurso que parece obediente, por un lado, pero lo provoca constantemente. No es solo una cosa lo que lo molesta.

Nadie ha sobrevivido incluso después de provocar la ira de Balt tantas veces en el pasado. Incluso si es una mujer. Su paciencia era demasiado generosa después de esta noche.

Nunca pensó que el Marqués de Morenheitz, de quien se dice que es el mejor guerrero del Imperio, sería un hombre con un corazón tan grande. Pensó que no tendría nada de qué preocuparse si la conversación que tuvo con esta mujer esta noche se filtrara fuera de la habitación. Porque nadie le creería.

“Ya he oído todo, ahora es mi turno de tomarte de nuevo.” (Balt)

Era demasiado fácil volver a poner a la mujer debajo de él. Colocando sus brazos al lado de la cara de Claire, Balt penetró los labios de la mujer que ya no necesitaba hablar.

La lengua de Balt comenzó un ataque persistente para reabrir el cuerpo de la mujer que no podía aceptar a un hombre en absoluto.

La mejor estrategia para abrir una puerta fuertemente cerrada es abrirla él mismo. Ni un largo arco encendido ni una catapulta arrojadiza eran los mejores métodos.

Y Balt conocía numerosas formas de abrir puertas que cualquier otro hombre en el Imperio.

Incapaz de resistir sus persistentes besos, la cabeza de la mujer se inclinó hacia un lado y Balt la giró bruscamente de espaldas a su lugar y la obligó a mirarlo.

El pequeño rostro de la mujer apareció fácilmente bajo la gran mano de Balt. El rostro que estaba vuelto así, se veía realmente joven ahora.

La mujer frente a los ojos de Balt en este momento no era la madre que saltó debajo de un caballo desbocado y abrazó a sus pequeños hijos, sino una tímida y tonta virgen que experimenta a un hombre por primera vez. ¿Por qué no se dio cuenta de ese simple hecho?

Un rubor rojizo se cernía sobre sus mejillas, que habían estado cubiertas de tierra, y los ojos severos, que lo miraban con resentimiento como si recordara el dolor de la primera vez, se nublaron.

En el lugar donde había desaparecido la ropa color tierra que había sido salpicada de barro, se escondía una piel inmaculada que era más suave que la pelusa.

“Mira con claridad. Quien es el hombre que te toma ahora.” (Balt)

Balt clavó los dientes en el delgado cuello de la mujer, que podía sujetarse con una mano. El lugar donde desapareció su razón, que nunca había sido sacudida en ninguna batalla, se llenó del deseo de un hombre infestado como una bestia.

El vertiginoso olor de una mujer sudorosa llenó su aliento. Mientras enterraba su rostro en el cuello de la mujer y comenzaba a inhalar el aroma, sintió que la cintura de la mujer, que había estado rígida como una piedra, se estremecía poco a poco.

Recordando la sensación inicial de tomarla con impaciencia, Balt la empujó tenazmente hasta el punto de ser cruel.

Tan pronto como terminó la noche, que fue como una batalla, llegó al amanecer, el cuerpo de la mujer se derrumbó como si se hubiera rendido. Sin titubear, Balt no dudó en enterrarse dentro de ella y seguir adelante, disfrutando de la victoria que era suya desde el principio.

Al amanecer, tras un último sonido de grito, la mujer perdió el conocimiento sin poder sacar nada más, ya fuera un gemido febril o un grito de dolor.

En el dormitorio donde los gemidos de la mujer habían desaparecido, solo el aliento jadeante de Balt llenó la habitación durante mucho tiempo antes de desvanecerse lentamente.

<“Habría estado dispuesta a entrar en el dormitorio de cualquiera que hubiera salvado la vida de los niños, mas no en la del Marqués.”>

Al recordar las palabras que extrañamente le molestaron, Balt le dio una fría advertencia a la rostro rojo de la mujer dormida.

“Ten en cuenta. No fuiste tomada por ‘cualquiera’, sino por ‘Balt Morenheitz’.”

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