Él se encogió de hombros. El rostro ambicioso de Thierry Baradan el cual había olvidado por un momento volvió a asomarse en sus recuerdos. Hizo un gesto de disgusto con su nariz con solo recordarlo, como si estuviera pisando sobre un charco.
“¿Puedes permitirlo?”
“Esto es muy repentino…”
“Soy una mujer ardiente y necesitada. Por favor, permitelo”
“No”
El la rechazó con una voz casi quebrada. Sus ojos estaban llenos de enojo mientras le advertía:
“Mantén tu papel como esposa. Podrás divertirte todo lo que quieras luego del divorcio”
Si alguien se enteraba de sus aventuras aun siendo la Duquesa entonces toda la vergüenza caería sobre él y su familia. Tan solo pensarlo hacia la idea cada vez mas retorcida, era una petición inaceptable.
“Por favor espera hasta que nuestro divorcio sea oficial”
“Si no aceptas mi petición no habrá divorcio” le respondió ella.
“¡Luego del divorcio podrás hacer lo que quieras!”
“¡No es como si tú vinieras y me lo hicieras cada día!”
“Estamos separados, ¿Qué se supone que haga? ¿Imponer a la fuerza? ¿Acaso no me odiarás por ello?”
“No tendría motivos para odiarte, tal vez no te ame pero no te odiaría por ello”
Ante su mirada Arthur se quedó sin palabras. Al mismo tiempo los ojos de Roxyna se dirigieron hacia sus partes bajas.
“Tu amigo luce bastante bien, supongo que quiere parecerse a su dueño”
“¡Ya basta!, ¿Acaso siempre has sido así?”
“Así es”
“¿Acaso lo dices por que estás sola? ¿Te servirá cualquier hombre entonces?”
“Me sirve cualquier cosa, tengo algunas pero no son suficientes. Solo necesito algo que parezca tan grueso y duro como para satisfacerme”
La confianza de Roxyna era imparable. Era como si no importara lo bien que luciera Arthur físicamente, ella solo seguía viendo su entrepierna.
“Podrás pensar que soy una vulgar, pero lo que quiero es una relación. Quiero ser besada por unos gruesos labios, ser abrazada por unos fuertes brazos, acariciar un pecho fuerte, sentir una gran lengua dentro de mi boca. Quiero dejar de despertar en una cama vacía”.
A pesar de que estuvieron casados por dos años, Arthur solo durmió con ella el día de su boda y durante los días de ovulación. Era una relación formal por lo que ella solo debía recostarse mientras él la tomaba por la cintura y se lo introducia violentamente. Luego que él terminaba simplemente volvía a subirse los pantalones y se retiraba de la habitación. El solo venía a impregnarla sin pasión alguna por lo que no tenía interés en ella. Cada día era un martirio cada vez que él se retiraba y la abandonaba.
“Tu corazón ha estado lejos durante mucho tiempo desde que me abandonaste. Antes de la ceremonia tú me dijiste: Este es un matrimonio impuesto por mi padre pero no será una vida fácil o feliz. Pero aun asi yo esperaba cada día a que tu me miraras a los ojos”
“Si considerabas eso era posible entonces podrías haber hecho lo que quisieras ya que tú también estabas perdiendo en este trato”
Él pensaba que no importaba si su cuerpo fuera ardiente o no, simplemente quería introducirlo dentro de ella y llegar al clímax.
“¿Qué ocurre si corto todo el dinero entonces?”
“Le pediré directamente a Su Majestad el dinero entonces. Has estado matando de hambre a mi criada tambien asi que simplemente esparcire rumores. Después de todo eres tú el que pidió el divorcio y…”
“¿Acaso eso no te avergonzará también?”
“El Duque Arthur Percy, quien parece ser una persona tan educada y formal. Parece ser un buen chico excepto con su esposa… Parece que esa es la crianza de su linaje real. Tal vez ese sea el comportamiento de su familia”
Avergonzado por aquellas palabras Arthur volvió a chasquear la lengua en su boca. Él tomó la decisión del divorcio forzando a su esposa, pero no podía leer lo que había en su corazón. ¿En realidad quería un divorcio en silencio o quería ser avergonzado públicamente por una traición?.
Sin ser capaz de aclarar sus pensamientos no fue capaz de contestar.
“Quiero hacerlo, quiero un hombre que sea capaz de calentar mi cuerpo”
“Estas loca”
“Quiero ser quebrada por completo”
Sonaba absurdo escuchar aquellas palabras mientras él miraba a Roxyna desde la cabeza hasta sus pies. Era una verdadera lastima escuchar aquellas palabras de una mujer con una figura tan hermosa.
“Seras la unica que saldrás perdiendo con este trato”
“Ya he perdido todo el dinero con este matrimonio. Mi padre gastó todo lo que recibió de nuestro acuerdo nupcial como si yo hubiera sido mercancía a la venta así que no me devolverá un centavo. Al casarme contigo el dinero no era problema, pero tampoco era feliz. Si no me divorcio de ti el precio será vivir en la miseria. Ya no quiero mas de eso”
“Pero debes pensar que volverás a casarte luego del divorcio”
“Ellos solo me entregaran a un viejo noble. Un hombre joven como tu no tendrá problemas con un divorcio a cuestas pero yo… Yo no tendré la misma suerte”
Roxyna tenía claro cuál sería su futuro. Las mujeres nacidas en el reino de Capreon eran tratadas como ganado, a menos que fueran reinas o princesas. Al casarse las familias recibían una dote por ello, eso era determinado por su edad, apariencia y herencias familiares. Incluso una noble joven como ella de una familia prestigiosa no podía evitar ser vendida al mejor postor. Si la familia no podía pagar la dote, ella no podía dar a luz o simplemente había una disputa el hombre podía solicitar el divorcio. Sin embargo la mujer era tratada como una esclava y no tenía derecho a solicitar la separación, simplemente debía volver con su familia para ser vendida nuevamente a otro hombre.
No había ninguna ley, pero en muchas ocasiones solía quemarse vivas socialmente a las divorciadas y solteras como si fueran brujas, con la justificación de ser una vergüenza para sus familias.
Es por eso que el destino de Roxyna estaba sellado, simplemente sería expulsada de la familia o vendida al mejor postor. Nadie le garantiza un futuro feliz.
“Después de separarme del Duque terminaré vendida y entregada al mejor postor. Podría ser bueno o malo, pero nada será lo mismo después de un divorcio”
Los padres tratan todo el proceso como un negocio, asi que estarían atentos a ver lo que ocurriría después de una separación.
“Ya que ha sido su decisión el terminar con nuestro matrimonio, tenga algo de consideración al menos y permita que pueda ver otros hombres a partir de hoy”
Ella no tenía intención de echar pie atrás. Arthur estaba inmerso en sus pensamientos, ahora con un tono humilde y tono de voz precisos. Se estiró por unos momentos sin responder.
“Esto es un absurdo”
Arthur suspiró.
“No se puede evitar. La familia Baradan está compuesta de lujuriosos. Corrupción, soborno, promiscuidad y ambición. Si quieren obtener algo, lo conseguirán usando cualquier medio que tengan a su disposición. De verdad lo siento por ti”
“Es verdad. Soy hija de mi padre, maldito sea. La promiscuidad corre por mi sangre y por mi cuerpo, así que puedes decirlo con toda confianza. Tus palabras se ajustan perfectamente”
Roxyna continuó hablando:
“Solo quiero sentirme viva y revoltosa, nada más”
Viva y revoltosa…
Su presión sanguínea seguía elevándose mientras se iba sintiendo cada vez más mareado. El la miró por tanto tiempo que parecía que iba a penetrar el cráneo de Roxyna con sus ojos.
“Déjame dormir con otro hombre”
Arthur finalmente se rindió.
“Está bien, haz lo que quieras”
Al escuchar aquellas palabras el rostro de Roxyna se iluminó nuevamente. Se acercó a él y lo abrazó. No había sentimientos de odio o resentimiento, simplemente él no podía entender sus acciones. No sabía si aquel abrazo era una provocación o simple agradecimiento.
“Gracias… De verdad gracias”
Roxyna retrocedió rápidamente. Sin poder ocultar su rostro avergonzado volvió a tratarla como una extraña.
“No eres normal”
“De verdad te lo agradezco” respondió ella
“Solo ten cuidado de no terminar embarazada. Seria muy peligroso que alguien se enterara de esto antes de que padre apruebe el divorcio”
Ella asintió.
“Lo entiendo”
Arthur no respondió, sin importarle si ella se iba o no se dio la vuelta. Roxyna entonces dejó las barracas.
Al salir del lugar ella miró el cielo. El atardecer mezclado entre colores azules y rojos parecían hermosos. Se dijo a sí misma “Buen trabajo” y siguió caminando mientras se llevaba las manos a su pecho, sintiendo su corazón latir fuerte. Había hablado como una verdadera prostituta, pero no habría podido obtener lo que deseaba de otra forma. Nadie más que ella sabía las lágrimas que había derramado desde que recibió la solicitud de divorcio… ¿Sin resentimientos? Eso era una mentira… ¿Por que no podía entenderlo?.
En el exterior ella parecía estar bien, llena de coraje y vulgaridad, pero solo de esa manera podía sobrevivir. Después de algunos minutos intentó volver a la normalidad mientras se dirigía hacia donde estaban los Caballeros Azules, quienes estaban encargados de los huéspedes del Castillo Gillien.
En el camino logró encontrar al encargado de finanzas de Arthur. Raul, el encargado la diviso primero y la saludo con un gesto.
“Hola Duquesa”
“Eres justo a quien estaba buscando”
“¿Me estaba buscando…?”
“Acabo de entregar los documentos de divorcio. Quisiera que le pagaras a Giera los últimos seis meses adeudados de salario que aún le faltan”
Raul observó la barraca del Duque desde donde Roxyna había salido para luego mirarla a ella a los ojos.
“Entonces ya están divorciados”
“Por favor hazlo hoy mismo antes de que ella muera de hambre”
“De acuerdo, lo enviare de inmediato al Palacio Winne”
“También quiero que me entregue 3.000 oros directamente”
“Como… ¿Ahora mismo?”
La voz de Raul salió sorprendida de su boca. Los gastos de la Duquesa eran aproximadamente de 4.000 oros por mes, aun considerando los gastos atrasados en mantenimiento del Palacio y otros eventos la cantidad le parecía exagerada, pero después de todo era una cantidad fijada por ley. No estaba pidiendo nada fuera de la norma, pero le avergonzaba tener que preguntarle para que la necesitaba con tal urgencia.
“¿Para qué necesita el dinero tan rápido?, ¿Para que lo usará?”
“Para buscar placer”
Ante la respuesta de Roxyna, Raul frunció el ceño. Al mismo tiempo Arthur salió de las barracas. Mientras Roxyna miraba el cielo con una mirada vacía escucho como Arthur le gritaba a Raul después de reportarle aquella situación.
“¡Solo entregale el dinero!”
Panzerbjorne: Las cartas ya están sobre la mesa, las condiciones están planteadas y no hay marcha atrás. La Duquesa solo quiere ser feliz, no seas pendejo Arthur 😀
Saludos mis amables televidentes (ᵔᴥᵔ)
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