-¿Entonces cuál es el problema? ¿Por qué te resulta tan difícil hacerlo?
Ojalá fuera simple responder a su pregunta, pero incluso yo no sabía el por qué me invadía deliberadamente el miedo.
-Estoy asustado, estoy muy asustado, ¡me estoy volviendo loco! Mi cuerpo de repente se volvió extraño. No sé qué me pasará en un futuro, no sé si esto dañará a mi cuerpo en un futuro ¿Tendré un futuro? He crecido solo, la gente como tú siempre tiene a alguien que se preocupe por ellos, pero yo nunca he tenido algo como eso, no creo que tú puedas entender ese sentimiento. Yo todos los días lucho con el miedo de estar solo, de quedarme solo y ahora apareces tú y creas reacciones extrañas en mi cuerpo, invades mis pensamientos y atormentas mi corazón. ¡Tengo miedo de que me uses y vuelva a quedarme solo!
En ese momento estallé y dije todo lo que tenía guardado dentro de mí. Estaba temblando y sollozando y de mi boca no dejaban de salir muchas palabras. No sabía por qué, pero sentí que podía desahogarme.
De pronto sentí que el colchón de la cama se balanceaba. El gran cuerpo de Baek Do-ha apareció. Sus fuertes feromonas se posaron sobre mi nariz formando lágrimas. El volteó mi cabeza hacia él para besarme, forcejeamos y me jaló del brazo.
–¿Te parece que esto lo estoy haciendo solo para usarte? -Mientras decía esas palabras me jaló de la muñeca y me enterró en su fuerte pecho, me abrazó con sus brazos y me sujetó con sus piernas.
-Hablo en serio, siempre te he hablado en serio desde el primer día, si solo fueras un pasatiempo para mí, ya te habría tomado varias veces. Ahora entiende que soy serio contigo y por eso te he conservado.
Traté de luchar desesperadamente, pero no pude apartarlo, su gran cuerpo estaba ardiendo en calor y algo se abultaba entre sus piernas. Estaba de manera consciente tratando de evitarlo, pero mi trasero se movía insistentemente por él. La parte inferior de mi cuerpo estaba hundida entre sus piernas, todo se sentía muy firme y caliente. Susurró acaloradamente, frotando la parte inferior de mi cuerpo contra sus muslos como una bestia en celo.
-Yo seré el responsable de tu vida desde ahora, me aferraré a las cosas que te gustan y destruiré todo lo
que te desagrade para que tú no sufras. Úsame para todo lo que quieras. No puedo soportarlo más, esta es la primera vez que me doblego ante alguien.
Todo estalló. Sus feromonas cubrían toda la habitación. No tenía otra salida más que aferrarme a él. El miedo, todo desapareció. Mi cabeza, mi cuerpo entero crepitaban. Aun no estaba seguro si podría creer en sus palabras.
Tenía que alejarme, quería alejarlo, pero no podía, mi cuerpo lo deseaba, deseaba tanto a este hombre.
Mis sentimientos eran ambiguos, pero al final terminaron cediendo ante sus feromonas. Me hundí en sus ojos y cedí a mis deseos.
Sus labios y los míos se toparon de nuevo, hundidos en pasión. Él chupaba y lamia mis labios. Yo miré los suyos y los acepté sin poner resistencia.
-Eh, ah… -Mientras sollozaba y temblaba, él mordió mi labio inferior.
-Verte llorar, me vuelve loco.
Me sostenía con tanta fuerza. Comenzó a frotar mi parte inferior, en un instante separó mis piernas y comenzó a empujar su parte inferior contra la mía. Me sentí más excitado mientras él susurraba en mi oído. Yo movía mi trasero mientras él frotaba la parte inferior, podía sentir como su pene se hinchaba cada vez más.
A pesar de que ambos aún estábamos vestidos, la humedad de nuestros cuerpos hacía que cada vez que nos frotábamos nos sintiéramos desnudos por completo.
Mi pene temblaba, todo mi cuerpo temblaba, y no era porque sintiera miedo sino porque los sentimientos que experimentaba eran desconocidos, pero aun así me sentía muy bien.
-No tiembles, no tengas miedo, tampoco digas que odias esto porque sé que no es así.
El sonido de sus palabras se derritió en mis oídos. Incluso la saliva que exudan mis labios tiene un agradable olor a feromonas. Me hablaba en un tono de súplica, era tan atento conmigo. Él un hombre al que no le falta nada, me estaba suplicando.
Sus labios, los mismos que habían estado mordisqueando los míos, se deslizaron hacia abajo, lamieron mi barbilla y tocaron mi cuello. Sentí su mano deslizarse por mi camisa y acariciar mi piel desnuda. Fue un toque seco. Él estaba tan apurado, tocaba y frotaba cada parte de mí y me provocaba escalofríos. No solo mi trasero, todo mi cuerpo estaba muy mojado. El sentimiento de tener la ropa cubierta de sudor era nuevo para mí.
Su aroma era tan penetrante que hacía hervir todo mi cuerpo. Eran unas feromonas que aplastan cada uno de mis sentidos.
-Fe- feromonas…
-¿Te encanta mi olor?
Su pene seguía golpeándome insistentemente. Él se descubrió rápidamente, se desabrochó rápidamente los pantalones con la mano, metió su mano entre su ropa interior y sacó su pene. Lo agarré sin dudarlo, era tan grande que tenía ganas de gritar del shock, tanto que comencé a temblar.
Tocaba intermitentemente mi trasero y cintura, dentro del pantalón que abrió sin darme cuenta, sus besos se derramaban sobre los lóbulos de mis orejas y mi cuello. Su pene envuelto entre mis manos latía sin parar, incluso se puso aún más duro y empezó a derramar líquido. La mano grande que imaginaba cada vez que me masturbaba, ahora estaba acariciando cada parte de mi cuerpo y sus dedos entraban si cesar en mi trasero. Mi pene estaba erecto y de él comenzó a salir líquido, era el mismo que salía cada vez que me masturbaba.
Su mano era mucho mejor que la mía, era una mano grande y fuerte.
En un momento, él agarró mi pene y comenzó a frotarlo, me encantaba la sensación que se formaba cada vez que mi escroto topaba con su reloj de pulsera.
Esto era como una llama ardiente que podía convertirse en cenizas pronto. Puede que todo acabe y me sienta vacío, puede que no supere su abandono, pero no podía pensar porque mi cabeza estaba en blanco, solo quería fundir mi cuerpo con él y tener sexo como una bestia. Todo mi cuerpo lo deseaba.
Era la primera vez que deseaba a alguien tan desesperadamente y era la primera vez que alguien me deseaba con tanta seriedad ¿De verdad puedo creerle? ¿Puedo creer en sus sentimientos? O ¿Debería olvidar todo esto?
-Ah, ah…-Gemidos brotaban de mi boca, el frenesí superó al miedo. Con mis manos temblorosas me sujeté a su cuello y froté sus hombros con mi boca mientras unas lágrimas salían de mis ojos.
-Lloras bastante, eres tan lindo.
-Haa… -solo podía suspirar.
-Dime ¿Quieres hacerlo? ¿Me quieres dentro? –Su pregunta me orilló a la lujuria.
Sentía el líquido que salía de la punta de mi pene, él frotaba insistentemente y con su mano recorría cada parte de mi cuerpo húmedo. Todo hormigueaba, era un sentimiento nuevo. En mi agujero solamente golpeaba sus dedos, era tan molesto no poder sentir algo más grueso, me volví codicioso e insaciable.
Su pene seguía muy duro, ¡Ah!, el sonido que hacía al sacudir su pene en mis manos era genial. Mi trasero lo deseaba, no podía soportar la sensación, quería más, así que frotaba mi cuerpo contra él.
-Espera… un momento….
-No hagas eso. No empujes así, te lastimarás, deja que el líquido salga. -Pensó que no quería hacerlo y por eso me alejaba, pero estaba equivocado. Él seguía murmurando en mi oreja, mientras sacaba brutalmente el líquido de mi pene. Aplastaba el glande con la punta de sus dedos. Gemí y volvía a pegarme en sus hombros.
-Eh, … la… ropa.
-¿Ropa?
-… Quiero quitarme la ropa, hace mucho calor. -Fue entonces cuando con sus fuerzas y de manera delicada me abrazó.
Mi pene, que había sido apretado entre sus grandes manos, palpitaba; mientras él me quitaba la ropa, mordía mis labios esperando. Era una locura, pero incluso después de tener miedo, lo deseaba tanto, él me quitó los pantalones y me bajó la ropa interior.
Incluso hasta quitándome la ropa lo miraba abrumado, que me deslumbró.
Vi cómo me quitaba la ropa sin parpadear. Era una habitación silenciosa en la que solo se escuchaba la respiración húmeda de ambos. Los pantalones y la ropa interior todo estaba abajo, cayeron a un lado de la cama, fue cuando me di cuenta que ya estaba completamente desnudo.
Mi cuerpo temblaba por el viento frío que me rozaba.
La luz del atardecer que ingresaba por la ventaba dejaba al descubierto mi cuerpo totalmente desnudo.
Había áreas rojas en mi piel, eran las áreas que él había succionado con mucho placer. Mi cuerpo estaba cubierto de sudor, mi cara de seguro tenía una expresión bastante vergonzosa, pero mi pene seguía erguido y derramando líquido que mojaba mis piernas e incluso llegaba hasta mis pies. Todo mi cuerpo estaba expuesto ante sus ojos, sin ningún tipo de filtro. Cuando me desvistió mi cuerpo se volvió más pequeño, me acurruqué porque tenía vergüenza de que viera mi verdadera apariencia.
Su miraba recorría todo mi cuerpo. En realidad, nunca había imaginado a una persona viendo mi cuerpo desnudo. Obviamente, iba a ser horrible porque yo no era de una buena figura.
Ese pensamiento vino a mí en medio de la pérdida de razón por las feromonas. No pude evitar el hecho que al quitarme el traje pulcro mi pequeño cuerpo quedara al descubierto.
–¿Cómo puedes ser tan hermoso? -Esas palabras salieron de su boca con mucha amabilidad, mientras me veía con una sonrisa en su rostro sonrojado y caliente. Su mano acarició mis mejillas, las curvas de mi barbilla, el cuello, los hombros y marcó un beso en mi pecho.
–No hay ningún rincón de tu cuerpo que no sea hermoso-. Las yemas de sus dedos me hacían cosquillas mientras frotaban mis pezones. Las partes donde sus manos tocaban dejaban un fuerte hormigueo. Sus manos se deslizaron desde mis pezones y acariciaron mis costillas, una tras otra; luego agarró mis rodillas, levantó mis piernas y las separó de prisa.
La parte que se encontraba en medio de mis muslos quedó al descubierto, él la miraba con deseo. Era obvio que no solo miraba mis genitales, sino también los pliegues de mi agujero que eran claramente visibles. Debido a la vergüenza no podía mirarlo, así que dirigí mi mirada hacia el techo. Nuevamente sus feromonas se intensificaron y comencé a temblar en el momento en que llegaron a mi nariz.
Eso fue tan doloroso porque no podía resistir más. Me sentía como si estuviera en una olla hirviendo, como si me cocinaran lentamente. Él seguía besándome, puede que en verdad tenga sentimientos por mí.
De pronto quería decirle que ya estaba listo. Sus labios seguían besando todo mi cuerpo, llegó a mis piernas y las besaba con mucha intensidad.
-No esperaré más.
Toda la amabilidad desapareció. Sus movimientos corporales de empujar y presionar eran cada vez más y más fuertes que antes. Me daba demasiado placer y escuchaba unos sonidos húmedos.
Él besaba y chupaba mi pecho hinchado. Me acostó en la cama mientras se quitaba algunos botones que sostenían su camisa. Estaba impaciente, agarró los botones y los arrancó, salieron aventados bruscamente.
Cuando se quitó la camisa quedó totalmente desnudo. Inmediatamente vi su pene, era muy hermoso, definitivamente era el adecuado para una persona como él. Estaba muy erguido y firme. De un momento a otro me penetró con tal fuerza que pensé que no iba a aguantar, sus movimientos eran bruscos, él continuó moviéndose con mucha intensidad.
Mi mirada estaba perdida en él, un hombre tan perfecto que se encontraba encima de mí y sin parar derramaba todo dentro de mi cuerpo, era muy rudo y excitante.
-Eres tan increíble, tu cuerpo es realmente perfecto. He eyaculado tantas veces en ti, pero aún no estoy satisfecho. –No podía soportarlo más, sus feromonas eran tan abrumadoras.
-¡Ah, ah!, … más… más … Do-ha… sí…ah…! así…. ah … ah… lento… ah…ah…! -Mi cuerpo ya estaba cansado, ya no podía llorar más de placer. Me dolía la garganta y mi boca no dejaba de emitir gemidos.
Realmente estaba cansado, pero aún seguía tumbado de boca contra la cama con la cadera levantada. Él seguía empujando sin piedad. No importaba cuánto le rogara, su pene seguía erecto y no dejaba de penetrarme rápidamente. Me observaba con unos ojos tan llenos de felicidad. Mierda en verdad estoy cansado, pero no puedo parar.
Mi agujero no se cerraba y dejaba que su pene entrara con facilidad. Sentía como si estuviera aplastado por una explosión.
Mi parte interior estaba toda caliente y húmeda de tanto semen que eyaculó dentro. Mi mente no podía pensar en nada más, estaba en blanco.
Esto definitivamente era tener sexo, el agujero de un Omega que acepta sin cesar el pene del Alfa. Mi agujero estaba todo inflamado por tantos movimientos que él hacía, mientras que mi pene se movía y sacaba liquido sin parar. -El Omega más hermoso del mundo eres sin duda alguna: tú. -Susurró alegremente mientras seguía penetrándome, yo estaba ahogado en placer. Mi trasero estaba tan caliente y no paraba de moverse con cada caricia que él le daba, la excitación era más grande que el dolor que sentía. El llanto siguió, pero no era un llanto de dolor el que salía de mi boca, era un llanto de placer, un llanto que se desbordaba con cada movimiento que él hacía dentro de mí.