Nota: Los nombres de los personajes y algunas locaciones han sido cambiados para proteger la verdadera identidad de los ardientes jóvenes. Cualquier semejanza con su realidad… Seria envidiable ¿No lo cree?
“¿Este es el mensaje?”
Preguntó Arthur mientras miraba un sobre que su mayordomo le había presentado, colocado en una bandeja de plata. El sobre parecía contener algo en su interior, además de estar sellado por lápiz labial de color rojo con la forma de unos carnosos labios. Si tenía aquella marca de lápiz labial estaba claro quién era el remitente, pero debía asegurarse de todas formas.
Le mostró el sobre a su mayordomo y volvió a preguntar:
“Esta es una invitación para el Duque. ¿Quien la envió?”
“La Duquesa por supuesto”
Arthur río con la respuesta de Pilaf. Mientras leía aquella invitación volvió a sonreír. Mientras el silencio continuaba por algunos minutos el hombre retrocedió y le dijo a su amo:
“Regresaré ahora, si me necesita llameme por favor”
Arthur tomó el sobre mientras hacía un gesto risueño, luego cuidadosamente cortó las esquinas con un abrecartas y comenzó a examinar el contenido. Dentro de él había una carta y unas medias rojas con encajes. Tan solo tocar aquella prenda hizo que sus ojos brillaron de emoción.
“He he”
Arthur volvió a reír. Tomó la ropa interior y la acercó a su oído, como burlándose de la pregunta que se había hecho momentos atrás. Tenía un líder de pelotón que ni siquiera imaginaba lo que estaba ocurriendo. Al abrir aquella carta una mueca se formó en sus labios y pronto se vio perdido en sus pensamientos. El mensaje decía lo siguiente:
“Levántese por favor”
Esta provocación… Le encantaba.
La sangre se acomulaba en su miembro mientras admiraba el talento para provocar a alguien quien se suponía, sería un extraño. Acercó la lencería a su nariz y aspiró profundo su aroma. Para seducir al hombre, aquella chica se había encargado de impregnar su aroma por completo y su miembro, durmiente hasta hace unos momentos, comenzó a hincharse enormemente.
Llevó sus manos hacia sus pantalones y sacó su miembro tan erecto que comenzaba a doler, entonces cubrió su rostro con la ropa interior y se lanzó hacia atrás de la silla. Con cada respiración podía sentir el aroma, el cual penetraba tanto su nariz como su boca. Comenzó a tocar a su miembro, el cual apenas podía ser sujetado con una sola mano. Estaba completamente erecto, duro y candente como un volcán activo a punto de llevarse un continente entero mientras esperaba escupir su lava.
Gentilmente comenzó a masajear la punta. Ante aquella presión la suave piel comenzó a retroceder hasta revelar una punta rosada. Pronto un líquido transparente y pegajoso comenzó a brotar a medida que la temperatura aumentaba al mismo tiempo que las feromonas de aquella prenda lo estimulaban cada vez más. A medida que sus dedos mantenían su pene aprisionado los músculos de sus caderas comenzaban a moverse con mayor ritmo.
Comenzó a masajear con su pulgar la punta nuevamente.
“Ohhh”
Quisiera colocarlo de esta manera, pensaba.
Sus caderas comenzaron a moverse con mayor vigor mientras agitaba su miembro con su mano. Al llegar al punto de no retorno sintió un pequeño mareo, mientras la sangre aumentaba cada vez más en la punta. Las venas de su miembro estaban hinchadas y rojas y su miembro parecía estar hecho de metal ardiente. Parecía una serpiente, la cual comenzaba a expulsar su veneno en su frágil piel, salpicando violentamente.
“Ohh, Roxyna…”
Sorprendido, se encontró susurrando el nombre de su esposa casi sin aliento. La figura de su esposa comenzó a pintarse ante sus ojos.
Senos tan grandes como la cabeza de un niño, aureolas de un hermoso color rosado y pezones brillantes, un bello ombligo en su cintura, una figura casi como un reloj de arena. La sangre comenzó a acomularse nuevamente mientras se imaginaba a sí mismo insertando su miembro ardiente en su pequeña vagina mientras sus labios lo apretaban con pasión.
“Ohh, Roxyna… Ohhh… Haaa…”
Abrió mentalmente las caderas de Roxyna desde atrás, con aquella figura similar a un durazno, como partiéndolo por la mitad. Entonces comenzó a mover sus caderas. Podía sentir su miembro dentro de ella, el cual comenzaba a hincharse con el calor y la excitación mientras la respiración comenzaba a aumentar en intensidad.
“Ha… Haaaa… Ha…”
Con uno de sus pulgares presionaba su pequeño ano y estimulaba su esfínter, con cuidado mientras tocaba su piel.
“Ponlo mas adentro… Me encanta…”
Los gritos apasionados de Roxyna parecían cosquillear sus oídos.
“Roxyna…”
Recordaba sus párpados entrecerrados llenos de excitación mientras sus carnes comenzaban a apretarlo con más fuerza con cada penetración.
Su pecho comenzaba a hincharse al llegar a los momentos previos al clímax, una excitante sensación de pérdida del conocimiento envolvía todo su cuerpo. Bajo aún más sus pantalones y le dio mayor energía a sus manos mientras tomaba sus caderas. Era como si tomara con fuerza un arma muy pesada, las venas de sus brazos se hacían visibles mientras que los tendones se marcaban con más fuerza.
“Ahh… Ahhh… Ah!”
Podía sentir el vestido de ella en su pecho mientras continuaba escuchando los sonidos húmedos de su penetración en el cuerpo de Roxyna, era un sonido similar al golpeteo de unos nudillos a una puerta. Entre más fuerte era la penetración, más fuerte se escuchaba aquel sonido.
Darle placer, recibir placer, tomar placer, dar placer.
El silencio de aquella oficina pronto fue interrumpido por un gemido de su boca.
“Ohh Roxyna… Más apretado… Más…”
Arthur seguía imaginando a Roxyna, cuando se agachaba frente a él, cuando mordía su pene e intentaba chuparlo hasta lo más profundo al mismo tiempo que levantaba su trasero. Pronto sintió un estremecimiento en su cuerpo.
La sensación de placer de aquel momento junto con la excitación de que alguien abriera la puerta en cualquier momento comenzó a hacerlo alucinar. Pronto el semen se acomulo en su miembro como si estuviera cargando un arma hasta que finalmente fue liberado, cayendo sobre su pecho y estómago.
“Ha… haaa… ha…”
Respiro profundamente mientras cubría su rostro con la ropa interior de Roxyna.
“Hmmm… Hmmmm… Hmmm”
El sonido de su respiración violenta no era normal. Por más que lo pensara detenidamente parecía un pervertido absoluto pero aquella provocación de Roxyna lo había dejado muy caliente y si no hubiera puesto “manos a la obra” en ese momento habría perdido su apetito.
Su ropa estaba cubierta de sudor y del calor del momento, su aliento estaba caliente mientras exhalaba. Abrió sus ojos y pudo ver el campo desde su ventana mientras las nubes cubrían el lugar.
Roxyna… Quería sentir su cuerpo, quería abrir sus piernas y lamer su agujero con pasión. Quería ver su entrepierna, colocar su pene, rozar su concha y sentir como ella le rogaba que le permitiera chuparlo. Se sentía completamente loco.
“Espera… Pronto estarás dentro de Roxyna nuevamente” le murmuró a su flácido pene. Sus ojos se abrieron mientras se iba convenciendo de aquella idea.
Arthur se limpió el semen de su cuerpo con las panties de Roxyna y las volvió a guardar en aquel sobre. Con una sonrisa malvada manipulo aquel sobre mientras pensaba “Te regresaré tu provocación”.
“Ahora debo hacer que envíen este sobre de vuelta a su remitente”
Arthur con una expresión vengativa aplicó saliva al sello del sobre, llenando su interior con su propio aroma mientras decía en voz alta.
“Respondiendo la carta de mi lujuriosa esposa”
Panzerbjorne: Estoy feliz de comenzar una nueva novela para el sitio. No es un asunto fácil interpretar la obra original en coreano para darle un sentido claro en nuestro idioma pero pretendo hacer lo mejor que pueda para que la historia sea fácil de seguir y entretenida para ustedes.
Saludos a todos (* >ω<)
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