
-Por favor, pon tu pene Do-ha.
Pareciera que fuera otra persona, no podía creer las palabras que salían de mi boca. Llevé mi mano hacía la parte inferior de su cuerpo, la que se encontraba en medio de mis piernas. Estaba tan erecto que pensé que iba a romper la cremallera de sus pantalones.
-Mierda -Baek Do-ha, no dejaba de maldecir.
Me senté impacientemente sobre sus piernas, lo miré fijamente, le quité el abrigo y comencé a quitarle la ropa. Estaba tan apurado, como si el tiempo se acabara. Su pene estaba tan erguido que parecía un arma, estaba tan caliente y húmedo que era amenazador. Mis ojos mojados de lágrimas y el calor de nuestros cuerpos hacían que mis ganas aumentaran. Hizo que mis rodillas se elevaran con sus manos y separó mis piernas. Su cintura se inclinó y naturalmente sentí algo grueso rozándome.
-Ahora mantén tus piernas abiertas, te penetraré como quieres.
Sin pensarlo, mantuve la posición que me indicó, sujeté mis piernas con las manos. Sin vergüenza, separé mis piernas y comenzó a dejar al descubierto mi agujero abierto. Lo miró con ojos ardientes. Agarró su pene erguido y comenzó a frotarlo en la entrada expuesta. Mientras él frotaba, sentí como algo caliente comenzó a correr por todo mi cuerpo, haciendo que mi sangre se calentara por completo, quería que él me penetrara en ese mismo instante. De repente, moví mi cintura y de inmediato el pene grueso ingresó y en un instante, estaba siendo penetrado hasta lo más profundo.
-¡Ahhh, ugh!
Mi cuerpo brincó enormemente por el impacto de su polla, mi espalda arqueada temblaba sin parar y mi cuello estaba doblado hacía atrás. Era tan grueso, que sentía como empujaba sin piedad cada uno de mis órganos hasta cerca de mi estómago. La entrada de mi agujero estaba apretada, estaba estirada al límite, estaba engullendo todo su enorme pene. De repente hubo un pensamiento que rápidamente pasa por mi cabeza: «el condón»
-Ahhh, Sr. Do-ha, deténgase, Ahh… El… El condón…
-No tengo uno, ¿eso te importa?
Él no iba a parar solo con mis palabras. Mis piernas seguían abiertas y mi agujero seguía siendo penetrado.
-Si hay un choque de feromonas en este momento, me desvaneceré. No se…
-¿Por qué no estas enfocado? No sueltes tus piernas, mantenlas sujetas.
De repente, el cansancio cayó sobre mis manos que sostenían mis muslos. Baek Do-ha agarró ambas rodillas en lugar de mis débiles manos caídas, separó de nuevo mis cansadas piernas como si quisiera desgarrarme en dos. Empezó a moverse de forma rápida y constante. No salieron más palabras de mi boca, mis pensamientos sobre condones desaparecieron gracias a los movimientos salvajemente violentos que me hacían respirar de forma agitada.
-Tienes que aceptar todo lo que libere en ti, debes tomarlo todo. -Cada palabra que decía salía con un aliento espeso y caliente.
No podía escuchar claramente lo que decía debido a mis gemidos. De pronto sentí un fuerte movimiento, mi pared interior fue golpeada, su pene entraba y salía con precisión. Solamente salía la mitad de su pene y lo volvía a meter con más fuerza. Sentí una sensación extraña aplastando mi pared inferior, esos movimientos eran constantes, Apuñalaba sin cesar una y otra vez. Sentí como su pene despiadado no solo estaba en mi agujero sino también había llegado hasta casi mi estómago, podía sentirlo perfectamente, fue increíble. No podía acostumbrarme a la sensación, era un placer extremo que agotaba todas mis fuerzas. Él continuaba penetrándome sin interrupción. Yo seguía en la misma posición, sus genitales se topaban a mi agujero repetidas veces, mi cuerpo estallaba en un dolor y placer que me dejaba sin aliento. Sentí como si todo allí adentro estuviera siendo desacomodado, por su enorme pene. Sus feromonas se volvieron más espesas y venenosas, era como una droga: el dolor pronto se convirtió en placer.
-¡Ahhh ugh, mmmmm, Sr. Do-haa… Ahhhhhh uh uh uhhhh! -grité y sollocé.
Estaba cansado de gritar. La voz que salía de mi boca cada vez era de menor tono, él seguía sacudiéndome sin parar. No podía más mi garganta estaba seca, la poca saliva que me quedaba no alcanzaba para la lubricación faltante a mis cuerdas vocales. Cada vez que me penetraba, hacía que mi cuerpo entero se estremeciera. Estaba dolorido quería colocar y descansar mi rostro sobre el sillón de cuero. Quería agarrarme de algo, pero no había de dónde agárrame; así que solo podía rasguñar el sillón. Mi boca estaba completamente abierta, todo mi cuerpo estaba abierto y estaba siendo invadido por Baek Do-ha. Como si quisiera encontrar un tesoro. Su polla cavaba en lo más profundo de mi ser. Se movía, estaba muy hinchada y vibraba. No había ninguna manera de sacarla de adentro. De pronto algo caliente brotó en mi interior.
-¡Ahh, Maldita sea!
Sentí como si una cosa caliente estuviera revistiendo mis temblorosas paredes. La cantidad era tanta que el semen se desbordó por mi agujero. Baek Do-ha respiró hondo y movió lentamente su cintura. A pesar de que se acababa de venir, su pene aún se sentía duro en mi interior. En un instante se sintió como todas mis paredes y mucosas fueran mojadas por su semen, mordió mi hombro y sacó su pene de mí. Su semen era demasiado y seguía goteando de mi agujero. Se sintió como si alguien vertiera un vaso de agua, era revitalizante.
-Ahhhh. Ahhhhh, Umhhh -Mientras respiraba, estalló un sollozo y mordí mis labios.
Aún tenía la sensación de que su pene aun estaba en la parte de atrás. Mi agujero estaba estirado del grosor de su pene y no se cerraba, estaba tan inflamado que me dolía. Me dolía todo el cuerpo. La sensación de lucha se extendió por todo mi cuerpo agotándolo inmediatamente. Todo estaba caliente, pero yo comencé a sentir frío, se me puso la piel de gallina y tenía miedo que nuevamente cayera en un shock. El dolor que me apretaba el corazón aún no se presentaba, a pesar de que tenía la piel de gallina por el frío; el deseo del calor permanencia en mi convirtiéndolo en deseo sexual. Quería seguir, tenía la sensación de que no me era suficiente. No estaba en absoluto satisfecho. Mi agujero estaba adolorido, se sentía molesto, estaba totalmente húmedo. Sollocé mientras metía sus dedos en mi agujero y en respuesta sacudía mi cintura. El semen que aún se encontraba dentro goteaba, sus dedos estaban empapados. Era una locura.
El día de celebración en la Villa de Ha Sun-goh asistían personas de categoría, con riqueza y poder. Esos que presumían tenerlo todo y viajan en aviones privados, que tienen ropa de marca, auto de lujo y un chófer propio. Todos estaba reunidos en el pasillo bebiendo champán caro como si fuera agua, estaban charlando. No era diferente de cualquier fiesta social. La sociabilidad de la fiesta y la charla amena no duraba mucho. Por lo general, cuando aparecía Yoo Hyeon-seo todos se acercaban a él y entonces comenzaba el juego. Todo se convertía en una fiesta sexual con feromonas de Alfa Real y drogas. Los que agitaban graciosamente las copas de champán, se quitaban la ropa y comenzaban a comportarse como bestias en celo. Los mismos que tan solo hace unos momentos eran las personalidades influyentes, se convertían en bestias de atar. Se emborrachaban con las feromonas y las drogas, gemían sin parar, se agitan sin parar mientras lloraban de placer. Aunque nadie les decía qué hacer, ellos siempre se quitaban la ropa, mientras unos atacaban y otros abrían las piernas. Ellos quedaban sin aliento en un choque de feromonas, con la nariz sangrando y el salón del evento envuelto en drogas, sexo y ropa tirada por doquier, todos se convertían en unas bestias locas por el deseo sexual. En verdad no era comprensible. Siempre decían que eso hacía que sus conexiones mejoraran y era para que el mundo de los negocios se mantuviera estable.
Los Alfas Reales son aquellos que originalmente se comportan como seres superiores, entonces ¿Por qué se involucran en actos tan bajos?
A la fiesta asisten muchos tipos de personas, incluso prostitutas a las que se les pagaba por su servicio, pero también había mucha gente que llegaba a la fiesta por sí mismas con la excusa de buscar un estímulo diferente y sutil. Todos quedaban atrapados entre extraños que nunca se habían visto antes, ellos perdían todo tipo de fuerza y racionalidad. Los Alfas Reales gateaban de un lado a otros para poder enterrar su cara entre las piernas de otros. Mordían y chupaban todo lo que estuviera a su paso, como perros hambrientos. Abrían la parte inferior, que aún tenía semen de otro tipo, metían sus dedos a todos los que les suplicaban. Alfas, todos ellos se excitaban con el dulce aroma de los Omegas, como si estuvieran en su ciclo de calor. Los Omegas tenían una apariencia necesitada, impacientes, pidiendo que entren en ellos sin cuidado, llorando del placer y la locura.