Lionel llevó a Colette a su mansión en el pueblo.
“Mañana voy a llevarte a la casa familiar. Mi madre y hermano están ansiosos por conocerte”.
Colette estaba emocionada.
“No quisiera molestarlos” le dijo a Lionel.
“No es molestia. Ellos están felices por este giro de los acontecimientos, especialmente mi madre. Mi padre también lo estaría si es que aún estuviera vivo. Yo siempre he sido reluctante a la idea del matrimonio pero gracias a ti finalmente me he decidido”
“Lionel…”
Incluso cuando ella aún estaba nerviosa acerca de muchas cosas, su corazón latía con fuerza mientras sus mejillas se sonrojaron, pero el rostro de Lionel era tan impasible como siempre; aun así sus ojos reflejaban muchas emociones por Colette.
En la mansión Colette fue tratada como una verdadera princesa. En el palacio Colette trabajaba para otras personas pero ahora ella era tratada tan delicadamente, todo se sentía como un sueño.
Ambos se sentaron juntos en un gran banquete para la cena. Era la primera vez que ambos cenaban juntos pero pasaron un divertido y grato momento. El también le obsequió una hermosa sonrisa y le dijo a Colette que era una persona muy feliz en aquellos momentos.
Si las cosas continúan así, será bastante confortable casarse con él a pesar de su diferencia de estatus, pensaba ella.
Después de la cena se bañó en una gran tina. Era diferente de los pequeños baños en el palacio.
Se vistió con la ropa preparada para la noche y se recostó en la cama más suave que había probado en su vida. Era una gran diferencia con su dura cama en los dormitorios de las sirvientas. Colette se recostó en la cama satisfecha y cerró sus ojos. En cuanto a su compromiso con Lionel aún era una relación que podría considerarse “pura” por lo tanto una pareja que aún no estaba casada no podía dormir en la misma habitación. Es por este motivo que ella se encontraba cómoda con una confortable bata de dormir en lugar de aquel babydoll de seda que lo inició todo.
Mientras ella intentaba dormir escucho la puerta de la habitación abrirse. Cuando abrió sus ojos se encontró con Lionel.
“¿Lionel…?”
“Colette… No he probado tu sabor en un largo tiempo. No desde que volví de aquella expedición”.
“Lo entiendo”
Mucho había pasado en este último tiempo pero ella recordaba lo duro que había sido cuando al fin lograron verse a su regreso. Cuando finalmente se encontraron solo pudieron hablar. Mientras ella estaba absorta en sus pensamientos Lionel empujó a Colette a un lado de la cama y comenzó a besar sus orejas, sus mejillas y bajo su cuello.
“Colette…” comenzó a mencionar su nombre apasionadamente.
“Pero mañana veremos a tu familia; no quiero lucir muy cansada” le dijo ella.
“Lo entiendo” respondió Lionel.
Habría sido útil conversar ahora que estaban juntos, pero tal como él había mencionado, mucho tiempo ha pasado desde que habían estado juntos así que, al menos deberían disfrutar un poco.
Lionel comenzó a acariciarla apasionadamente, llamando su nombre una y otra vez mientras sus manos recorrían su cuerpo bajo aquel vestido de noche. Tan solo ser tocada un poco la hacía sentirse muy bien. Mientras el la besaba sus manos acariciaban sus brazos, su estómago y su cadera. El aún no había tocado ningún lugar sensible pero ya podía sentir humedad en su entrepierna.
Pronto se dejó llevar, intentó acariciar su masculinidad pero él no se lo permitió. Comenzó a quitarle su vestido de noche, abrió sus piernas y comenzó a lamer sus pétalos con pasión. Ella quería besarlo también pero en aquella posición era imposible.
“Señor Lionel… Ahh… ¡Ahh!”
Ella necesitaba tocarlo a él también. Quería gritarlo a todo pulmón pero Lionel seguía lamiendo su entrepierna con pasión. Lamia y succionaba una y otra vez hasta que las caderas de Colette se levantaron al llegar al clímax.
“Ah… Ahhh”
“Terminaste Colette, eres tan linda… Quiero que lo sigas sintiendo”.
Ella se encontraba muy sensible y la estimulación era tan intensa mientras los labios y lengua de Lionel seguían trabajando nuevamente. Comenzó a insertar sus dedos dentro de ella, acariciándola por dentro delicadamente mientras masajeaba su clítoris con su lengua. Pronto sus dedos encontraron el punto especial que hizo que ella perdiera la cordura por completo.
“Ohh si… ¡Ese es el lugar!”
“Estás apretando bastante mis dedos. ¿Se siente bien verdad?”
“Ahhh Lionel… Se siente tan bien…”
La punta de su clítoris se movía frenéticamente con las caricias de la lengua de Lionel mientras era acariciada en sus alrededores y luego succionaba su centro logrando que Colette se mantuviera en un estado mental de placer delirante. Varios dedos entraron al mismo tiempo hasta que la miel de su entrepierna desbordaba cada vez que entraban y salían. El sonido de su humedad llenaba el cuarto y la hacían sentir avergonzada pero ella no tenía la voluntad ni la fuerza para resistirse. Ella termino en varias oportunidades.
“Ohh, por favor… No más…” Aunque ella no quería seguir su cuerpo no la escuchaba y se hundía mas y mas en el intenso placer. Colette estaba tan agotada; había lágrimas en sus ojos y la saliva escapaba de su boca. No tenía energías para cerrar sus propias piernas por lo que no pudo reaccionar cuando Lionel cubrió su cuerpo con el suyo propio y se acomodo en su entrepierna. Beso sus labios largo tiempo, su mente estaba en blanco mientras sentía como él la empujaba con su miembro.
“Qué… Ahh… Ohhh”
Lo único que podía hacer Colette era gemir mientras el duro y gran pene de Lionel entraba en su suave cuerpo con un preciso movimiento. Era tan duro que no era necesario sujetarlo para que entrara en ella. Así, sin aviso ella había dejado de ser una virgen. Pero el interior de Colette era inocente y quería sentir la masculinidad de Lionel mas y mas. Ella aún pensaba que esto no ocurriría hasta que estuvieran casados…
Mientras los pensamientos inundaban su mente, Lionel guiaba su miembro en su virgen agujero profundamente. Se permitió hacerlo de forma lenta y continua para que el cuerpo de Colette se fuera acostumbrando, poco a poco hasta que su pelvis se encontraba besando la suya propia y entró en ella en su totalidad.
Dejó de besarla y le dijo “Mi tierna Colette, ahora eres de verdad mía. Te amo…”
“Ahh… Ahhhhh… Ohhh”
Ella intentó hablar pero no podía juntar las palabras mientras lagrimas caían desde sus ojos. Mientras miraba aquel rostro lloroso Lionel comenzó a mover sus caderas placenteramente. Aunque ella sentía un pequeño dolor, el placer pronto fue superior a cualquier molestia.
“Ahhh… Ahhh… Ohhhh… Ahhh…”
“Estoy dentro Colette, ¿Cómo lo sientes?” le preguntaba mientras metía su duro trozo de carne rozando el lugar especial que sus dedos habían alcanzado con anterioridad, dándole el más delirante de los placeres.
“Por favor siéntelo más y más. Se siente tan bien estar dentro de ti Colette. Quiero que lo disfrutemos”.
Mientras él la penetraba hasta dejarla sin sentido, besaba sus labios y su cuello haciendo que el placer fuera cada vez más grande. El la observaba alegremente. Pronto la mente de Colette quedo en blanco nuevamente.
“Ahh… Estoy llegando… Ahhh” gritaba.
Pronto ambos comenzaron a igualar el movimiento de sus caderas, aumentando el placer de ambos. Colette término en varias oportunidades. Finalmente Lionel comenzó a moverse con más fiereza, su miembro alcanzaba cada vez más su cervix y ello se sentía incómodo, pero verlo perderse a sí mismo en el placer comenzaron a transformar esa sensación en algo divertido.
“Estas tan apretada, por favor mantente así…”
Los movimientos de Lionel eran cada vez más rápidos hasta que un empuje final volvió a alcanzarla en lo más profundo de su ser. Entonces él gimió con alivio mientras ella sentía su ardiente líquido en su interior. La mente de Colette quedó vacía, había alcanzado su límite. Todo había sido mucho para ella y ya no podía pensar en nada más. Lionel comenzó a moverse nuevamente pero entonces ella perdió el conocimiento.
Cuando volvió a despertar estaba envuelta en los brazos de Lionel y apenas podía moverse. Cuando volvió hacia él se dio cuenta de que él aun no se quedaba dormido.
“Agua…” le dijo bruscamente. Su garganta estaba reseca. Lionel llenó un vaso con una jarra que había en la mesita de noche. Ella quiso tomar el vaso de sus manos pero él le hizo una mueca extraña. En lugar de entregarle el vaso el bebió el agua y la beso, dándole a beber con su propia boca. Bebió un poco más y volvió a repetir el proceso, juntando sus lenguas mientras lo hacía. Entonces rozó su pene en sus caderas recobrando su virilidad rápidamente. Colette entonces se alejó de él.
“Señor Lionel eres terrible”
“¿Por qué?”
“Le dijiste a mis padres que cuidaras mi virginidad hasta el matrimonio”.
La expresión de Lionel se volvió algo enojada.
“Le dije a tus padres que eras una virgen; nunca dije que se mantendría así por mucho tiempo”.
“Eso es tan malvado, ¿Por qué no me lo dijiste?, eso no es lo que acordaste con ellos”.
Pero Lionel no parecía tener remordimiento alguno.
“Estuviste tanto tiempo hablando con ese prometido tuyo; no quería que volvieras a pensar en él, no importaba como”.
“¿Por qué iba a hacer algo como eso?”
Ella supuso que él estaba celoso y quería asegurarse de que no pensara en nadie más, pero él continuaba diciendo cosas sin sentido.
“Además es mejor para nosotros si tu das a luz a un bebe antes que su majestad”.
“¿Que tiene que ver su majestad en todo esto?” Ella realmente no entendía qué tenía que ver el Rey en todo ello, especialmente desde que había conocido a la Reina quien lo único que quería era su afecto. Entonces Lionel le dio una noticia impactante.
“Colette, tu serás la nodriza para su majestad”
“¿Qué?”
“Desafortunadamente no hay signos de que la Reina está embarazada, pero ellos se casaron antes así que deberían tener un hijo lo antes posible”.
“¿Pero cómo es posible que una plebeya como yo sea la nodriza de la realeza?”
“Eso es lo que su majestad deseaba, ¿Quiénes somos nosotros para oponernos?” respondió Lionel.
Colette miró a Lionel sin creer mucho todo ello, pero él la miraba seriamente.
“¿Esto… ¿Es en serio?”
“Por supuesto. El siempre dijo que mi esposa debía ser la nodriza para sus hijos. Solo era cuestión de que eligiera a la mujer que yo quisiera, el estatus era irrelevante”.
Su expresión era bastante seria por lo que ella no dijo nada más. Ahora todo tenía sentido de alguna forma; la reunión con la Reina y los apresurados sucesos de aquel día.
¡Ahora ella era una nodriza! una plebeya como ella sería la nodriza del futuro emperador. Imposible, esto era demasiado para digerir, no había forma de que aquello pasara. Colette cerró sus ojos y se acomodo en la cama nuevamente.
“¿Colette?… ¡Colette!”
Ella ignoró los llamados de Lionel y comenzó a sentir su voz cada vez más lejana a medida que se quedaba dormida. Solo había un pensamiento en su mente en esos momentos… Esto se ha vuelto lo más difícil hasta ahora…
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