Episodio 4.9
Al regresar al castillo, Jake siguió repitiendo una y otra vez esa frase que ni siquiera sabía que existía.
‘Una elección que no tenga nada que ver con el permiso de mi Señor.’
‘Si pudiera decidir, ¿qué haría? Eso es todo…’
‘¿Quisiera quedarme en Voledour? Por supuesto…’
Jake se dio cuenta de que sus preocupaciones nunca habían ido más allá. No es de extrañar. Una elección que no tiene nada que ver con el permiso de su Señor. Es una frase desconocida que escucha por primera vez en su vida. Por supuesto, no hay ninguna respuesta oculta en lo profundo de algún lugar que no haya podido sacar nunca.
El sabio Martel, antecesor del Marqués de Morenheitz, entregó a su padre el territorio de Solz. Su deseo era que algún día se pudiera construir una universidad, como las de Bolonia, la de Frank o la de Brighton. Siguiendo a su padre, su hermano mayor ha estado apoyando su establecimiento hasta ahora.
‘Mi hermano mayor se convirtió en Barón Kainz y fundó una universidad en Solz, y yo me convertí en el mayordomo que protege al Marqués de Morenheitz y me hice cargo de la mansión de Voledour, trabajo que solía hacer mi padre.’
Este es el destino con el que Jake nació y una promesa inquebrantable desde su nacimiento.
A veces, sí, muy de vez en cuando, se preguntaba cómo sería si su hermano y él hubiesen invertido sus destinos. Debido a que era un pensamiento atrapado en el fondo de su corazón, nunca lo había visto, así que lo había olvidado.
Pensó que había desaparecido sin dejar rastro después de caminar por el campo de batalla siguiendo a su Maestro innumerables veces entre la encrucijada de la vida y la muerte. Sin embargo, cuando lo sacó después de mucho tiempo, ese pequeño deseo todavía estaba allí, un poco incómodo en lugar de agradable.
“Una elección que no tenga nada que ver con el permiso…”
Es lo que Jake dijo mientras caminaba solo cerca a la valla de los Ponchirus para que nadie lo oyera. <dark.imreadingabook.com> Cuando escuchó que su señor lo estaba buscando, la boca de su estómago sonó sin razón.
****
<“¡Toc, toc, toc!”>
“Adelante.”
Después de entrar en la habitación, Jake se inclinó ante Balt y luego inclinó levemente la cabeza ante el Conde Schwabben que estaba a su lado.
“Volveré más tarde si no han terminado de hablar.” (Jake)
“Estás bien. Ven y siéntate Estaba hablando de ti con el Conde.”
Cuando Balt asintió ligeramente, Jake se acercó y se sentó junto al Conde Schwabben. Tan pronto como el Conde lo vio, le dio una palmada leve en el hombro.
“Primero, me gustaría ofrecer mis condolencias. Barón Kainz.” (Conde Schwabben)
Al saludo del Conde Schwabben, Jake expresó su gratitud silenciosamente.
“Gracias. Transmitiré las palabras del Conde a la viuda y al resto de la familia.” (Jake)
“¿A quién le vas a confiar el territorio?” (Balt)
Luego Jake corrigió su postura para responder a su Maestro.
La expresión de Balt al ver el rostro de Jake era tranquila e indiferente. Como si nunca hubiera tenido en cuenta ninguna objeción. Como si Jake no tuviera más remedio que quedarse en Voledour.
Jake conocía a Balt mejor que nadie porque ha estado a su lado durante incontables días. Solo había una opción para Jake, y no había forma de que no la supiera.
Si no fuera por la extraña frase que la mujer había pronunciado, ni una sola duda habría surgido ante la pregunta de Balt.
“Después del funeral de mi hermano, buscaré a una persona adecuada y regresaré. Para que mi Señor no se preocupe, regresaré rápidamente y haré los preparativos para que no haya problemas con su viaje a Lanteo.” (Jake)
Balt no tenía ninguna duda de que el nombre de la persona adecuada ya estuviera decidido en la cabeza de Jake. Probablemente comenzó a prepararlo después de escuchar la noticia de que la salud de su hermano se estaba deteriorando. Jake Kainz es un hombre así.
(N/T: ¡Hay Balt! ¡Te están agitando el corral!)
“Voy a ir a Lanteo, pero aún no he fijado una fecha, así que puedes volver después de terminar el trabajo de tu territorio correctamente.”
“Gracias, mi Señor. Voy a dejar a Randolph a cargo de Voledour mientras estoy fuera.” (Jake)
Balt señaló su permiso con un asentimiento casual. El Conde de Schwabben, que había estado esperando en silencio a que su amo terminara de hablar, le preguntó a Jake sobre esto y aquello.
“El Barón Kainz, oh, ahora el anterior Barón. Me dijo que este otoño podría fabricarse papel en la fábrica de papel que se construyó en Solz. Por favor, asegúrese que no haya interrupciones con el horario.” (Conde Schwabben)
“Sí. Conde.” (Jake)
“He solicitado 30 escribas de la Abadía de Solz, pero incluso ese número no es suficiente para hacer libros para el consumo universitario, por lo que pedí nuevamente que no haya errores en el número de personas.” (Conde Schwabben)
Incluso después de eso, las diversas solicitudes del Conde Schwabbenn continuaron y Balt no parecía querer escuchar más sobre ellas.
“Barón Kainz.” (Balt)
Justo cuando el Conde Schwabben estaba a punto de hablar de nuevo, Balt lo detuvo y se puso de pie.
“Si, mi Señor.” (Jake)
“Que tú camino a Solz esté en paz.” (Balt)
“Gracias, mi Señor.” (Jake)
“Sé que, en el futuro, seguirás dando lo mejor de ti como mayordomo de Voledour.” (Balt)
“Es un honor.” (Jake)
‘Era una cosa decidida. Desde el principio sin una pulgada de discrepancia.’ (Jake)
‘Una elección que no tiene nada que ver con el permiso…’ (Jake)
Cada palabra de la vana frase murmurada en su boca goteaba como una hoja de abeto y se escondía nuevamente en lo profundo de su corazón de nuevo.
Balt, con la mano izquierda detrás de la cintura y los brazos detrás de la espalda, se volvió hacia la ventana. Con los ojos en el paisaje fuera de la ventana, lanzó una pregunta detrás de Jake, que se había dado la vuelta después terminar todo lo que tenía que decir y escuchar.
“Dos semanas, no lo habrás olvidado, ¿verdad?”
Jake le ofreció las palabras de disculpa que había preparado a su amo, que nunca olvidaba un solo detalle.
“Lo siento, mi Señor.” (Jake)
No dependía de Jake decidir si las instrucciones fueron razonables o no. Proteger a las personas cuando se caen era el trabajo de Jake.
Ni siquiera tuvo que repetir las palabras más extraña del mundo, ‘una elección que no tiene nada que ver con el permiso…’
****
“¿El mayordomo se va a quedar en el castillo de Voledour? ¿O volverá a su territorio ahora?” (Claire)
No esperaba escuchar esa pregunta durante su estancia en la la torre. Todo lo que tenía que hacer era decirle que Jake ya se había ido a Solz y que regresaría pronto y se quedaría en Voledour como hasta ahora. Sin embargo, Balt reemplazó la curiosidad de Claire con otra pregunta.
“¿Por qué tienes curiosidad por eso?” (Balt)
‘Lee un libro tranquilamente como siempre. ¿Por qué de repente sientes curiosidad por la historia de un castillo tan poco problemático?’ (Balt)
Balt se puso nervioso cuando Claire preguntó de repente sobre la situación actual de Jake. No pudo negar que también sentía un poco de insatisfacción por no poder tomar a la mujer tanto como quería con este tipo de incidente.
Le dijo que la hiciera caminar en dos semanas, pero mirando el pie izquierdo de Claire, todavía no podía tocar el suelo diez días después.
Si no hubiera sido por el funeral de su hermano, no habría sido posible enviar a Jake a Solz, que no había terminado con su trabajo.
“La Señora Lavia me dijo que preguntara… ¿Cuál es la intención del Marqués?”
‘Mi experimentada niñera ya debe haber asado a esta mujer antes de darme cuenta.’ – Balt, que estaba leyendo un libro con sus largas piernas estiradas al azar encima de un cofre empujado contra la pared, se rió.
(N/T: *coffre, organizador con tapa. En la Edad Media, se usaba para llevar equipaje como un baúl)
“¿Por qué crees que debería tomar una decisión?” (Balt)
Siempre que tenga el coraje de hablar, Balt le permite la libertad de decir tanto como quiera.
Desafortunadamente, el problema es que Jake no tiene ese tipo de agallas.
Dado que Max y Jake son los segundos hijos de la familia, en resumen, se han dedicado a Balt desde la infancia.
Se podría decir que la diferencia entre Max, que sale sin contramedidas, y Jake, que es pasivo y cauteloso en todo, se debe a la diferencia entre las familias y el título. Bueno, incluso si Kainz fuera un Conde y Schwabben un Barón, era difícil garantizar si hubiera sido diferente.
Es cierto que el estatus o título determina la posición de una persona, pero esa naturaleza nace con ella en lugar de hacerse.
‘¿No es digno de ver el nacimiento de un hijo como yo, que nació de un padre que fue justo en todo y no hizo enemigos a su alrededor?’
‘Ah ¿Era más raro que de un erudito como su padre saliera de un valiente león marrón antes de eso?’ …Un entendimiento repentino llegó a Balt.
“Si permanece o no en Voledour, es algo que el nuevo Barón Kainz debe decidir, no yo. Él no está encerrado como tú.” (Balt)
“¿Si no te gusta esa elección?”
“No se lo podría permitir.” (Balt)
No fue así, y no lo hizo, pero si Jake decía que quería ir a su territorio y hacerse cargo de la de la universidad, iba a responder que ‘no es posible.’
‘Lo sé muy bien. Cuán farisaico* y egoísta es Balt.’ (Claire)
(N/T: * Que pertenece o concierne a los fariseos. Hipócrita, falso.)
‘Lo que quiera que elija no puede dejar su lado sin permiso. Ya sea un amigo de la infancia o un vasallo. O incluso una mujer que se acuesta con él.’ (Claire)
‘Así que ¿Cuál es el problema? Si no le gusta esa elección, solo tiene que vencerlo y seguir adelante.’ (Claire)
“¿Y si se lo suplicara? Si incluso así no le gusta su elección, ¿estaría dispuesto el Marqués a escuchar si se lo pide con sinceridad?” (Claire)
Poniendo el libro que sostenía en su mano izquierda sobre su regazo, Balt miró a la mujer que tenía una larga líneas de palabras que ni siquiera le había pedido que dijera.
‘¿Qué es lo que quiere con ese parloteo que parece bastante urgente?’ (Balt)
“¿Hay algo que quieres de mí?” (Balt)
La curiosidad llenó el lugar donde la irritación se había desvanecido.
“Entonces hazlo. Suplícame. Ruégame.” (Balt)
La charla, que era molesta, pero él estaba dispuesto a escuchar por lo que se detuvo. Los ojos grises de Balt, que habían estado mirando a Claire por un momento, regresaron a la mano izquierda que sostenía el libro.
“Sin embargo, no sé si tienes el talento o la voluntad para hacer eso.” (Balt)
La razón por la que añadió esas palabras con más indiferencia fue porque el intento trivial de la mujer, que se rompió antes de lo esperado, era ridículo.
El generoso Marqués de Morenheitz, que trata a las mujeres con una misericordia sin igual como si hubiera vuelto a nacer, también es risible*.
(N/T: * Que provoca risa o es digno de risa.)
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