
“Colette, ha llegado un paquete para ti, debemos revisar que no tenga nada que sea contrabando”.
Hubo una pequeña mueca en el rostro de las sirvientas antiguas en el pequeño cuarto mientras sostenían el paquete. Rieron maliciosamente, mirando triunfantemente y con desprecio a la joven chica.
“Ya veo”, dijo Colette tratando de sonar humilde. Aquella demostración de egoísmo siempre la había asombrado, porque no podían ser honestas y decir que venían a tomar sus cosas. Los nobles solo eran unos…
Sus padres eran sastres y comerciantes bastante exitosos. Se dedicaban al comercio de seda de la más alta calidad, lino y otras telas, también comerciaban accesorios por lo cual las circunstancias de su familia eran mejores que la de muchos aristócratas. Su ropa y artículos personales siempre habían sido de la más alta calidad y ella frecuentemente recibía paquetes de sus familiares, los que causaban la envidia de las otras sirvientas y las incitaban a maltratarla.
Ya que muchas de las sirvientas de palacio eran jóvenes aristócratas de rangos inferiores ellas aún se sentían a sí mismas superiores que las sirvientas regulares como Colette. Si intentaba defenderse, ellas la acusarían de ser una chica ruda y engreída por lo que debía mantener un bajo perfil.
Colette vivía en una habitación simple, la cual no era un lugar común para una sirvienta menor. Solo las sirvientas superiores tenían cuartos personales, pero Colette no podía dormir con otras personas por lo que sus padres habían invertido bastante dinero para sobornar algunas personas para conseguirle una habitación propia.
Ella estaba agradecida por el amor de sus padres pero esto solo había causado un mayor antagonismo con sus compañeras de trabajo. En el paquete que recibió esta vez habían dulces de una muy buena pastelería del pueblo, pañuelos de seda y bufandas de la tienda de sus padres, chocolates, ropa interior de seda y otras ropas.
Ella le había escrito a sus padres explicando su situación y les había solicitado que enviaran estas cosas de forma regular.
¡No es posible! ¿Qué es esto? – su gran atormentadora, Rose, exclamó sacando un ítem rosado hecho con un delicado encaje y fina seda. Rose lo mantuvo en alto para mostrarlo a las demás, era una exquisito babydoll fabricado en seda, con tirantes rosados del mismo material. Lucia bastante hermoso y delicado, pero no era algo que le enviaras a una chica aun soltera.
Seguramente había sido su hermano, tratando de jugar una broma combinando además algo de “publicidad” al mismo tiempo.
“Si le gusta, puede tenerlo” – dijo Colette
Rose la miró a los ojos, caminó hacia ella y la abofeteó.
“¿Por qué querría usar algo tan vulgar como esto? ¡No me fastidies!”
“… Mil disculpas”, ella nunca sería capaz de ganarle a estas personas. Su mejilla ardía de dolor solo por haber hablado fuera de lugar. Se disculpó de nuevo, deseando haber mantenido su boca cerrada en primer lugar.
“Cosas como estas solo sirven en una cerda como tú” dijo Rose desdeñosamente, su mirada observaba a Colette de arriba hacia abajo. No es que Colette fuera gordita, pero al contrario de otras jóvenes nobles que no tenían actividad física, comían poco y usaban constantemente corsets para lucir más delicadas y curvilíneas, su vida había consistido en mucho ejercicio, comidas sanas y libertad en cuanto a vestimenta, por lo cual había desarrollado una sensual figura de reloj de arena, con amplios senos, una pequeña cadera y unos bien formados muslos y trasero.
Rose llevó sus dedos hacia sus labios mientras pensaba en algo seguramente malicioso, “¿Por qué no hacemos esto? Para verificar si tu eres atractiva o no” dijo con una fingida alegría.
Colette parecía perpleja, “Iras a coquetearle al Comandante Lionel de los Guerreros del Dragon Negro mientras vistes esto” le dijo mientras sostenía el babydoll entre sus dedos como si fuera algo repulsivo, “Y luego iras a su cuarto a disculparte”.
Las otras chicas comenzaron a reír frenéticamente.
“Tal vez tenga misericordia contigo cerdita” dijo otra de las chicas presentes, entonces todas comenzaron a reír.
“¿Acaso no creen que se acostaría con ella?”
“¡No seas ridícula, por supuesto que él rechazaría a una cerdita como ella!”
En realidad era una conversación muy vulgar.
Colette estaba cansada, pero mantenía una expresión tranquila en su rostro. Una de las cosas a evitar como miembro de una familia de comerciantes es oponerse a la nobleza, sea el nivel que ellos sean. Ellas aún tenían el poder para intentar arruinar el negocio de su familia.
“De acuerdo…”
“Deberías ir esta misma noche, mañana te preguntaré los detalles” dijo Rose. Su juego había acabado por el momento, por lo cual tomaron los artículos que les parecieron de su agrado y se fueron de su cuarto. El babydoll rosado fue dejado sobre la cama, Colette suspiró resignadamente mientras se sentaba sobre ella.
En cuanto a Lionel…
Lionel era el Comandante de los Guerreros del Dragon Negro. En tiempos de guerra ellos se especializan solo en maniobras ofensivas. Aunque el Reino estuviera en paz, siempre existían pequeños brotes de conflicto o bandidos rondando; ellos siempre eran sorprendidos por los Guerreros del Dragon Negro. Lionel era el más joven de los Comandantes entre los Guerreros y aun no cumplía los treinta. Tenía un aura muy aguda e intimidante; generalmente hacía a la gente temblar de miedo en sus propias botas. Pero él era un guerrero que se erguía en el frente de batalla con sus hombres y daba coraje a sus subordinados. Tenía una gran presencia que provocaba que la gente a su alrededor se volviera tensa o ansiosa y sin embargo, siempre atraía todas las miradas.
Rose le había pedido a ella que corriera hacia el campo de entrenamiento sin motivo alguno. Correr en su uniforme de sirvienta con todas las enaguas era muy incomodo, se tropezó con una gran piedra y de algún modo se dio un cabezazo con el mencionado Comandante. Luego de un pequeño aturdimiento, ella se encontró en sus brazos, entonces saltó mortificada. “Perdón por entrar aquí” le dijo mirándolo a los ojos. Sus ojos eran de un azul profundo y helado como los mares antárticos. Era bastante alto, no estaba usando armadura en ese momento pero su camiseta y pantalones mostraban que tenía unos hombros prominentes y un cuerpo escultural. Lucía bastante fornido. Si Colette fuera golpeada por este hombre saldría volando muy lejos y moriría. Y su rostro… Era muy hermoso aunque sin expresión alguna, pero había un rastro de sed de sangre en su aura de hielo.
Su falta de educación podría llevarla a un castigo, él fácilmente podría llevarse su vida sin mayor esfuerzo si es que estaba enojado. Rápidamente ella se inclinó ante él, “Por favor perdóneme, no estaba viendo por donde caminaba, ¿se encuentra herido?”
El puso sus manos sobre sus hombros y la levantó nuevamente.
“¿Te encuentras bien?”
“Si, yo me encuentro bien” respondió. El la miró duramente.
“Ten cuidado la próxima vez”
“Si, gracias” dijo Colette mientras volvía a inclinarse esperando poder retirarse pronto. Después de unos segundos ella escuchó sus pasos alejarse. Se levantó y lo observó alejarse cada vez más de ella. Suspiro aliviada.
Por un segundo pensó que sería víctima del filo de su espada, pero al contrario él le había preguntado si se había hecho daño y no la castigo. Tal vez era una buena persona. Pensándolo mas y mas tal vez él no era alguien tan terrible como todos creían.
Ahora ella debía ir al cuarto de Lionel durante la noche, no para tener sexo con él, pero si con la intención de ser de su agrado.
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