Roxyna tomó aire. Aquella sería su primera experiencia con otro hombre y estaba comenzando a sentirse nerviosa. Levantó su cabeza al mismo tiempo que quedaba atrapada en sus brazos. Los ojos dentro de aquella máscara estaban brillando como el sol. Luego de tragar saliva abrió sus labios, el aire tibio penetró su boca sin mayor provocación. Aquel hombre comenzó a besar lentamente sus labios, ella cerro sus ojos y le susurró:
“Es mi primer beso… Por favor dame un muy buen recuerdo”
Cuando escuchó aquellas palabras el hombre se detuvo, no respondió nada pero lentamente comenzó a cubrir su boca como si supiera a qué se refería ella. Sus suaves labios pronto cubrieron los de ella, era una sensación muy fresca.
Roxyna tomaba aliento mientras se sujetaba del cuello del hombre, su corazón palpitaba rápidamente como si fuera a estallar. La humedad que sentía era demasiado fuerte.
El hombre envolvió entonces sus pechos con sus manos y comenzó a apretar sus pezones. Ella movió sus hombros hacia atrás y la sensación removió los dedos de sus pies mientras su lengua navegaba por sus dientes y cada rincón de su boca. Lentamente comenzó a aplicar más fuerza en el beso a medida que tomaba confianza, puso sus dedos en sus cabellos y gentilmente comenzó a acariciarlos mientras seguía introduciendo la lengua en su boca. Levantó sus rodillas y comenzó a tocar el pecho del hombre con movimientos triangulares mientras sentía su entrepierna húmeda y resbaladiza. Continuaron besándose apasionadamente.
El beso era relajado pero sentía que la humedad aumentaba en sus piernas a medida que el aplicaba más fuerza con su lengua. El líquido se impacientaba en su vagina debido a la excitación anterior en la bañera. El la observó con detenimiento: parecía algo avergonzado ya que no esperaba que su entrepierna estuviera tan mojada.
“No es mi primera vez ahí…” respondió Roxyna al notar su mirada.
Roxyna dijo aquello algo avergonzada pero no quería que el hombre pensara que ella era virgen y que tendría que manejarse con cuidado.
“Conozco lo que es un hombre en esa area, asi que no debes ser considerado conmigo”
Ella no quería ser educada o apelar a su encanto masculino.
“Haz todo lo que quieras conmigo en esa parte, solo ponlo, apretalo y masajealo todo lo que quieras”
Su orgullo estaba herido pero la realidad era así: su cuerpo era el que conocía los placeres del hombre. Es vergonzoso y lujurioso pero muy satisfactorio. Ella nunca había tenido una verdadera oportunidad para disfrutar, ¿Dónde había quedado todo su tiempo perdido?. Estaba casada pero no tenía una relación verdadera, ahora solo tenía un divorcio y nunca había dormido con su esposo o tenido una relación con él a pesar de que en verdad lo deseaba.
Ella solo había levantado su trasero, reposado en su estómago mientras su esposo la penetraba y terminaba rápidamente para irse de la habitación. Ella no quería vivir así y había suspirado por largo tiempo mientras su marido la ignoraba.
Dejaron de besarse por algunos minutos y Roxyna acariciaba el pecho del hombre en el intertanto. Había mucho del cuerpo masculino que ella no conocía debido a que estaban cubiertos de ropa. Al parecer era una persona que entrenaba a diario ya que sus músculos eran tan fuertes como una armadura.
“Ahhh…”
Ella gimió cuando sintió sus dedos penetrar en su entrepierna. La parte baja de su cuerpo se volvió tensa. Ella echó su cabeza hacia atrás mientras él jugueteaba en su interior. Roxyna se encorvaba al sentir sus dedos en el interior moviéndose como si fueran una lengua en su boca.
“Bien… Mas… Ponlos mas adentro… Ahhh…”
Ella gimió. El hombre dejó de besarla y se sentó en el suelo frente a ella mirándola mientras separaba sus piernas para verla por completo. Ella no podía leer sus pensamientos pero no estaba temerosa ni extrañada por su comportamiento a pesar de que no se comportaba cuidadosamente. Con sus piernas abiertas por completo él comenzó a masajear su perineo con sus dedos mientras la levantaba. Con solo un poco pudo ver claramente ambos lados de sus rosadas carnes.
“Lamelo”
El tono de Roxyna fue más como una orden. El hombre abrió su boca. Parecía pensar que ella era una mujer lujuriosa pero eso no le importaba… Porque ella en verdad era lujuriosa.
Ella comenzó a gemir muy fuerte debido a que el hombre empezaba a acariciar los labios de su vagina con su dedo índice.
“Vamos, siento que me voy a volver loca… Solo lamelo”
El hombre agachó su cabeza y comenzó a usar su lengua.
Ella respiraba agitadamente mientras el hombre presionaba su clítoris con su pulgar y comenzaba a juguetear con la punta de su lengua alrededor de su labia. Se sentía como un beso pero en unos labios diferentes. Cada vez que él devoraba sus carnes ella sentía que se mareaba.
“Ahh… Ahh… AHH…”
Ella gemia mas y mas fuerte incapaz de controlar su propia respiración mientras movía sus caderas hacia arriba y abajo, moviéndose al ritmo de aquel hombre.
“Ahh… Ahh… Mas… Por favor… Más fuerte…”
Entonces Roxyna eyaculo mientras sollozaba. Parecía que todo se había nublado ante sus ojos. De alguna forma entre lo excitante del momento deseaba gritar y maldecir pensando en lo horrible que debería verse su entrepierna en aquel momento. Esa sensación de culpa fue como un invitado inesperado.
“¡Ah!”
El hombre mordió su labia mientras con su pulgar continuaba masajeando entre su ano y su vagina mientras se hacía el ánimo de permitirle respirar. Estiró sus brazos y pellizcó sus pezones. Todo el cuerpo de ella volvió a estremecerse mientras sentía que su estómago se endurecía.
“Okey… Bien… ¡Oh!
Ella continuó retorciéndose. La sensación era definitivamente distinta a cuando se estaba masturbando. Movía sin parar los dedos de sus pies mientras su trasero se estremecía. Levantaba su estómago mientras respiraba agitadamente y tomaba los dedos del hombre, secos como la arena para humedecerlos con su boca. Ella tomó la cabeza del hombre para empujarla con fuerza entre sus piernas sintiendo al mismo tiempo una oleada de placer en su piel.
Su cuerpo se estremecía con cada estímulo de aquel hombre en su perineo tanto con sus dedos como con su lengua.
“¡Ahhh!”
Él colocó dos dedos y empezó a masajear los alrededores de su vagina. Las yemas de sus dedos pasaban rápidamente por el estrecho camino mientras tocaban intensamente buscando un lugar para poder entrar.
“¡Hey!”
Entonces ella se rió un poco.
“Hahaha… ¡Si!”
Vio una estrella parpadear por la ventana por unos segundos mientras sentía que el líquido volvía a brotar de su entrepierna. Mientras sus jugos brotaban e iban dejando húmeda la mano de aquel hombre él continuaba con su inserción haciendo que el líquido brotara como un manantial, haciéndole cosquillas al mismo tiempo.
Entonces quiso sentir algo más grueso.
“Por favor entrégame todo… No es suficiente con tus dedos… Ahhh”
Roxyna se acomodo en la cama, su cuerpo parecía reconocer las señales del orgasmo pero la sensación de sus dedos ya no eran las suficientes.
“El más grande… Por favor… Mételo… Ahhh…”
Ella estaba que ardía de pasión, casi se podía sentir el sonido de la llama ardiendo por lo que el hombre se levantó y la visión de la habitación desapareció para ella.
Él se sacó la ropa que aun traía puesta. Su cuerpo musculoso hacía justicia a sus ojos. Le recordó un poco a Arthur, quien se había robado las miradas del público aquella misma tarde y quien estaba en muy buena forma física.
El hombre también tenía un buen balance muscular en su cuerpo y sentia los embates de la humedad de Roxyna. Una sonrisa algo triste se dibujó en su boca por algunos segundos al recordarlo. Él se sacó los pantalones dejando al descubierto un espeso escroto y un largo y grueso pene lleno de lo que parecía veneno. Su miembro parecía ser más grueso que el brazo de un hombre promedio y sus venas hinchadas le hacían parecer aún más imponente.
Cuando ella vio aquel miembro frente a ella tuvo que moverse de su posición y acercarse. Su boca estaba llena de saliva la cual tragó en dos oportunidades. Entonces se acercó a él, queriendo tocarlo.
“Es suave”
Ya que era su primera vez, deseaba tocar aquel pene por completo.
“Es una sensación… Es la primera vez que toco a un hombre tan agraciado”
Roxyna estaba feliz hasta las lágrimas.
“Metelo”
Mientras decía aquellas palabras con un suave susurro, él continuaba masajeando su entrepierna.
“Quiero que lo metas… Quiero sentirlo”
Roxyna cerró sus ojos entonces mientras el masajeaba su área entre la vagina y su ano nuevamente para generar calor por fricción mientras continuaba observándola.
“Quiero sentirte”
La humedad era casi desbordante.
“Metelo, hazlo con fuerza”
Mientras ella se movía frenéticamente el hombre hizo lo que le ordenaban y comenzó a introducir su pene en su ardiente vagina.
“Ahhh… Ahhh… AHHH…”
La sensación incluso le llegaba a las pestañas. Sentía como era penetrada con fuerza y las lágrimas brotaban de sus ojos. Su estómago se sentía tibio con el duro penetrar por sus partes íntimas.
“Ahhh…”
Ella murmuraba mientras tocaba su abdomen con ambas manos.
“Esto se siente tan tibio… Me encanta…”
Su cabeza se sentía vibrar y su cabello estaba alborotado. Su cuello estaba rígido, era la primera vez que lo hacía en una posición normal.
La extraña sensación de sus pechos moverse al ritmo de la penetración la llenaban de un sentimiento de pérdida y arrepentimiento, ¿Se habría sentido de esa manera al hacer el amor con Arthur?. Era una sensación patética ya que su imaginación volaba hacia una idea que nunca podría volverse realidad.
¿Si mi marido me hubiera abrazado de esta manera, entonces no nos tendríamos que haber divorciado, verdad?. La punta de su nariz es respingada y sus ojos comenzaban a arder ante aquellos complicados sentimientos flotando en su mente.
Cuando miró a los ojos a aquel hombre penetrándola, por unos segundos creyó haber visto el rostro de Arthur. La ilusión fue muy fuerte por un segundo, aquello solo le trajo el recuerdo de la soledad de sus últimos años con él.
Se maldijo a sí misma y cerró sus ojos. Cuando puso su firma en el acuerdo de divorcio se prometió vaciar su corazón y olvidar de una buena vez.
Anterior | Novelas | Menú | Siguiente |